2.1 Otra vida.

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Explicarle a un niño de siete años que la familia que tanto atesoraba y amaba, ya no existía, son una de las cosas más difíciles que me pudo tocar como madre.

Es cuando te das cuenta de todo el amor que albergas por un hijo, cuando su sufrimiento duele más que el abandono del hombre que amas. Andy fue mi fuerza, suena tan cliché pero, yo di todo por tener a mi Andy junto a mi, lo desee tanto, y fui tan feliz al saber que él, llegaría a mi. Convertirme en madre es lo mejor que me pudo pasar, independientemente de que su padre nos haya dejando de la nada, mi bebé seguía siendo mi mejor decisión.

Una semana después de la visita del abogado Hoffman, luego de que cada pertenencía de Chris fuera sacada de mi hogar y enviada a su dueño, tuvimos la primera cita con la psicóloga que había conseguido para mi Andy, esto con el propósito de ayudarlo a entender como una mañana estaba desayunando con sus padres y en la noche vio a su madre llorando mientras empacaba, junto a su madrina, las cosas del estudio de su padre, mismo que no volvió a casa.

Ni Chris, ni yo, estábamos dispuestos a ceder con respecto a la custodia del niño.

Dos meses de disputas y visitas de parte de ambos bogados nos llevo a una cita con una jueza en privado. Y lo vi, luego de esa mañana donde todo se fue al carajo, estaba ahí nuevamente sentado con su abogado, yo estaba con Mare, la hermana de mi mejor amiga Marlene, la cual era mi abogada.

Era una audiencia de conciliación, aunque la cara de ambos decía que está reunión sería un fracaso. Me divertía el rostro de molestia, el cuerpo en tensión y ceño fruncido de Chris, odiaba no obtener lo que quería, yo lo sabía.

Nos miramos a los ojos, y por unos segundos pude ver esa mirada, esa maldita mirada. La mirada que me dio esos 9 años de matrimonio juntos, la mirada que me dio esa última noche haciendo el amor, y sentí las mariposas dentro de todo mi ser. Cuerpo y corazón traicioneros.

Pero esos segundos acabaron, fui la primera en dedicarle mi mejor mirada de odio, maldito cobarde, seguramente se divirtió diciéndome que me amaba al mismo tiempo que planificando nuestro divorcio.

Que estúpida fui.

El comunicado anunciando nuestro divorcio salió dos semanas después de haber salido la sentencia de divorcio, 1 mes y medio después de haber dejado la casa esa mañana sin decir nada. Por supuesto, dicho comunicado fue dado por Chris, donde tuvo el descaro de declarar que fue una decisión de ambos, por razón de diferencias irreconciliables, pero que nos unia el amor por nuestro hijo, y no se que más palabrería barata.

Claro en ningún momento admitió que es un cobarde, y que me quiere quitar a mi bebé. Por algo la disputa de la custodia era super secreta, aunque era la único que agradecía, no quería que dentro de unos años, mi bebé viera todo el circo mediático que fue la separación de sus padres y la pelea por su custodia.

Las incontables audiencias de conciliación que no dieron los resultados esperados, entre miradas de odio, réplicas de Chris y mi silencio absoluto, pasaron seis meses, en total.

Seis meses, desde que llegó esa mañana el abogado Hoffman.

No hubo contacto, no hubo palabras, nada. A pesar de las miradas suplicantes de Chris, no hubo nada.

Los porque's dejaron de importar, las dudas, el desamor, las lágrimas, todo pasó a segundo plano. Chris estaba a punto de conseguir la custodia compartida, después de tantos meses, la risa burlona que me dio en la última cita privada que tuvimos en el tribunal de menores, me confirmó lo que me había dicho Mare.

Esa semana, había perdido todas las esperanzas, la decisión final se acercaba y yo sabía que Chris lo había conseguido. Se sentía como morir lentamente, sería separada de mi bebé si Chris así lo quería, sabía que la custodia compartida sólo sería provisional. Ese jodido cobarde, después pediría la custodia completa, el mismo abogado Hoffman se lo había dicho a Mare.

One Shots / Chris Evans.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora