𝟏.𝟏𝟎

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—Capitán, mire lo que encontré —habló el soldado que me capturó, mientras me soltaba, haciéndome caer en sucio piso.

—¡__________! ¡No la toquen!- escuché los gritos de Isabel.

Cómo pude me levanté y la primera que vi fue Isabel, que intentaba zafarse del agarre de la soldado, y lo logró. Bajó los pocos escalones que había subido y corrió hacia mí y como pude traté de ir por ella, pero las piernas no me lo permitían, ya que me lastimé al chocar contra el suelo lleno de piedras.

—¿Quién eres tú?, identifícate —habló el supuesto capitán, entre metiéndose.

—Soy _________ Sasaki —Este se quedó analizándome por un rato, luego miró al que me atrapó.

—Ella se queda, no la necesitamos —dijo mientras se quitaba de mi camino y proveché para ir hacia Isabel.

—¿Qué? ¿A que necesitan a Isabel? —pregunté mientras me ponía de escudo a la pelirroja y miraba al rubio esperando una respuesta.

—_________, tranquila estaré bien, estaremos bien —dijo mientras apoyaba su mano en mi hombro.

—Isabel, ¿donde te van a llevar? ¿Y si te hacen algo?—pregunté sin quitar la mirada del rubio.

—Tranquila, ya te dije que estaré bien, no me pasará nada y cuando todo termine vendré y te llevaré de aquí, junto a tu familia. Así podrán vivir la vida que ustedes se merecen —dijo Isabel.

Sus palabras eran tan sinceras que ocasionó que empezara a ver todo nublado.

—Escucha, niña entrometida... —habló de nuevo el soldado que me trajo aquí.

—¡Escúchame tú, pedazo de idiota! Si algo le pasa a mi hermana, te juro que como pueda, saldré de aquí y te mataré con mis propias manos! Es una promesa —dije caminando en su dirección, quedando cara a cara con él o por lo menos trataba de llegar a su misma altura pero me era imposible era demasiado alto.

Sentía rabia y hasta sorprendida de mi misma, ya que nunca me expresé de esta manera.

Todos se quedaron callados, nadie se atrevió a hablar. Al parecer también ellos no se esperaban que iba a reaccionar de esa manera. "El perro" como lo nombré, no se alejó de mí, se mantuvo en su misma posición.

Como vieron que estaba demasiado cerca a él un soldado de la Policía Militar se puso entre los dos mientras sacaba su espada apuntándole contra mi.

—¿Qué? ¿Cómo un soldado como tú, tiene miedo de una pequeña e inocente niña como yo? —me burlé de él.

—_________, para —dijo Isabel agarrando mi brazo y haciéndome retroceder junto a ella.

—Isa, ¿de verdad te irás? —pregunté mirándola a los ojos.

—Si, pero como te dije antes, regresaré y los llevaré afuera de aquí —afirmó la pelirroja.

—No tenemos tiempo para las mediocres despedidas , así que... —dijo el soldado de la policía militar, mientras se acercaba a nosotras y me cogió del brazo izquierdo. —...fuera de nuestro camino —dijo tratando de empujarme del otro lado, pero en el momento en que me quiso empujar le di una patada en su entrepierna, este me soltó, se retorció del dolor y me paré como podía ya que aún me ardían las rodillas.

—Aún no he terminado con la "mediocre despedida" —dije haciendo vírgulas con los dedos y mirándolo mal.

—_________ eso fue increíble —dijo Isabel, tratando de aguantar las risas. —Ahora tengo que irme— dijo mientras la soldado que la capturó empezó a llevársela junto a los otros dos.

Corrí para alcanzarla pero el rubio con cejotas me agarró de los brazos, impidiendo de ir por ella.

—¡Suéltame! —exclamé tratando de zafarme de su agarre.

—Tu te vas a quedar aquí —me dijo al oído. —Si sigues así, verás que algo peor le va a pasar a tu amiga

—¿Qué...qué quieres decir con eso? —pregunté mientras lo miraba con el rabillo de mi ojo.

—Si dejas de poner resistencias, te prometo que a ella no le pasará nada, al igual que a sus amigos— me susurró.

Tragué en seco y asentí con la cabeza, este soltó mis brazos, dejándome libre. Podría aprovechar el momento para golpearlo y rescatar a Isabel y sus amigos, pero si es verdad lo que dijo... entonces lo mejor es quedarme quieta, aunque si no quiero.

—¡Tranquila hermanita, estaremos bien! —exclamó la pelirroja una vez que ya estaba a lado de sus dos amigos, mientras sonreía y movía su mano de un lado al otro.

Esto es lo que me gusta de ella, siempre sonríe, buscando el lado positivo de los problemas. Levanté mi brazo y la saludé.

—Bien, vámonos —habló de repente el capitán.

Este empezó a caminar hacia la escalera pasando por mi lado, pero antes de empezar a subir me miró una última vez, vi como levemente sonrió y me dio las espaldas para empezar a subir la escalera con los demás soldados detrás suyo.

—Este no es un lugar donde una niña debe de estar, así que ve a casa —habló uno de los guardias que tenían el encargo de vigilar que nadie se acercara a la escalera sin permiso.

—Llámame de nuevo niña y olvídate de comer pan por el resto de tus días —dije amenazantemente.

Deje de mirar a la guardia y dirigí de nuevo la mirada hacia la escalera, para verla de nuevo... tal vez esta sea la última vez que la veré... quien sabe...

𝐒𝐭𝐫𝐚𝐧𝐠𝐞 𝐟𝐞𝐞𝐥𝐢𝐧𝐠𝐬 || 𝐋𝐞𝐯𝐢 𝐀𝐜𝐤𝐞𝐫𝐦𝐚𝐧 𝐲 𝐭𝐮Donde viven las historias. Descúbrelo ahora