🌙 Hechicería Salvaje 🌙

🌙 Aceptar las malas miradas 🌙

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Al día siguiente.

Puesto de policía del aquelarre del Emperador.
Zona de Bonesburgh.

Steve estaba en un escritorio haciendo un papeleo de salida de algunos prisioneros.
Los puestos de policía además de servir como una pequeña cárcel para las brujas rebeldes, también se mantenía un registro constante de quienes entraban y salían, sus sentencias pasadas y si había necesidad de llevarlos al conformatorio.

Esta práctica llevaba desde el ascendió de Belos como emperador.
Hace 50 años que el Aquelarre solía cambiar mucho de uniformes o de sistema de seguridad pero no mucho sobre cómo se impartían las cosas respecto a la justicia.

Uno pensaría que ser soldado de aquellarre constaba de ser un fiel servidor a la palabra y juramento de alma al emperador, pero también existían sus huecos en el contrato.

Steve desde que era niño, soñaba con ser soldado del aquelarre más exclusivo y firme de las Islas, todo eso porque desde muy chico veía a soldados hacer su trabajo con dedicación y mantenían un orden público y mágico a puño de hierro, y todo eso sonaba genial.

Eso creía...

- Deja de quejarte, adentro - empujó un soldado a una bruja joven.

- Hey!- exclamó la bruja molesta, se le cerraron las rejas apenas puso un pie dentro de su celda - ¿Y que si no tengo marca de aquelarre? Yo no quiero unirme a uno en primer lugar.

- Eso te hace una bruja salvaje, bajo nuevo dictamen nadie puede hacer magia sin un símbolo de un aquelarre - aclaro el soldado hacia la nueva prisionera - Así que más te vale que vayas memorizado el contacto de tus padres para que vengan por ti y nos aclaren las cosas.

Señaló el soldado, este paso de largo del escrito de Steve, este le entrego un papel que debía llenar, tratándose de su carta de testimonio para el reporte del día.

- Agh... Hombre, cada día es más difícil atrapar a las brujas salvajes - comento el soldado hacia Steve mientras hacia un círculo de invocación para hacer aparecer una pluma y empezaba a escribir en la hoja de reporte.

Steve giró la cabeza para ver al "prisionero" en custodia.
Era en realidad un chico, tal vez no pasaba de los 18 años o más, tenía la característica de ser un demonio bípedo de lamia, estaba caminando en círculos alrededor de su celda.
A nadie me gustaba estar encerrado y bajo una amenaza de estar en el sistema de reportes.

Si tu nombre aparecía en alguno de los sistemas de la policía del emperador, pues eso incapacitaba tu chance de estar en un buen aquelarre o acaso (si eras menor) pondría a tus tutores en un muy mal ver.

Steve entendía que ese debía ser su trabajo, el aplicar un orden como soldado del emperador hacia las brujas rebeldes.
Que seguramente ellas le hacían "un mal" al Titan, pero...

- ... Sabes, tampoco tienes que ser tan duro - contesto Steve a su compañero - Son solo brujas salvajes, no una plaga de abejas de fuego.

- Ya sabes las reglas, Belos dice que la magia salvaje enfurece al titán - aclaro su compañero terminando de firmar su papeleo de testimonio y entregárselo a Steve.
Este lo leyó un poco.

Testimonio del policía:

Alrededor del medio día del presente año, la bruja salvaje estaba ejerciendo magia ilegal en una zona alejada de Bonesburgh, estaba invocando magia de plantas que eran comandadas para hacer grafitis en la zona de las paredes de las afueras de Bonesburgh por la zona de alcantarillado.
Además que dejó graffitis con pintura encantada, las imágenes representadas eran una ofensa para el nombre del emperador y el sistema de aquelarres.