dolor y sinceridad

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Padre e hija se desplomaron al suelo, sus cuerpos pedían a gritos un descanso  mientras que el cuerpo y la cabeza de lily caían al suelo y lentamente empezaban a desintegrarse.

- maldición- maldijo furiosa mirando fijamente a la pelinegra- ¿por qué?... ¿me cortaste la cabeza solo porque no soy tu madre real?... ¿me odias tanto?- reclamo pero todo lo que pudo ver era tristeza en los ojos de harriet.

Con dificultad empezó arrastrarse hacia la cabeza de la pelirroja quien la miraba incrédula, antes de que pudiera reclamar otra vez sintió como la menor tomaba su cabeza y la acogía en un abrazo.

- no te odio lily, y nunca te odiaria- susurró mientras acariciaba la ahora cortar cabellera roja- dejaste que tu rencor y celos tomaran el control sobre ti misma-

Sorprendida por aquellas palabras miles de imágenes vinieron a su mente.

- yo puedo ayudarte lily... puedo cambiar sus recuerdos pero a cambio tendrás que seguir mis ordenes- menciono Dumbledor mirando a la pelirroja junto a él.

(No lo cuestione... solo quería a james para mi)

- !ERES UNA MALDITA!- exclamó el castaño empujando a la peliroja- ¿porque lily?... ¿qué ibas a conseguir haciendo todo esto?- reclamo james enojado y decepcionado.- me llevaré a harriet y volveré con severus para aclarar todo esto- dijo mientras se dirigía a la escalera sin notar cómo la bruja joven saca su varita y le apuntaba.

- Avada Kedavra-

(No quise hacerlo)

- ¿qué hice?, ¿qué hice?- se cuestionó tomaba su cabeza desesperadamente mientras escuchaba el llanto de la bebé.

Se suponía que james y ella debían casarse, se suponía que harriet sería hija de james y de ella no de james y severus... pero... james y severus se casaron al saber que james estaba embarazado de harriet.

- puedo darte el poder para vengarte de quienes te quieren lo que más querías-

- ¡Lily no!-

(Alice)

- lily... ¿porque?-

(Fran)

- no me importa si no eras mi madre biológica, si las cosas hubieran sido diferentes aún así te hubiera considerado una figura materna para mi-

Lily miró a harriet mientra lágrimas salían de sus ojos, por primera vez miró a los ojos de la verdadera muerta, aterradora pero bella y llena de paz, sintió una manos más grande secar su lágrima reconociendo las al instante.

- ya todo paso lily, todo estará bien ahora- susurro severus- es hora de dormir-.

Esas mismas palabras, eran las que ella le susurraba al azabache cada vez que se escapaba de su casa, lentamente cerró sus ojos.

- lo siento tanto- sollozo y volvió abrir sus ojos para encontrarse con james- james... Lo siento tanto... por favor perdóname-

- ya todo paso lily, nada fue tu culpa- consoló a la mujer ayudándola a levantarse- fuiste parte del plan del viejo sin saberlo.. como todos-

Ambos se abrazaron por unos momentos mientras la pelirroja volvía a su anterior apariencia dejando atrás sus rasgos de demonio hasta separarse del abrazo, lentamente lily camino hacia donde la llamas rojas del infierno estaban pero antes de poder seguir una mano esquelética tomo su hombro.

- ese no es tu camino- susurro mientras guiaba a la mujer a otro camino- este es tu camino, tu arrepentimiento te a liberado de tus pecados-

Ambas figuras siguieron el camino hacia una luz que podía sentir como una nueva vida, esta vez no volverá a comer el mis error de su vida pasada.

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Apenas concientes ambos pelinegros miraban el cielo nocturno, ambos en un cómodo silencio, severus tenía varios huesos rotos y fracturados mientras que harriet tenía un agujero en su hombro el cual no paraba de sangrar.

- ¿por qué no me dijo que a estado entrenando?- pregunto harriet a su padre.

- ¿por qué no me dijiste que ya sabías que era tu padre?- pregunto a su hija.

Ambos soltaron una leve risa por eso, sip, tenían mucho de que hablar.

- ¡por Merlín, severus!- ambos escucharon el grito de Mcgonagall la cual se acercaban con otros profesores- hay que llevarlos a la enfermería rápido.

Rápidamente llevaron a ambos de regreso al castillo, todos estábamos despiertos y asustados. Draco vio como llevában a su padrino y a su amiga, ambos estaban mal heridos quería seguirlos pero Blaise lo detuvo, una vez que llegaron ambos se dejaron llevar por el agotamiento.
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Pasaron tres largos días para severus despertara busco con la mirada a su hija quien estaba en la otra camilla a su lado, rápidamente intentó levantarse pero fue detenido lucius.

- severus aún necesitas descansar- dijo el rubio manteniendo lo en la camilla- ella esta bien, aun respira, solo que sus heridas fueron más graves que las tuyas.-

- ¿qué pasó?- pregunto preocupado.

- estuviste dormido tres días, y en eso tres días alguien aprovechó y se robó la piedra. El ministerio quiere culpar a potter por distraerse en una "tonta pelea" y no sentarse en su verdadero enemigo-

- quieres decís que...qué..-

- si severus... logro volver-

El azabache podía sentir que el aire no entraba a sus pulmones aún que pudo respirar correctamente, sabia que esto podría ser otro problema pero aún así harriet era su prioridad. Escucho la puerta abrirse y vio a Poppy entrar quien se acercó a revisarlo.
A los pocos minutos la puerta se abrió de golpe sobresaltado a los presentes quienes dirigieron su mirada a la puerta para ver a una persona con cabeza de jabalí quien solo corrió hacia la menos seguido de él entrados dos chicos más y al final draco.

- lo siento mucho madame pomfey- se disculpe y siguió a los otros- ¡Oigan idiotas, este ese el área médica sean respetuosos!-

Severus tuvo que aguantar la risa al ver la cara de lucius al escuchar su hijo hablar japonés fluido.

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- ¿como pudiste permitir que se llevaban la piedra?- pregunto el hombre frente a ella.

- primero que nada señor, es una muy falta de respeto en venir a reclamar estando en reposo, en segunda la maldita piedra no era mi responsabilidad si no la del Director Dumbledore- reclamo enojada- ternero, ¿le preocupa más que la piedra haya sido robada que por poco los alumnos y maestros casi son devorados por un demonio que tenía la clara ventaja con su manipulación de plantas?-.

Todos los presentes quedaron en silencio, no sólo el ministerio vino atacar a la menor sino que a culpar la por algo que nisiquiera tenía conocimiento ni su responsabilidad.

- les voy a pedir que se vayan señores- exclamó Poppy corriendo al grupo de la enfermería.

Suspiro derrotada, solo quería dormir al menos unos minutos más, al menos su herida ya estaba sana pero debía mantener reposo con el cabestrillo por unas cuantas semanas sin entrenar.

Harriet Potter La cazadora de DemoniosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora