One Shots / Chris Evans.

Especial: ¿qué pasó después?

Advertencia: smut.

Advertencia de la advertencia: nunca había escrito smut, quería intentarlo. Sorry.

Salí de la habitación casi corriendo, mi corazón latía a mil por hora, sentí mi sonrojo intensificarse, el calor apoderarse de todo mi cuerpo y a mi coño mojarse mucho más. Maltida excitación anticipada.

Al llegar a la puerta puse la mano sobre el pomo, suspire profundamente y abrí la puerta.

Ahí estaba.

Mi Chris.

Tenía barba, estábamos en temporada de barba. ¡Dios! ¿como se sentirían sus mejillas haciendo esas maravillas que hace con la boca?

Su cabello peinado hacía atrás, su barba bien cuidada, la sonrisa perfecta, sus ojos azules tan expresivos y llenos de bondad, con sólo mirarlo sabías que no había nada de mentiras en él.

Nos miramos y regalamos sonrisas mutuas. No hubo palabras.

Sentí un peso muerto caer y de pronto estaba envuelta en sus brazos, siendo besada por sus carnosos y suaves labios.

Estos se tocaban y rozaban de forma casi que melódica, ese ritmo que no iba ni muy rápido ni muy lento, cada rose hacía que la temperatura de mi cuerpo subiera aún más, como que tengo fiebre.

Su lengua empezó a formar parte de la ecuación que era este beso, invitando a la mía a unirse, tocándose ambas de forma tímida, sabía a cerveza y a alguna golosina.

Sentí mi parte baja mojarse aún más, trate de juntar mis muslos, aún manteniéndome de puntillas para poder llegar a mi novio, aunque él inclinado hacía todo el trabajo. Me sentía tan caliente y deseosa de que Chris repitiera todas las cosas que me hizo ese fin de semana y probar yo algunas que leí, en mi llegada a casa.

Nos separamos para tomar respiraciones.

- Mi dulce melocotón.- gimio.- Te extrañé tanto pequeña tentación.

- Yo más amor.- le respondí mirándolo a los ojos, subi mis manos a sus mejillas, acariciando su barba.- me gusta.

- No sabes las maravillas que ella te hará sentir.- Dijo este totalmente serio, su mirada se oscurecio.

-¿Dónde tomaste cerveza?- la pregunta salió de mis labios sin que pudiera detenerla. Este fruncio el ceño extrañado.

- Me conseguí con un amigo hoy antes de salir al aeropuerto, me acompañó y tomamos unas cervezas mientras esperaba el abordaje.- explicó extrañado.

¡Jesús! Sólo sabe a cerveza, no seas paranoica.

Sentí sus manos bajar por mi espalda dejando caricias y apretones. Se detuvo en mi trasero, tomando ambas mejillas de este y dándoles un gran apretón, pegandome más a su cuerpo y haciendome sentir su erección a través de sus pantaloes. Gemí apretando más mis muslos, no era la única excitada.

Dejó pequeños besos sobre mis labios, empezó un camino de estos, bajando por mis mejillas, mentón, cuello y pecho, lo poco que la bata de ceda negra dejaba descubierto, sus manos abandonaron mi trasero con un fuerte apretón. Jadee su nombre. Volvió a mi cuello, acariciando este con su maravillosa barba, picaba pero se sentía tan bien. Mis bragas estaban muy mojadas y a mis muslos no les quedaban fuerza para seguir presionando entre ellos.

Sus manos subieron hacia mi cintura tratando de deshacer el nudo de dicha bata. Al ver sus intenciones volví a tomarlo de las mejillas. Lo hice mirarme, este tenía la respiración entre cortada, tomando rápidas respiraciones.