~02~ 🍽 Favores 🍽

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Tarde.

Eso era lo único que se repetía en su cabeza, había quedado hasta tarde conversando con Yukihira sobre varias cosas de cocina y lo interesante que se le hacia al chico el tema de los 10 consejeros, le había agradado desde el momento en que entablaron conversación. Aunque la mayoría de lo que el pelirrojo decía no le entendía.

Había dormido tarde y despertado igual, cuando bajo a desayunar los demás ya no estaban en la residencia, en el trayecto a la cocina se encontró con Fumio-San quien le tendió un poco del desayuno, unas tostadas con mermelada, no tuvo el tiempo ni de disfrutar aquellas dos rebanadas pues tuvo que volver a subir corriendo para terminar de alistarse.

Cuando lo hizo y aun sin peinarse bajo rápido las escaleras y se fue gritando un "Me voy" a la encargada que le despidió con un "Buena suerte".

En el transcurso caminaba rápido y trotaba por momentos, esperaba al menos llegar con unos minutos de sobra para poder descansar.

Durante el trayecto como podía se iba arreglando el cabello, no se peino bien pero al menos una coleta alta dejando su flequillo acomodado si pudo hacerse.

Su respiración era algo entrecortada, el camino está bastante largo y aún parecía ser que no llevaba la mitad de trayecto.

Detuvo su paso unos segundos para descansar sus piernas, caminar rápido era más agotador que caminar normal todo ese tramo.

Para cuando estuvo por seguir, una motoneta se detuvo a un par de metros delante de ella, alzó la vista y noto al joven compañero de clases que tenía.

Se acerco y aún sin poder hablar fluidamente el japonés le saludó.

—Buenos días, Hayama-kun— saludo como en el último tiempo que llevaba haciendo

—Buenos días Eiby— respondió el saludo —Sube, te llevo— dijo haciendo que la chica abriera sus ojos y de un momento a otro empezará a negar rápidamente

—No es necesario— empezó a decir siendo cortada por el otro

—Vas tarde, y aún falta camino, no llegaras— dijo obvio ante ello, no entendía la razón del por que, pero esa chica parecía recia a subirse

Una no tan larga charla del por que debía subir empezó, al final el peliblanco fue el victorioso, había notado que la chica se ponía nerviosa ante tal transporte, por alguna razón debía de ser.

Durante el trayecto sintió el agarre a su ropa y el leve jaloneo que la pelinegra hacia, definitivamente no le gustaba viajar en eso, pero aun así, cuando bajo tras estacionarse se inclinó y agradeció la ayuda por haber sido traída.

No dijo nada y simplemente asintió leve con la cabeza, emprendiendo camino al salón de clase donde empezaría la jornada escolar.

En el salón, ya ambos con sus respectivas ropas para cocinar esperaron al profesor mientras la chica leía el libro de japonés con la esperanza de poder aprender por completo, o al menos ser más entendible su habla y lectura, aquel idioma.

Para cuando llego el profesor guardo el libro junto a sus demás cosas y empezaron la clase.

El descanso había llegado y el estómago de la chica seguía pidiendo alimento como desde la segunda hora de clase.

Parecía muerto viviente caminando con sus pasos arrastrándose, esperaba con ansias llegar donde sus amigos para ser alimentada por alguno.

Más sin embargo parecía ser que estos conspiraron en su contra pues no podía encontrarlos, lo último que le quedó por hacer fue tirarse a una de las bancas del patio a descansar y a guardar energía para lo que restaba.

SPICES (Akira Hayama)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora