~20~ 🍽 Promesa cumplida 🍽

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Justo como lo había prometido, aquel siguiente día después de las clases la chica estaba ya en el laboratorio Shiomi, sentada en la sala con dos personas más, y una mujer que iba entrando con una charola de tazas de té, se paró a ayudarle aún con los reclamos de esta y sirvió las tazas a los dos colados.

Porque si, dos chicos se habían colado desde que salieron de clases, había avisado a la peli azul de su amiga que iría donde Hayama que al escuchar el pelirrojo se apuntó y con ello el pelinegro igual.

Suspiro un poco cuando terminó accediendo, diciendo que no abogaría por ellos cuando Akira les reclamará por su presencia. Cosa que a ambos no pareció importarles mucho.

Pero aun así, no se sentía culpable ni le disgustaba la idea, al contrario, le gustaba en demasía, los tres amigos cercanos a ella estaban ahí, en un mismo lugar.

Fue cuestión de pocos minutos para cuando el peliblanco salió de la cocina que utilizaba junto a un plato de aquella comida que había presentado en la final. Justo detrás de él, la mayor que regresaba con una charola de bocadillos para disfrutar el té.

Debía de admitir que para ser uno de los alimentos que no le gustaban ansiaba probar aquello, al tener el platillo frente a ella, agradeció con una sonrisa al otro quien no tardo en devolverle el gesto, solamente que este era más pequeño y a penas notable al que ella le daba.

No quería admitirlo, pero desde que ella había mencionado su deseo de comer aquello una pequeña ansiedad le empezó a invadir, esperaba y deseaba, interna e inconscientemente, que lo que había hecho estuviera a las expectativas de la joven pelinegra que ahora miraba el plato con ilusión.

Si se le ponía completa atención, como él lo estaba haciendo en ese momento, se podía ver en los obscuros orbes cafeces un pequeño brillo, aquel que le hizo sentir algo nervioso.

La mirada de ella se dirigió un momento a quien le miraba, cruzando miradas y la regreso de inmediato al plato con la ligera sensación de que un rubor empezaba a mostrarse en su rostro, respiro profundamente y tomo los palillos, estaba lista para eso.

Tomo un pequeño pedazo y lo acerco a su boca, en todos esos segundos una mirada no había dejado de ver y descifrar cada acción.

Metió el alimento a su boca y dio el primer mordisco, no había logrado evitar aquel sonido de satisfacción al sentir el explosivo sabor del pescado, su rostro se ruborizo por la acción cometida por reflejo, sumándole lo feliz que estaba por tragarse un poco su disgusto solo por comer aquel manjar.

No le tomo mucha importancia a lo que pasaba a su alrededor y dio otro mordisco más, tal vez y solo tal vez, si era el moreno quien preparará pescados para comer, si aceptaría gustosa aquello.

Giro su mirada con su boca llena, dando le un aspecto más fascinador para quien le veía, su mirada decía más que su boca, la sonrisa aún plasmada, y las mejillas regordetas por el alimento eran la mejor adulación que alguien podría darle.

Fue en ese momento exacto que supo que si había estado a las expectativas de la chica, fue entonces que dejó de preocuparse por eso, sorprendiéndose de sí mismo cuando soltó el aire que inconscientemente empezó a retener.

—¡Yo también quiero!— exclamó un pelirrojo, cortando por completo la burbuja creada por los dos adolescentes

—¡Ya te di ayer!— respondió el peliblanco enojado por su interrupción —Además, ¿Que hacen aquí?— pregunto molesto

—Eiby nos trajo— fue ahora turno de hablar del pelinegro mientras se acercaba a la chica, con claras intenciones de quitarle su alimento

—Toca y te corto la mano— amenazó ella alejando su plato de comida con una mano y con otra apuntándole con los palillos —Y yo no los traje, ustedes se colaron— su rostro y acciones claramente mostraban como si lo anterior solamente era cosa de su imaginación, aunque claro estaba que no era así. El constante movimiento de pierna la delataba, estaba nerviosa.

SPICES (Akira Hayama)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora