~38~ 🍽 Primer asalto de la batalla 🍽

75 10 0
                                    

Luego de un largo mes de espera estaban al fin al final de la vía del tren, ahora, para llegar a la isla sólo quedaba un viaje en barco, el primer viaje que hacía en ese tipo de transporte, ya había viajado en tren y ahora en barco, había conocido diferentes lugares y estado en la nieve, había tenido tantas experiencias nuevas que lo creía hasta irreal, quitando todo su mal sentir.

Si bien no ignoraba a sus amigos, no comentaba nada, su silencio era tanto que si alguien no giraba a ver a los alrededores no sabrían si seguía ahí, caminaba detrás de todos y los veía, si se iba, los iba a extrañar tanto. Llevaba todo ese tiempo mentalizándose para irse.

Aunque su regreso ya estaba decidido esperaba que ese día tardará un poco más en llegar, quería estar con ellos el tiempo que más pudiese, antes de dejar todo atrás.

El viaje terminó, se había quedado un rato fuera del camarote viendo el paisaje, el aire frío golpeaba su rostro y la mantenía despierta y en tierra, había estado tan callada y pensativa que aunque no lo mostrará ninguno, empezaba a ser preocupante, aunque todos se tranquilizaron ante las palabras de la peliblanca al decir que sólo necesitaba tiempo para regresar a ser ella misma.

Había hablado con todos respecto a la anterior conversación que habían tenido, no había dicho mucho ni lo dijo con detalles, así que todos comprendían que la chica tenía mucho en que pensar y razonar, tenía mucho aún que tenía que arreglar.

Para cuando se reunió con todos estos ya estaban esperando para adentrarse al sitio en el que iban a presentarse los últimos rebeldes y los consejeros actuales.

Al estar dentro lo primero que vio fue el gran número de alumnos que estaban sentados en las gradas, y los hombres que estaban sentados en lo más alto del lugar, hombres relacionados al mundo gastronómico y que estaban del lado de Azami.

La explicación apareció por la misma chica que hacía de presentadora en sus primeros meses en la escuela, aquella que estaba tan cambiaba que por un instante no reconoció.

Vio por todas las grabadas, queriendo encontrar a la chica amiga suya que aunque no estaba del lado de Central y Azami no se había revelado, y no la culpaba por ello.

La acción había sido en vano. Eran tantos alumnos que no lograba encontrarla, notando aquello desistió en seguir buscándola.

Lo que termino captando su completa atención fue el momento en que se mencionaban a los consejeros y poco después a los rebeldes, donde Isshiki-sempai se mostraba y era abrazado por una Yuki llorando.

Se acerco a este y al igual que la peli naranja le abrazo, nunca lo había hecho pero el que el otro no preguntará ni le apartará y solo se limitará a acariciar su cabeza en forma de consuelo había sido suficiente para tranquilizarle un poco.

Por lo que, consiguiente a aquel momento ahora estaban todos dentro de una habitación con barrotes que separaban a todos los rebeldes de los demás alumnos.

Una especie de cárcel a quienes no congeniaban con Azami, le molesto definitivamente pero no protesto, algo bueno de todo eso, es que entre todos habían logrado arruinar momentáneamente los planes de aquel director.

Tomo asiento al final del cuarto, lugar donde un chico se sentó a su lado poco después, no quiso voltear, ni abrir los ojos que había cerrado mientras escuchaba todo lo que decían y planeaban.

Porque aunque no tuviera el super olfato de aquel peliblanco, sabía distinguir aquel característico aroma a ligera Canela y especias, un aroma que podría distinguir aún con los años.

Mentiría si dijera que no sentía nerviosismo, algo que empezó a sentir al enterarse de sus sentimientos, y que por las situaciones recientes se camuflaban de enojo y decepción. Al tener las cosas arregladas los sentimientos típicos de una chica enamorada eran notorios, pero que sabía disminuir lo mejor que podía.

SPICES (Akira Hayama)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora