Capítulo cuatro.

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Sus ojos estaban pegados a los míos. Yo no tenía intención de quitarlos, pero el tiempo era oro e iban a perder como no les devolviera el balón. O más bien me matarían como no se los devolviera. Así que le tiré el balón haciendo que cayese a sus pies. Los ojos del ojimiel se dirigieron al suelo y continuó con el partido.

No podía ser. Me había quedado paralizada delante de tanta gente con los ojos de Justin y eso que lo había desde lejos. No muy lejos, pero lejos lo suficiente como para no captar bien sus ojos. Sacudí la cabeza sacando los pensamientos extraños que rodaban por ella. Volví mis ojos al partido. Justin llevaba el balón a gran velocidad hasta la portería. Una vez delante de ella, disparó marcando gol. Todas las gradas se sacudió emocionada. Gritaron, silvaron, patalearon... Ahora iban empate. Todos elevaron a Justin al cielo con sus manos, felicitandolo. Él sonrió hacia las gradas y gritó una palabra que no fui capaz de entender. 

-¡Qué gran partidazo! -Gritó mi padre saliendo del estadio. 

-Si tú lo dices... -Bufé.

-Venga ya, ojalá Justin me hubiera visto. -Se quejó.- Se quedó embobado mirandote. -Me codeó.

-Me importa una mierda. -Le dije.- Como si se queda mirando hacia Beyoncé. -Moví una mano con desdén.

-Es una pena que no hayamos podido ir a saludarle. -Desbloqueó el coche y entró en él. Le imité.- Me hubiera gustado que nos firmara y que se sacara una foto con nosotros. -Arrancó el coche.

Pasé de su comentario, pasaba de decirle algo que no le gustara y que sacara más mierda. El aparcamiento estaba atascado y seguramente tardariamos horas en salir de allí. Abrí la puerta del coche:

-Voy a ir a por algo de tomar y al baño, cuando salga te llamo para ver si has avanzado o no. -Y cerré de golpe.

Escuché como gritaba que tuviera cuidado y que no tardara mucho. Volteé los ojos y esquivando a los coches que intentaban salir de sus aparcamientos, me adentré de nuevo en el estadio. Toda la gente salía en manada. ¿No podían ser personas y salir poco a poco? Parecíamos animales. 

Busqué el cartel del baño, pero no lo encontré por ningún lado y yo tenía que ir urgentemente. Recorrí un largo pasillo lleno de puestos que ya estaban cerrado. Al final de todo, había una señal que ponía que los baños de esa zona estaban fuera de servicio. 

-¡Genial! -Me quejé. 

Volví sobre mis pasos buscando otro baño. No sé como, pero me encontré con un vestuario. No se escuchaba nada, por lo que supuse que estaba vacía. Y yo solo iba a entrar cinco minutos, nadie iba a pillarme, ¿no? Entré de puntillas por si acaso y me dirigí a uno de los baños. Me metí en él y cerré con el pestillo. 

-Tío, ¿has acabado? -Escuché pasos acompañados de la voz.

Me quedé paralizada. Me agaché para poder observar los pies. 

-No, voy a darme una ducha ahora. -Dijo otra voz. 

-¿Aún no te has duchado? -Se quejó la primera.

-¡Qué va! Todos se acaban de ir, no me dejaron ni una libre. -Dijo la segunda. 

-Joder, bro, me voy a ir a por algo de comer, ¿nos vemos afuera? 

-Vale, bro. Te llamo cuando acabe.

Game Over. {Justin Bieber}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora