Capítulo nueve.

660 55 10
                                    

No era una niña caprichosa, ni mucho menos. Pero cuando se me metía algo en la cabeza, nadie me lo sacaba tan facilmente. Pero aún así, opté por la opción de mi mamá. Ella ayudaría, eso lo tenía claro.


-¿Qué vas ha hacer? -Estiró su mano por la encimera para atrapar la mía que estaba apoyada al lado de mi plato.

-Tienes razón, mamá. Quizás lo mejor sea olvidarme de él.

-Inténtalo al menos, y si no puedes, ya vemos que hacemos. ¿Vale?


Asentí. Me levanté de la mesa para dejar de comer, metí los cacharros en el lavavajillas y me adentré en mi habitación, pensando en que me esperaba un mes muy largo sin ese tal Justin Bieber. 




-¡Mamá! -Grité entrando por la puerta de casa sobre las 1 y media del mediodía.


Acababa de salir de la autoescuela, con un enorme sol brillante pegado a mi espalda, por lo cual, ésta estaba llena de sudor.


-¿Qué pasa? -Dijo, bajando por las escaleras a tropezones y con la gestos preocupados en su rostro.

-¡No te lo puedes creer! -Chillé, emocionada.

-¡No! ¿Qué ha pasado? -Preguntó mamá, escandalizada.

-¡He aprobado el examen, mamá! ¡A la primera! -Abrí mis brazos para que ella me acogiera en los suyos.

-¿No?

-¡Sí!


Sus brazos en seguida se envolvieron en mi figura, uniendose a mis chillidos.


-¿Qué es lo que pasa aquí? -Papá, que salía de la cocina, se quedó mirandonos.


Rompimos el abrazo, pero uno de los brazos de mamá se quedó alrededor de mis hombros.


-Tú hija a aprobado el examen de conducir a la primera. Ya tiene su carnet y todo.


Mi padre sonrió.


-¿Me lo enseñas?

-No me lo han dado. Tengo que esperar una semana a que lo tengan hecho. Me lo enviarán a casa una vez que ya lo tengan.


Mis padres asintieron y decidieron que la semana que viene, iríamos a celebrarlo por ahí. Por supuesto, yo conduciría.




-¿Preparada? -Preguntó mi padre.


Le miré. Me había abrochado el cinturón de seguridad tan rápido como pude. No podía tener más ganas de conducir. No estaba tan nerviosa como en las prácticas, o como en el examen. Coger un coche no es una broma. Es bastante serio, y más cuando llevas a gente dentro de ella. Y sobre todo si es importante: como la familia.

Encendí la radio, en ese momento estaba sonando Beyoncé, sonreí. Era una de las artistas que a mi madre le gustaba. Arranqué el coche y salí del aparcamiento con lentitud. Lo que menos me gustaba de conducir era lo de aparcar y sacar el coche del aparcamiento. Era horrible la sensación de pensar en que le puedes dar al coche de delante o de detrás.

Game Over. {Justin Bieber}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora