0.3 - Un lindo momento que se marchita

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Han pasado muchas cosas en estos últimos tres meses que tienen a Eliwood muy preocupado. Lo de la visión de Sophia es por el momento lo menor de sus preocupaciones, siendo opacado por tres noticias que circulan en Lycia.

La primera (la que más le preocupa) es por el estado de salud de Ninian después del parto. Eso le recuerda unas palabras de Athos el archimago, que antes de morir, le comunica a Eliwood sobre que en el parto, las dragonas se vuelven más débiles y que con que la energía vital de Ninian que baja cada día debido al precio que tuvo que pagar por vivir en Elibe, hacen de esto la mayor preocupación a Eliwood que puede peligrar tanto la vida de su amada como la vida de su bebe.

El segundo problema radica en temas políticos, sobre una guerra civil entre el rey del imperio de Bern contra su hijo: el príncipe Zephiel, esta batalla ha generado mucho temor por parte de todo el continente.

Y la tercera es solo un rumor, pero cada día circula más y más entre la gente haciendo que el marqués sienta algo de credibilidad. Consiste en que han visto a un grupo de encapuchados que pasan de ciudad a ciudad con un aire sombrío en sus movimientos que no es normal. Algunos civiles de Bern dieron alarma sobre de un grupo extraño aprobado por el príncipe Zephiel conocido como: "La Orden del Invierno Final", una organización que nadie sabe cuál es su propósito en la realeza de Bern, pero que ha generado algunas dudas en la población y que Lycia haya visto a encapuchados vigilando a toda la población ha generado una preocupación en los líderes de cada marquesado.

Con estos tres problemas en su mente, Eliwood se sienta en un sillón mientras lee las cartas enviadas por Hector, el marqués de Ositia y de paso observa una pintura del anterior marqués de la cual le da recuerdos muy amargos y dulces. Con sus pensamientos sin poder centrarse, Eliwood deja las cartas y se para del sillón dirigiéndose a la ventana.

Observa una pequeña armonía en la ciudad que rodea al castillo, con un comercio que florece, con la muchedumbre tranquila y con los niños jugando y creciendo muy felices, hacen que Eliwood se pregunte si su hijo será capaz de ser alguien verdaderamente fuerte, amable, defensor y honesto para el pueblo. Estas dudas le generaron otro problema, la población de Lycia y sobre todo, la propia gente de Pherae saben que Eliwood está casado, pero no saben que su mujer es una dragona. Por lo tanto el propio marqués está en un dilema si decir sobre la verdadera identidad de su amada y que pasara con su hijo cuando nazca, será completamente un humano, o tendrá algo especial relacionado con los dragones.

Su duda aún sigue muy latente hasta que la puerta que conecta con la habitación de mando (donde Eliwood estaba) con el pasillo principal se abre de golpe, apareciendo Merlinius de improvisto, cansado y empapado de sudor.

—¡¡LORD ELIWOOD!! — decía explosivamente Merlinius, Eliwood se asusta al verlo.

—¿Qué... qué pasa Merlinius?, ¿Por qué sudas tanto? — preguntaba Eliwood.

—¡Es una emergencia mi lord!, ¡una grande! — decía alterado el consejero.

—¡Calma! ¿qué sucede, acaso alguien nos ataca? — decía de forma tranquila el marqués.

—No, mi lord... ya...viene — Merlinius trataba de hablar, pero el cansancio le gana.

—¿Qué cosa? — preguntó esta vez más serio Eliwood.

—Él...¡él bebe! — dijo finalmente el consejero, dejando bien en claro que la hora del parto había llegado. Eliwood preocupado se va de la habitación velozmente junto a Merlinius quien trata de seguirle el ritmo. Eliwood se apuraba para dirigirse a la habitación donde estaba Ninian, mientras los trabajadores del castillo se percataban que había llegado el momento.

Fire Emblem: The Dragon SealDonde viven las historias. Descúbrelo ahora