Capítulo 10

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os personajes pertenecen a la trilogía de "El corredor del laberinto" de James Dashner, lo único que es mío es la trama.

¡Muchas gracias por todas las visitas, los votos y los comentarios! Me animan a seguir escribiendo. De verdad, muchísimas gracias ♥ Este capítulo es más corto, pero prometo que el siguiente será un poquitín más largo.

Comenten si les ha gustado, si quieren alguna escena en especial, etc. ¡Disfruten del capítulo!

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-Vais a seguir negándolo, ¿verdad? –me preguntó Teresa, cruzándose de brazos. Yo asentí lentamente. Después de contarle lo que había pasado con Newt parecía mucho más relajada y animada que antes.

-No podemos decir al mundo entero que mentimos acerca de Branda y Harriet. Además... no sé –me removí con incomodidad-. No sé si estoy preparado para que el mundo lo sepa.

Mi amiga asintió.

-Me alegro mucho por vosotros, en serio –sonrió. Esa sonrisa me dejó descolocado.

Últimamente todas las que me dedicaba eran tristes, preocupadas... no me di cuenta de lo falsas que habían sido hasta ese momento, donde pude compararlas con la sinceridad de esa.

-Gracias –le devolví la sonrisa-. ¿Y qué tal te va con Aris? –pregunté después de un momento. Toda la calma y tranquilidad que su expresión reflejaba se fue de un plumazo.

-Es muy largo de explicar –murmuró-. No estoy segura de que... -se paró en seco y desvió la mirada. Se notaba que no estaba cómoda con esa conversación.

-Si no me lo quieres explicar ahora, da igual –le dije, aunque por dentro me moría por saberlo-. Respeto que no sea el tema más adecuado y...

-No –me cortó-. Quiero explicártelo. Solo quiero unos segundos para empezar a contártelo.

Asentí y me recosté en el sofá. Teresa estaba a mi lado. No pasaba por alto el detalle de que estaba apartada de mí, como si no quisiese recordar la época donde estábamos juntos. La verdad es que no estaba seguro de si yo quería recordarla.

Fue en ese sofá cuando ella me dijo sus sentimientos. Quizá por eso siempre estaba tan incómoda cuando le hablaba sobre Newt sentado allí.

Recuerdos. Los recuerdos son un arma de destrucción masiva, sobre todo para los que los posee. Algunos son buenos, algunos te hacen feliz, pero otros te destrozan el alma a pedazos y te dejan hecho una mierda.

Teresa suspiró, y eso me quitó de mi ensoñación.

-Todo empezó hace un año –un año. Entonces ya estábamos saliendo desde hacía poco. Noté un nudo en mi estómago-. Fue entonces cuando me di cuenta de que la vida que vivía no me gustaba. Quise hacer algo al respecto, pero era difícil. Entonces conocí a Aris. Él... me dijo que me ayudaría. Pero... a cambio de algo –no quise preguntar qué quería ese hombre a cambio y ella no me lo contó-. Me sentía sucia, mentirosa. Culpable. Sabía que si te enterases ibas a estar destrozado, así que te lo oculté... y no debería haberlo hecho –noté cómo dos lágrimas caían por sus mejillas y pasé un brazo por encima de sus hombros, atrayéndola hacia mí-. Fue por eso por lo que corté contigo. No sentía que te mereciese. Me prometí que no te contaría nada de esto hasta que estuvieses con alguien más, porque eso significaría que yo ya no te importaba tanto –noté dolor en sus palabras y fue entonces cuando me di cuenta de por qué siempre estaba tan apartada de mí.

Teresa aún me quería.

-Lo sé, soy una estúpida –sollozó. No sabía qué hacer, así que le di un abrazo-. Sé que nunca me podrás perdonar. Debería haber confiado en ti.

-Teresa, voy a hacerte dos preguntas. Tampoco tienes por qué contestar si no quieres, ¿vale? –mi voz sonó más segura de lo que yo estaba. Ella asintió-. Primero, ¿qué estabas negociando con Aris? O sea, ¿qué es lo que querías cambiar de tu vida? Eso es solo una pregunta –añadí.

-Quiero ver el mundo –susurró-. Estaba intentando llegar a un acuerdo con él para tomarme un año sabático y dar una vuelta al globo. Me prometió que te conseguiría otra agente provisional, pero... tardó más de lo que pensaba. Por eso estuve tanto tiempo sin contactar contigo –lo dijo todo con rapidez, como si se quitase un peso de encima.

Asentí. Ella siempre me había hablado de las maravillas del planeta. Tenía la habitación llena de imágenes y postales de lugares de todas las partes del mundo.

-Y lo segundo, y esto sí que no tienes por qué contestarme... -no estaba seguro de querer saber la respuesta a esa pregunta-. Teresa, ¿aún me quieres?

Silencio. Creo que eso hablaba por sí solo, pero ella no opinó así y quiso aclarármelo.

-Sí, Tom. Aún estoy enamorada de ti. Pero yo quiero que seas feliz, aunque eso signifique que no estés conmigo –me miró con pena y arrepentimiento-. Y dios, ojalá puedas perdonarme algún día.

-Te perdono, Teresa –le dije con seguridad, y supe que era verdad-. Sigues siendo mi mejor amiga y mi agente y no voy a estar enfadado contigo ni en un millón de años, ¿me oyes? No llores –le sequé las lágrimas-. Vas a ver el mundo, ¿vale? Vas a ver el mundo entero y un montón de sitios que te van a quitar el aliento y conocerás a alguien que te hará muy feliz. Y sabes que puedes contar conmigo para lo que sea.

-Gracias –susurró con una sonrisa. Entonces me volvió a abrazar.

Nos quedamos un rato así hasta que sonó el teléfono fijo y tuve que levantarme a contestar.

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-¿Hola?

-Tommy –la voz de Newt sonaba rara al otro lado del auricular-. ¿Puedes quedar ahora? Necesito verte.

Noté un montón de mariposas en mi estómago.

-Ahora mismo estoy con Teresa, pero puedo venir en un rato. Supongo que lo entenderá.

Casi noté cómo Newt asentía con la cabeza.

-Bueno, ya sabes. Cuando estés, ven a mi casa. Quiero enseñarte algo.

-De acuerdo. Nos vemos después –me despedí-. Te quiero.

-Y yo a ti –oí poco antes de colgar el auricular.

-¿Quién era? –preguntó Teresa cuando volví al comedor.

-Newt –contesté-. Hemos quedado luego.

Ella asintió y se quedó en silencio un rato, como pensando algo. Reconocía esa mirada.

-Si quieres me voy ya, ¿eh? No te preocupes por mí –me dijo al final, lentamente. Yo negué con la cabeza.

-Cuando te vayas iré yo hacia allí, no te preocupes.

Ella asintió y nos quedamos en silencio. Ahora ninguno sabía qué debíamos hacer.

-¿Jugamos a videojuegos? –propuso ella de repente, levantándose del sofá. Yo sonreí.

-Por cosas como estas molas tanto –le contesté-. Solo un par de carreras –concluí, abriendo la consola.

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¿Alguna propuesta para la cita de Newt y Thomas? (͡° ͜ʖ ͡°)

Detrás de los focos |Fanfic Newtmas/Dylmas [TERMINADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora