El sol ya se escondía y era momento de que el pueblo llegara. Mis presentimientos no eran buenos, y hace no mucho había tenido una mala visión que incluía a Mirabel en ella, no dije nada por temor a lo que pasara, sin embargo, en algún momento la encontrarán, la única que sabía de ello, era mi mamá Alma.
No quería arruinar la ceremonia de Mirabel, ni tampoco asustarla tan pequeña.
Al sentir temor por lo que pasaría me aleje del pueblo y me escondí en las sombras, vi como el festejo iba bien, gritos y música en toda la casita, mientras Dolores sonreía y se tapaba los oídos al mismo tiempo. Camilo me buscaba con su vista y su pequeño tamaño aun hacía que no tenga un gran alcance visual. Mirabel se veía ansiosa por lo que le esperaba tras tocar la vela del encanto.
Me puse a recordar la última ceremonia, que fue de maravilla, Camilo recibió su don de cambiar su forma a la de otro para imitar. Mirabel le empezó a decir desde entonces "Camaleón", tenían una gran conexión como primos que podrían ser hermanos, incluso tenían parecido.
Llegó el momento en el que Mirabel caminaba el pasillo decorado por flores de su hermana para después subir las escaleras y tocar la vela, sin embargo, hizo algo que nadie había hecho, se limpió en su ropa...
Sentía que eso no era bueno, o tal vez no tenía nada que ver, al tocar el cerrojo este no abrió. Todos al ver esto guardaron silencio de inmediato. Después, varios susurros y murmuros empezaron a oírse.
—¡No hay de qué preocuparse! ¡Todo va de maravilla! —Gritó mi madre Alma. Sin embargo, en su cara se notaba la angustia.
Pero las esperanzas se fueron cuando la puerta desapareció, no se abrió.
Mirabel no obtuvo un don.
Mi hermana Julieta se quedó asombrada por un tiempo, al igual que mi madre.
Después de unos segundos que fueron eternos, Julieta corrió a abrazar a Mirabel, quien estaba muy confundida y no entendía lo que pasaba.
—Mami... ¿qué pasó? —los dulces ojos de Mirabel miraba con confusión a su madre y viajaban a los de Alma, estos mismos se empezaban a llenar de lagrimas pero ella no los dejaba caer.
Ella, Alma, estaba decepcionada, nunca había pasado esto. Sin embargo, volteo con una sonrisa en la cara, mirando al pueblo.
—¡No hay de qué preocuparse! ¡No habrá ceremonia, pueden retirarse!
El pueblo, confuso, empezó a retirarse lentamente volteando a ver por última vez a Mirabel, quien tenía los ojos rojos por querer llorar pero no lo hacía por vergüenza.
Yo estaba detrás de unas plantas, cerca de la entrada.
Cuando el pueblo se fue, Alma quitó esa sonrisa de su rostro y miró neutra a Mirabel. Se alejó, fue hacia Pepa, le tocó el hombro y dijo algo en la oreja que no escuché.
Yo salí de dónde me encontraba, Mirabel había bajado las escaleras y se dirigía hacía Camilo, pero Pepa se lo llevó antes de que ella llegara.
¿Mi visión tenía que ver con esto? Todo era muy confuso, yo lo estaba, Alma lo estaba, la familia Madrigal lo estaba.
El clima pasó de tener un lindo arco-iris a tener llovizna. Isabela no sabía cómo reaccionar, Luisa iba con Mirabel, Dolores sabía todo lo de su alrededor.
Solo veía como Isabela tenia una cara con una gran imagen de decepción ella. No se dejaba tocar más por Mirabel, no quería ser hermana de una "sin don" o fue lo que escuche cuando pase a su lado rápidamente, Alma estaba tocándole el hombro.
Sentía que algo malo pasaría, la vela o la casa sufrirían daños. Alma lo sabía, yo lo sabía y Dolores lo sabía.
Mi visión la había visto mi madre, deje mi torre, alejado de toda la familia.
Era hora, no sabía qué era lo que hacía pero esto protegía a mi familia, al encanto y a Mirabel.
—Toc, toc, toc, toco madera. —Dije en susurros al salir de la casa y aventar un poco de sal. —Los amo, familia.
Me coloque el gorro y me fui tras la lluvia que hacía ahora. Nadie debía encontrar la visión, el fin llegaba. Nadie se dio cuenta que me fui porque la casa de los Madrigal era un caos.
Yo renunciaba, renunciaba a las visiones y renunciaba a mi don, no las haría más. No dañaría a nadie, no mataría otro pez, no dejaría calvo a otra persona, no sería culpable del futuro una vez más.
No volveré a ser el culpable de las desgracias del pueblo, no verán mi presencia otra vez. Se librarían de Bruno.
Bruno se fue, Bruno desapareció.
♪♪
O.
Después de dos días la familia Madrigal se dio cuenta que Bruno ya no estaba por los pasillos oscuros como antes. No había rastros de él, ni de una rata.
No robaban más arepas de la cocina, y eso nunca faltaba todos los días. O quizá si, pero no era obra de Bruno.
Julieta buscaba a su hermano, le había preparado algo especial pero no lo encontraba desde hace un día.
Podía haber estado en su torre, pero nadie se animaba a subir, Dolores se ofreció a escuchar por si se encontraba ahí, pero no escucho ni el mínimo sonido. Y era raro, siempre escuchaba a las ratas chillar y a Bruno murmurar.
—¡Él no quería a la familia! ¡Se fue para alejarse de nuestra familia! ¡Solo traía tragedias, ¿qué no lo ven?! —La abuela Alma gritaba para que la oyeran —¡El ha perdido el rumbo de esta familia, no más Bruno en esta casa, silencio!
Julieta se miraba preocupada y triste, ¿era verdad lo que decía su madre? ¿realmente Bruno no amaba a la familia Madrigal?
Julieta se acercó a Agustín y por poco cae, pero él la atrapó.
—Agustín, mi hermano siempre recalcaba el amor que le tenía a esta familia, ¿cómo perdió el rumbo? no es... no es posible. Él no es capaz de... de dejarnos así. Él quería muchos a sus sobrinos, a toda la familia...
—Vamos, Julieta. Creo que necesitas descansar un poco, ven. —Agustín guiaba delicadamente a Julieta a una silla —Dudo mucho que tú hermano se haya ido por falta de amor a esta familia, él es uno de los que más cuida a esta familia, y nos pone a todos antes que a él. No encuentro una explicación para esto, no hay siquiera una razón.
Los días pasaban y mientras más tiempo de desaparecido llevaba Bruno, menos hablaban de él.
Comenzaba a quedar en el olvido. Incluso de su propia familia.
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¿Don o Maldición? ♪Visiones♪ | Bruno Madrigal
Fanfiction¿Don o maldición? Todo era un caos desde que Bruno hacía visiones a los demás, odio injustificado caía hacía el. ¿Por qué nadie hablaba de él? ¿Qué había hecho para que lo tratarán así? Hasta su propia familia se había olvidado de él... El considera...