𝟏.𝟖

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—¿En dónde se ha metido ahora? —dije, buscando a la pelirroja que aún no llegaba.

Estuve esperándola por mucho tiempo en aquel callejón, pero no aparecía por ningún lado. ¿Se habrá olvidado de que hoy teníamos que practicar con el equipo? No lo sé, pero algo en mí dice que le está pasando algo, aunque no sé qué.

Comencé a caminar por los alrededores de la plaza, con la bolsa que mamá me había dado.

—Mejor voy por el equipo, tal vez será más fácil buscarla desde los techos que por aquí —dije susurrando solo para mí.

La casa abandonada donde escondo el equipo de maniobras tridimensional no está lejos, así que me tomaría un par de minutos llegar. Caminé con cuidado para que nadie me viera y sospechara de algo. Giré a la derecha y ahí estaba la casa, me fui detrás de ella y saqué del escondite el equipo y me lo puse.

—Bien, ahora buscamos donde se metió esa pelirroja —dije mientras cogía la bolsa y la ponía en mi hombro para tener las manos libres y poder utilizar mejor el pistón-disparo. Pasé de techo en techo, busqué en los lugares donde solíamos ir: en los locales de comida, en la plaza central, pero nada, ningún rastro de ella.

¿Debo empezar a preocuparme? ¿Y si voy a preguntar a sus amigos?

Si tan solo los conociera... maldición.

*BOOM*

"AAAAAAAH"

—¿Qué fue eso? —escuché un fuerte ruido, como si alguien hubiera hecho caer un montón de cajas, al igual que un grupo de hombres gritando. Pero lo que más me sorprendió fue el ruido del gas del equipo de maniobras tridimensional.

Podría ser Isabel, tal vez...

Llegué al lugar donde se escucharon los ruidos, me escondí detrás de una chimenea y desde lejos pude ver cómo dos chicos y una chica estaban escapando de... no puede ser... ¡el cuerpo de exploración está tratando de capturar... a Isabel y a sus amigos! Es imposible que los soldados de la policía militar lograran hacer esos movimientos con el equipo de maniobras. Es obvio que es el cuerpo de exploración. Esto debe de ser una maldita broma, los habrán pillado por estar usando el equipo de maniobras tridimensional.

—Tengo que esconderme y quitarme esta cosa —dije mirando la escena y viendo cómo Isabel y otro chico rubio se separaban de un chico pelinegro.

—Iré por donde se fue ella —dije, para luego accionar el equipo y dirigirme con mucha cautela hacia donde la pelirroja se fue.

Antes de ir a buscarla, me quité el equipo y lo dejé por algún lado ahí cerca, y empecé a correr con todas mis fuerzas.

—¡Isabel! —grité con todas las fuerzas que tenía para que me escuchara, pero nada, así que intenté de nuevo. Grité por segunda vez y por suerte esta vez me logró escuchar, me miró preocupada y luego bajó y comenzó a correr hacia mí.

—_______, ¿qué haces aquí? Corre, ve a casa, es peligroso —dijo acercándose poniéndose a mi misma altura.

—¿Por qué el escuadrón de reconocimiento te está siguiendo? —pregunté.

—¿Cómo sabes q... —la interrumpí.

—¡Los vi! —dije desesperada, estaba asustada, sentía un muy mal presentimiento. -¡Ahora dime qué está pasando, Isabel!-

—Nos están buscando, tal vez porque usamos el equipo de maniobras y se supone que nosotros no podemos usarlos —me dijo mirando en otra dirección.

—Entonces quítatelo y ven a mi casa a esconderse, te matarán o yo qué sé si te encuentran —dije agarrándole de la muñeca para que empezáramos a correr, pero se rehusó.

—Me haces muy feliz por el simple hecho de que te preocupas por mí, pero no puedo dejar a mis amigos solos. Si no fuera por ellos, hubiera tenido un final peor que esto —dijo mirando atrás suyo, tal vez intentando buscarlos con la mirada.

—Entonces busquémoslos y los escondemos también a ellos —dije apretándole más la muñeca.

—Creo que eso no sea posible, hermanita —dijo sonriéndome dulcemente.

"¡TE ENCONTRÉ!" una voz se hizo presente detrás de nosotras.

Nos giramos y encontramos a una chica casi de la misma estatura de Isabel y más alta que yo.

—¡Corre y no me sigas! —me dijo Isabel.

—¡Yo no te dejo sola!

—¡Corre, confía en mí. No pasará nada! —gritó otra vez empujándome detrás suyo para que comenzara a correr.

—Pero...—quise terminar de hablar, pero me interrumpió.

—¡Ahora! —exclamó de nuevo pero esta vez empujándome más fuerte porque la soldado ya se estaba acercando hacia nosotras.

Empecé a correr, tenía que obedecerla, aunque solo por esta vez...

𝐒𝐭𝐫𝐚𝐧𝐠𝐞 𝐟𝐞𝐞𝐥𝐢𝐧𝐠𝐬 || 𝐋𝐞𝐯𝐢 𝐀𝐜𝐤𝐞𝐫𝐦𝐚𝐧 𝐲 𝐭𝐮Donde viven las historias. Descúbrelo ahora