Capítulo 5

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Los personajes pertenecen a la trilogía de "El corredor del laberinto" de James Dashner, lo único que es mío es la trama.

¡Muchas gracias por todas las visitas y los votos! Me animan a seguir escribiendo. Comenten si les ha gustado, si quieren alguna escena en especial, etc.

También tengo que añadir que este es mi último día de vacaciones y en vez de actualizar el fic cada tres o cuatro días, tendrá que ser una vez a la semana, seguramente en domingo. Espero poder sacar el tiempo para seguir esto ya que me gusta muchísimo el mundillo del fanfiction. ¡Disfruten del capítulo!

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Cuando me desperté tardé un poco en abrir los ojos. Notaba un peso en mi hombro y un leve dolor en la espalda. Me di cuenta de que estaba sentado en el suelo, lo cual explicaba lo incómodo que me encontraba.

Levanté un párpado lentamente, después el otro. Tenía un mando de la Play en las manos y la tele estaba abierta con un juego de carreras de coches encendido. Al girarme un poco vi qué era el peso en mi hombro: la cabeza de Newt. Por lo visto nos habíamos quedado dormidos jugando.

Observé al chico mientras estaba sumido en su mundo de sueños. Si ya parecía un ángel estando despierto, dormido no había palabras para describirlo. Era tan adorable. Quería abrazarlo, pero me daba miedo despertarlo. Tenía el pelo despeinado y los labios entreabiertos, por donde soltaba un pequeño soplo de aire cada vez que expiraba.

Newt soltó algo parecido a un suspiro y se llevó una mano a los ojos, frotándoselos. Después se desperezó y levantó su cabeza de mi hombro. Se quedó mirando al infinito unos segundos antes de despejarse del todo con un bostezo.

Al verme a su lado sonrió.

-Buenos días, Tommy.

-Buenos días, Newt –le contesté con una sonrisa.

Volvió a bostezar. Podría quedarme mirándolo toda mi vida.

-Nos quedamos dormidos jugando, por lo que se ve –dije al ver que quizá Newt tardaría un poco en reaccionar.

Él asintió lentamente y se levantó, estirándose. Oí algunos crujidos provenientes de su espalda. Yo también me levanté (eso sí, con un poco de dificultad).

-Son las nueve de la mañana –comentó el rubio, mirando el reloj que colgaba en una pared-. Y mañana empezaremos a grabar –me miró con emoción-. Tengo muchas ganas de trabajar contigo, Tommy.

-Yo también –le contesté, abrazándole por detrás.

Newt se giró hacia mí y me dio un beso corto. Noté una especie de corriente eléctrica por todo mi cuerpo.

-¿Tienes hambre? Porque yo me comería un caballo –sonreí y me separé de él con algo de pesar. Ojalá hubiese estado todo el día abrazado a él.

-Voy a ver qué tengo para desayunar –me dirigí a la cocina. Noté que Newt me seguía-. Puedo preparar tortitas o tostadas, también hay cereales.

-Tostadas está bien –contestó, acercándose a mí-. ¿Tienes té?

Revisé entre los estantes, pero no tenía ni una infusión. De hecho, lo único que había eran bolsas enormes de Colacao. Ese era mi desayuno casi cada mañana, para ser sincero. Sí, lo sé, mi alimentación también era pésima… pero bueno.

-Tengo Colacao –Newt soltó una corta carcajada que me dio un subidón de energía. Ni café ni mierdas, oírle reír era lo que me daría fuerzas-. ¿De qué quieres la tostada? –le pregunté después de poner el pan en la tostadora.

-De queso. Me encanta el queso –comentó, y no fue hasta entonces que no me di cuenta de que casi no sabía nada sobre sus gustos.

Por lo visto él estaba pensando lo mismo, ya que dijo:
-No sé cuál es tu color favorito.

-Creo que el verde –contesté mientras sacaba las tostadas y las ponía en un plato-. ¿Y el tuyo?

-Mi color favorito es el de tus ojos –susurró mientras me abrazaba.

Me hubiese dado un infarto allí en medio si no fuese porque tenía a Newt en mis brazos, y eso me hacía pensar que nada iba a salir mal. Nada podría salir mal. Le apreté contra mí con fuerza y nos quedamos así hasta que el sonido del estómago de Newt rompió el silencio. Él se separó, visiblemente avergonzado, y yo le dediqué una sonrisa.

-Mejor vamos a desayunar –propuse. Él asintió.

Noté que me miraba mientras sacaba el queso en lonchas y la mermelada de la nevera. Al girarme hacia él vi en sus ojos un brillo de emoción, de alegría. Eso fue lo que me animó el resto del día.

-Tommy estoy muy contento de estar contigo –dijo con cariño.

-Y yo de estar contigo –sonreí.

Me propuse que nada iba a arruinar ese día. Iba a pasarlo con Newt y nadie podría impedírmelo, ni siquiera en un millón de años.

-Es una suerte que nos haya tocado ser Thomas y Dylan –comentó mientras mordisqueaba la tostada-. De hecho, creo que no me sentiría cómodo si me tocase ser el Thomas de alguien más.

Ese «el Thomas de alguien más» hizo que mi corazón diese un brinco. Es verdad, Dylan y Thomas eran pareja a partir del último capítulo. Resulta que esa parte no me la había leído porque ya se había resuelto el misterio principal y no me interesaba lo demás.

-Tendremos que agradecer a quien sea que haya hecho el casting por habernos juntado –sonreí.

-Creo que lo hizo Minho, pero no estoy seguro –se encogió de hombros-. Qué más da. Lo importante es que nos hemos conocido y ha sido la mejor casualidad de mi vida.

No supe qué contestar a eso. Bueno, miento. Sí que sabía qué contestar, pero era algo que nunca le había dicho a nadie que no fuese de mi familia. Era algo tan poderoso que podía mover montañas y parar el tiempo. Y no podía callármelo.

-Te quiero, Newt –dije con un suspiro soñador. Él sonrió y noté que sus mejillas se sonrojaban.

-Y también te quiero, Tommy.

Detrás de los focos |Fanfic Newtmas/Dylmas [TERMINADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora