9. ¿Ilusiones o el fin?

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O.

El gran día se acercaba cada vez más para los Madrigal, el pequeño Antonio pronto recibiría su don y dejaría a Mirabel de lado para ser más independiente.

La abuela Alma era la que más esperaba ese día, hasta entonces, se mostraba demasiado cariñosa con él.

—Mi niño lindo, cada día creces más —Alma le daba un ligero toque con sus labios a la cabeza de Antonio.

—Mira, mi tigre —Antonio no decía tigre de la manera correcto, se le entendía, pero no lo suficiente.

—Si, ya lo veo.

El cumpleaños de Antonio era en menos de un mes y la abuela ya pensaba en que todo en la ceremonia debía ser perfecto.

♪♪

Bruno.

Al parecer, habría una nueva ceremonia. De Antonio, último hijo de Pepa. Detrás de las paredes, yo veía a todos los adultos muy ansiosos, nerviosos y preocupados. Sobretodo mi mamá Alma, la escuche decir que si esta ceremonia fracasaba no sabría que hacer.

Ella dependía realmente del encanto.

Yo sentía algo muy extraño el día de hoy, cosas malas, cosas buenas, no lo sabía.

Las ratas también se comportaban extraño, eso no había pasado jamás.

No sabía que ocurría, ni lo que ocurriría. Mi última visión fue pésima, no fue la de la ceremonia de Mirabel, fue otra.

Había visto a alguien muriendo, pero no vi a quien.

Esperaba que nadie más la haya visto, seria una catástrofe si alguien lo hacía, terminaría hecho pedazos, peor de lo que estaba ya.

Me empeñe a no pensar mal en este día, cuando entraba en pánico todo terminaba muy mal, no quería repetir esos momentos, no de nuevo.

Veía por el cuadro de la familia y veía como no querían que hablaran de mi, algo muy bien sabido, pero que siempre repetían. Mirabel se esforzaba en sacar la verdad acerca de mi, pero... ¿por qué?

Si es ella la razón por la que me fui, por ella es la razón que me aleje. Mantenerla a salvo era lo que yo quería y era lo que trataba de obtener.

Pero ella lo estaba descubriendo, poco a poco ella sabría la verdad.

La ceremonia saldría bien, yo lo sabía pero... algo me decía que la felicidad no duraría tanto tiempo, esa maldita visión me punzaba los recuerdos.

Yo estaba escondido, quería ver la ceremonia si es que podría hacerlo bien, quería ver como Antonio disfrutaba de su noche.

Después de un pequeño rato en el que Antonio verdaderamente necesito de Mirabel para caminar el pasillo. Él si recibió su don, se vio en todos un alivio demasiado grande, en cambio; Mirabel se veía feliz pero a la vez su cara detonaba tristeza.

—¡Tenemos un don nuevo! —dijo Alma levantando el brazo de Antonio —¡A celebrar!

Los fuegos artificiales resonaron por todo el pueblo obligando a Dolores a tapar sus oídos, tal cual la ceremonia de su hermano Camilo y su prima Luisa.

Todos se fueron a celebrar al cuarto que ahora sería del pequeño, mientras Mirabel salia a tomar un respiro, o eso veía yo. Antes de que ella bajara yo me apresure a salir de allí.

Me fui corriendo, huí de ahí. No quería ser visto, no por ella.

O.

La entrega del don a Antonio había terminado, pero la fiesta seguía. Sin embargo, Mirabel se encontraba mal, pero no por Antonio y su don, sino porque su abuela la haría sentir peor de lo que ya lo hacía.

—Yo jamás seré igual que esta familia, no debo estar aquí... —Mirabel recorría el corredor, paseando su mano por la barda.

Pero al estar completamente ella abajo, vio algo que ella jamás habría imaginado.

Primero, un azulejo se cayo, haciéndole una herida en la palma de su mano, después, el piso partiéndose seguido de las paredes y después el segundo piso.

La vela se apagaba, perdía su brillo. las puertas se iban opacando, la casa se hacia pedazos. Todo frente a sus ojos. Ella desesperada sin saber que hacer, entro en pánico, ¿era culpa suya lo que pasaba en frente de ella?

¿Era ella la culpable de todas las tragedias como le decía su abuela?

Una persona no soporto verla de tal modo, sentirse mal hasta el punto de temblar, lo había vivido muy bien, no quería que ella la pasara así, mucho menos por culpa de sus pensamientos.

Fue corriendo hacia ella y se sentó al piso junto a ella.

—Sea lo que sea que veas, ignóralo ya. Solo te hace daño, no es real —Bruno trataba de tranquilizar a su sobrina, le dolía ver el estado en el que se encontraba, llorando y ahogando sollozos por lo que ella veía y sabía que era real.

—¡¿Cómo que no lo es?! ¡Solo mira allá, todo se derrumba y es mi culpa, Bruno! —ella gritaba de desesperación, se encontraba temblando y en un estado muy mal.

—¿Bruno? mi niña, soy tu mamá... Julieta, ¿te encuentras bien? necesitas un descanso, pequeña.

Bruno jamás estuvo ahí, ¿todo fue una ilusión?

Ella a partir de ahí se dispuso a descansar y tomar un té preparado por su mamá para que la tranquilizara.

Su abuela se encontraba muy molesta porque estuvo a nada de arruinar la ceremonia de Antonio.

—Yo jamás quisiera dañarle la noche, es como un hermano para mi...

—Lo se, Mirabel. Pero últimamente han pasado cosas extrañas en la casita y no podemos permitir que sigas teniendo alucinaciones de ese tamaño, te afectaran tarde o temprano.

Mientras Julieta le hacia compañía a mirabel toda la mañana del día siguiente, Alma estaba preocupada, ella sabía que no solo eran ilusiones

—Ay, Pedro... esto apenas comienza, no dejare que perdamos nuestro hogar, no de nuevo.

Era el fin.

¡Pónganle condón que se vieneee! Muy pronto tendrán el final de este fanfic, donde se aclarara la pregunta del fanfic "¿Don o maldición" ya que, por algo esta ahí. Y también, espero, poder escribirles una escena fuerte, aunque aun tengo ideas indecisas acerca del final, pero si tengo una idea muy buena lista para escribir.

Mientras tanto, disfruten esto, quizá me tarde un día más de lo normal en publicar el final ya que lo bueno tarda más en llegar y que se acerca mi trimestre final xd.

Adiositooo. <3

¿Don o Maldición? ♪Visiones♪ | Bruno MadrigalDonde viven las historias. Descúbrelo ahora