🌙 Comer de mas te hará un basilisco (Parte 2)🌙

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Hace unos años atrás.

En una parte oculta del castillo del emperador.

Belos avanzaba firme entre los pasillos, la oscuridad de ese sótano era realmente tenebroso de caminar a solas, pero el emperador se dirigió hacia una puerta de metal y se le fue abierta al ver su presencia por una trampilla para verificar a la visita.

Unos soldados se pusieron firmes ante su presencia, Belos se detuvo para ver que un guardia fornido estaba terminando de anotar el reporte del intento número 3 de su experimentación con basiliscos.

- ¿Esta listo?- preguntó Belos.

- Sí señor, estaba apunto de activar la maquina - aclaro el guardia fornido.

- Hazlo.

Desde el otro lado del cuarto, guardado sobre una cúpula similar a una jaula, habían conectores que en sus puntas habían pedazos de piedra Galdor, eran dirigidas hacia una plancha de metal, se encontraba una clase de montículo de tierra, algo extraño ya que mayor parte del castillo era de piedra pero era como si parte de la naturaleza tratara de colarse por el suelo.

El guardia bajo una palanca, esta chirrío y desde el otro lado de la vitrina unos gusanos eléctricos fueron animados a correr por una rueda giratoria de molino, comenzando a emanar energía de su cuerpo y con ayuda de unos atraparsyos, dirigían la energía por un cableado y este era redirigido hacia el montículo de tierra, en cuanto la electricidad hizo circuito, del montículo de tierra pareció temblar algo, en cuando la máquina fue apaga, esperando unos segundos.

- . . . - la mayoría de los presentes estaban callados, Belos abrió la puerta del sitio y avanzo dentro, la jaula de metal fue retirada y el emperador se agachó.

- Vamos...- murmuro molesto Belos.

Fue cuando de la tierra pareció moverse algo por debajo, luego unas garritas de apariencia reptiliana salieron.
Los soldados se asomaron, impactados por lo que veían.

Pronto una cabecita se asomo por la tierra, luego con algo de esfuerzos comenzó a moverse, tratando de limpiarse pero tosía al sentir la tierra por sus narices.

- Funcionó...- dijo uno de ellos - Santo titán...

- Por la madre de todas las estrellas...- dijo otro, sujetándose de su compañero.

Belos solo podía sonreír para sus adentros, lo sabia, sabia que esa tierra había funcionado, todo gracias a la magia salvaje residual de el sitio.

- Bien... Bien...- reía Belos.
Poco a poco la pequeña criatura salia de la tierra, con algo de dificultad para respirar, tosía la tierra de su pequeño hocico, luego parecía chillar, chillaba justo como un bebé.
Un guardia se acerco de forma rápida hacia la habitación, quitándose la capa en el proceso.

- Llevenlo a una jaula - ordeno Belos, levantándose del suelo y dándole la espalda al guardia, este en cambio se apresuro a ayudar al ahora bebé basilisco a poder estar limpio y no tener tierra en sus fosas nasales.

El bebé basilisco nació con el característico color de escamas de un verde muy claro, además que su recién cabello de nacido era de un color rojo.

- Pero...- el soldado dudo - Emperador, es sólo un bebé... ¿No seria mejor llevarlo con la madre?

- He dicho que a una jaula - espeto Belos con seriedad.

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