Capítulo 1: De vuelta. Otra vez
8 de septiembre
Me llamo Audry, sí Audry, pero todo el mundo me llama Aud.
Hoy es mi primer día de instituto y tiene que parecer que tengo ganas, pero no las tengo. Claramente. He hecho cosas fantásticas este verano y no quiero tener que volver.
He estado en la playa y he hecho una amiga nueva, Sara, nos lo hemos pasado genial juntas. Pero ahora hay que volver, otra vez.
Antes me solía gustar volver al instituto, pero eso era cuando tenía amigos con los que hablar. Ahora estoy totalmente sola, creo que es una de las consecuencias de estar en una clase nueva.
De todas formas tengo que intentar parecer contenta porque no quiero oír a mi madre diciéndome que haré nuevos amigos y esas tonterías.
Llevaba con mis compañeros de clase desde hace nueve años antes de que esto pasara, con esto me refiero a esto:
Al final del curso con eso del cambio a tercero de la E.S.O la gente se empezó a marchar a otros institutos, algunos decían que era por los horarios aunque realmente no sé por qué se fueron. Al final nos quedamos solamente 16 alumnos y se supone que tenemos que ser unos 20 ó 25 por clase, así que "la gente importante" del instituto decidió (sin nuestra opinión) que la mejor opción que había era repartirnos a los pocos que quedábamos entre el resto de las clases.
Tengo que dejar esto ya si no quiero volver a oír a mi madre diciéndome que me dé prisa.
Ni siquiera sé si esto es un diario porque no creo que escriba en él todos los días.
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Dejo mi "diario" debajo de mi almohada y espero que nadie sea capaz de encontrarlo antes de que llegue a casa después del instituto.
Cojo mi mochila, que está casi vacía como siempre que volvemos el primer día, y bajo las escaleras. Mi madre está en el pasillo mirándome con esa cara típica suya que significa "te estoy esperando"; le digo adiós a mi padre y mi madre y yo nos vamos.
Entramos en el coche y yo como siempre pongo la radio y canto mientras la escuchamos.
Mi madre está pensando en algo, o está preocupada por algo, pero estoy segura de que algo está pasando por su mente porque conozco muy bien a mi madre y ahora no está como siempre.
De repente me mira, y yo no quiero parecer preocupada por el colegio, porque sé que si se da cuenta empezará a decirme que haré nuevos amigos, que seguro que me gusta mi clase nueva, y esas cosas que las madres dicen normalmente. Así que intento parecer alegre y contenta, pero mantiene su mirada en mí, como me siga mirando nos estrellamos pienso para mí. Me empiezo a poner nerviosa porque me está mirando durante demasiado tiempo y no sé qué decir o hacer. Antes de que aparte la mirada de ella, sin saber que espera que haga me pregunta:
-¿Estás nerviosa?
-Sí, supongo. Bueno como siempre, le digo.
-Pero...¿Estás nerviosa o preocupada?
Me quedo paralizada, mi madre nunca me pregunta esas cosas, y obviamente no estoy nerviosa, estoy aterrorizada y no estoy preocupada, estoy muy muy preocupada. No tengo ni idea de cómo mentirle a mi madre, me conoce igual que yo a ella, sabe el significado de cada gesto que hago. Así que me tranquilizo lo más que puedo, respiro hondo y respondo firmemente:
-No, sólo estoy un poco nerviosa, pero es lo normal.
Después sonrío y espero haberla convencido.