🌙 Breaking the glass 🌙

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Una falsa ilusión creará un sentimiento verdadero.

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Cabeza del titán.

El basilisco Tres se encontraba desorientado.
En cuanto esté abrió los ojos, noto que ya no estaba en su celda del castillo.
Todo el ambiente era... Frío, oscuro y algo lúgubre. Claro, diferente a la zona de calabozo dónde antes residía y se creció.

El suelo era raro, firme pero de textura extraña al tacto.
Era... Rasposo, le recordó un poco a la textura de los huesos de una rata ocular que comía en las celdas.

- Ngh...- el basilisco se levantó con dolor pero noto que había alguien en una mesita en el medio de la habitación lúgubre.
Aunque alejado, Tres reconoció al hombre, parecía estar anotando algo, por como se encorvaba ligeramente hacía el frente, pero reconocería ese cabello cenizo en cualquier lado.

- Vaya, ¿Ya te levantaste?- pregunto Belos, apenas escucho quejas por detrás de este.

El emperador se encontraba de espaldas hacia el basilisco.
Tres al verlo gruño y se iba a lanzar contra Belos, el emperador apenas vio su espalda cuando esté levantó un puño y este se iluminó en una energía roja.

Fue ahí cuando el basilisco sintió una puntada agresiva llegar desde su brazo y afectarle de una forma horrenda a su cuerpo.
Era como si hubiera sido electrocutado pero el escozor empeoró de tal forma que el grito que soltó resonó en toda la cabeza del titán.

El basilisco número Tres cayó de lado al suelo, sujetandose su brazo con dolor y viendo hacia la marca de aquelarre que se le había sido forzado a tener. Ahora esta estaba ligeramente iluminada y se marcaban sus venas alrededor del tatuaje.

- Ugh, ¿Podrías dejar de intentarlo?- se quejo Belos de mala gana - Es bastante patético que siquiera pienses en eso...

El emperador se giró. Usaba una camiseta blanca, sus mangas estaban subidas hasta los codos, llevaba un pantalón oscuro además de botas largas.

El brazo izquierdo tenía marcas de glifos alrededor de este y parecía abarcar una buena parte del brazo, la piel cicatrizada tenía otro color y la apariencia que daba era como si habían sido hechas con el filo de un cuchillo de mala precisión, una cicatrización poco sana en apariencias.

- Ngh!!- gruño el basilisco - Tienes muchas agallas para... Privarme de mi libertad con esta porquería de tatuaje.

Señalo Tres su brazo con la marca del aquelarre del emperador, buscaba levantarse, pero estaba tan débil que prefirió solo buscar con la mirada a Belos desde el suelo.
No había comido en un buen rato, estaba casi seguro que iba a comer las ratas que se acercarán a su celda, pero despertar en otro entorno, te cerraba un poco las opciones.

- Si bueno, en realidad es un sello de runa mágica... Pero no es parte de la magia del titán - aclaro Belos, se ató el cabello en una coleta de caballo y tomo aire.
Trajo su bastón de magia artificial, se acercó al basilisco pero en vez de buscar reprimirlo, comenzó a dibujar alrededor de Tres.

Primero hizo un círculo alrededor suyo para encerrarlo dentro de este, luego comenzó a dibujar algo por el suelo. De forma muy desinteresada, después de todo, dudaba mucho que el basilisco estuviera con la energía para gastarla en intentos de hacer algo como tratar de absorber su magia, cuando en realidad no haría más que tratar de absorber la magia de las maldiciones que tenía.
No era diferente, pero Belos no estaba con el humor de soltarle un golpe.
Menos tenía las fuerzas para gastar su estamina en golpear al basilisco, aunque se moría de ganas de liberar estrés.
No había comido magia de palismanes y la maldición le estaba comenzando a molestar en su corazón.

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