Capítulo 12: La banda sonora de mi vida

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Capítulo 12: La banda sonora de mi vida

Cuando Diego ya está fuera de mi alcance visual, mi padre llega y yo entro en el coche. Dejo la mochila en mis pies, enciendo la radio, sonrío a mi padre, él me sonríe, bajo un poco la ventanilla, y canto porque con él no me da vergüenza, después giro mi mirada a la ventana y mi padre arranca; mismo procedimiento de siempre. Al rato mi padre me pregunta:

-¿Qué tal el resto del día?

-Muy bien le digo, y de nuevo le sonrío y él me devuelve la sonrisa.

No  me dice nada más; mi padre y yo somos de pocas palabras y muchas miradas.

Ya llevan varias canciones en la radio que no o no me gustan o no las conozco, y por tanto no me sé la letra, así que inconsciente me desanimo un poco. Mi padre que me conoce como a la palma de su mano, saca un CD y lo pone, busca la canción número 3 y sube el volumen al máximo, ha puesto mi disco favorito de Ed Sheeran, y la canción que ahora mismo es la banda sonora de mi vida: Photograph.

-Te quiero, le susurro.

Y, me dejo llevar.

Al sonar las primeras notas, mis dedos no pueden evitar simular tocar las notas correspondientes, como si tuviera un piano. A continuación canto, canto más alto que nunca, y no me importa desafinar, esta es mi canción, es mía, sólo mía.

Cierro y abro los ojos, manteniendo la mirada firme en la ventana; cada vez anochece antes, el verano se acaba, y los atardeceres son tan bonitos.

Veo por el rabillo del ojo, como mi padre me mira las manos; a él siempre le gustó que tocara el piano y mucho más que cantara, él dice que soy como un ángel, que uno pierde la noción del tiempo y entra en otro mundo cuando me escucha, yo no me lo creo porque él que lo dice es un padre, a su única hija; aún así sigo cantando, cada vez más alto, llego tonos a los que nunca antes había llegado, y en el momento culminante de la canción, como una ráfaga de viento, todo lo que me ha pasado durante el día pasa por mi mente un instante, detalle a detalle, y después, desaparece.

La canción termina justo cuando mi padre quita las llaves, me mira y me dice:

-Siempre te lo he dicho y siempre te lo diré, por mucho que lo niegues, Audry, siempre, serás como un ángel.

Pongo los ojos en blanco, pero le sonrío después.

Lo primero que hago al llegar a casa, es subir las escaleras, entrar en mi cuarto, cerrar la puerta y sacar mi "diario" de debajo de la almohada y ponerlo encima de le mesa.

Saco el móvil del bolsillo, y hay algo más, ¡ah sí! El papel que me ha dado Diego, también lo saco del bolsillo y lo desdoblo, y no me sorprende ver un número de teléfono al lado de uno de mis apuntes del año pasado.

Guardo sus dos números de teléfono, el de Ethan y el de Diego y les envío el mismo mensaje:

-Hola, soy Audry.

Me siento en la cama, cojo un boli, me pongo los cascos, y abro mi "diario" y empiezo a escribir:

8 de septiembre (por la tarde)

Primer día de instituto, ni muy bueno ni muy malo, ha estado bien.

Mi teoría sigue en pie, hoy me he desplomado en el pasillo.

Los pocos profesores que he conocido hoy están bien, pero son profesores.

La clase es un poco rara, todos en grupos como siempre.

Por la mañana ha sido horrible, los idiotas de mi clase me han tirado todo al suelo y todo el mundo me ha mirado, el pánico me invadió cuando recibí tanta atención.

En ese momento conocí a Diego, el chico que me tiene atontada, su mirada me tiene enganchada , el cree que mis ojos son bonitos, me ha cogido antes de que me desplomara en el pasillo, se ha inventado una excusa para que no me "comieran" a preguntas, es la primera persona después de mi enfermedad que se interesa por mí, ¿ le daré pena? Desde luego no es lo que parece, sino más bien que está igual de atontado conmigo que yo con él y me encantaría saber qué es lo que....

Mi móvil vibra, un mensaje de Diego, ni que me hubiera escuchado,

-Hola Aud J

+Hola

-¿Qué tal tu primer día?

+Caótico, estresante e increíble a la vez.

-No está nada mal para empezar

+JAJAJA

-¿qué haces?

+escuchar música, no le pienso contar lo del "diario".

-¿A quién escuchas?

+Ed Sheeran

-Es mi cantante favorito.

+¿En serio?

-Sí es genial.

+Sí.

-¿y qué haces cuando no escuchas al maestro?

+Tocaba el piano, ahora dibujo, no me importa decírselo a él.

-¿Por qué ya no?

+Porque no se me da bien

-No me lo creo... pero bueno, yo toco la guitarra, la acústica.

Mi músico, ojalá estuviera a mi lado ahora hablando conmigo, y no mandándome mensajes.

-Oye, mañana,  ¿te apetece venirte al recreo con nosotros?

+Claro

-Vale genial. Puesta mañana Aud.

-Adiios ;)

Sigo escribiendo:

Por dónde iba, bueno da igual.

El caso es que le quiero, no sé ni cuánto ni cómo, lo único que sé es que cada segundo que pasa sin él cerca, es extraño, como vacío. ¿Significa eso algo?

Luego está Ethan, mi chico océano, no me gusta como Diego, pero así sin más tengo confianza con él, porque es especial, porque toca el piano y porque me encanta como me habla y como me mira.

Hoy la chispa se escapó de mi alcance, no sé cómo, pero no pude evitar que se convirtiera en un incendio, de momento lo dejaré arder un poco más, aunque luego me cueste más extinguirlo.

Cierro el "diario".

Mi padre me llama para cenar, pero no tengo hambre, mi madre entra por la puerta de casa, y sin cambiarme ni si quiera de ropa me meto en la cama. Mi intención es hacerme la dormida, pero como siempre, el poder del sueño es superior a mí y, me duermo.

Diario De Una AdolesceneDonde viven las historias. Descúbrelo ahora