¿Acaso me quieres? [Xingyun]

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Autolesiones

Sentía como aquel líquido se escurría entre mis dedos, era caliente y su olor metálico inundaba mis fosas nasales.

Chongyun levantó su rostro confundido debido a mi respiración agitada y observó a la vez que yo aquel líquido resbaloso.

Se separó bruscamente de mi y miró mi ropa, aparentemente estaba manchada de sangre que poco a poco se volvía más oscura. Yo sabía que esa sangre no era mía, por lo que solo quedaba una opción, y esa opción era que él...

Miré con rapidez sus brazos, sin pararme en otro lugar, y no tardé en encontrar con la mirada las heridas de las que procedía tanto exceso de sangre.

Vi como chongyun estaba inquieto, se le veía de lejos que sentía una culpa horrible por lo que estaba ocurriendo y yo me quedé mirándole completamente perplejo.

–D-Dios mío tu ropa...– dijo. Se le veía preocupado de verdad, rápidamente entró a su habitación de nuevo y abrió el armario de par en par.

Me quedé completamente en blanco ante tal respuesta, ¿Acaso se estaba preocupando por mi ropa sabiendo lo que tenía él en sus brazos?

Una culpa horrible me llenó por completo, sentía como mi corazón latía más fuerte y mis puños se apretaban por la frustración.

A paso rápido entré a la habitación y chongyun estaba buscando algo urgentemente en su armario, pero no le dejé que terminara.

Lo abracé fuertemente.

–Xingqiu voy a m-mancharte más si me abra-

Le interrumpí nuevamente ya que, por fin, le besé ansiosamente.

Al principio solo fue un beso normal, hasta que ambos comenzamos a profundizarlo más y más.

Nuestros labios danzaban juntos, a un compás severo que llevaba la melancolía y el amor entre los dos, agarré su nuca para atraerlo más hacia mi, quería tenerle para mi, quería que estuviésemos solo nosotros dos sin nadie más.

Después de unos largos segundos, nos separamos del beso con las respiraciones agitadas.

–Eres un idiota.– le dije sin filtro.–¿Como se te ocurre preocuparte por mi estúpida ropa cuando estás desangrandote?–

Vi como su rostro se endureció, se veía de lejos la culpa que sentía con solo mirarle.

–Ven.– recalqué finalmente.

Agarré una de sus manos con cuidado y le dirigí al baño.

Había estado en esa casa innumerables veces, por lo que sabía perfectamente que en el baño había un botiquín de primeros auxilios, cuando éramos más pequeños siempre nos caíamos cuando jugábamos en el patio y la madre de chongyun siempre nos tenía que curar.

Chongyun se sentó en el váter mientras esperaba a que yo sacase lo necesario para curarle las heridas.

Cuando agarré las cosas, me agaché sentándome de rodillas en el suelo y con cuidado le pedí que me dejase ver uno de sus brazos.

Pude ver como sus heridas estaban realmente abiertas, se notaba el dolor que se debía sentir con aquello y a pesar de eso él seguía preocupándose más por mi que por él.

Se veían cortes encima de otros cortes, por lo que ésta vez no era la primera que lo hacía y eso me asustaba.

Comencé a lavar las heridas retirando el exceso de sangre y cortando el sangrado, una vez terminado eso, le vendé ambos brazos y le miré.

Sus ojos azules me observaban expectantes, tenía una expresión de dolor pero sin enbargo no se había quejado ni una sola vez cuando le estaba curando.

Me levanté y le extendí una mano, el la agarró y con cuidado le dirigí nuevamente hacia la habitación.

Cerré la puerta detrás de nosotros y apreté su mano más fuerte, no quería soltarle, me daba miedo hacerlo.

–¿Quieres.. quieres que nos tumbemos un rato?– inicié. El asintió casi al segundo.

Fuimos hacia la cama y yo le recosté cuidadosamente, pero cuando fui a dirigirme hacia el otro lado de la cama no dejó de sostener mi mano, haciendo que frenase.

–No quiero que me sueltes.– dijo con un tono bajo.

Asentí, pero eso me hacía el trabajo más difícil ya que su cama era grande por lo que para ir hacia el otro lado debía separarme de él, o.. o pasar por encima de él.. ay dios.

Tragué duro y aún con ambas manos juntas, me subí a la cama pasando una pierna al otro lado, quedando subido completamente encima del ojiazul.

Chongyun estaba serio, no dejaba de mirarme a los ojos leyendo mis pensamientos, uno a uno.

Yo estaba nervioso, por lo que rápidamente pasé ambas piernas y me recosté en el otro lado de la cama junto a él.

Todo calló en un silencio sepulcral.

–Podrías haberme dejado rodear la cama.– dije de repente, aun sentía mis mejillas completamente rojas por aquella escena tan lasciva.

–Te merecías pasarlo mal por un momento.– dijo chongyun riéndose.

Yo le miré con escándalo matándole con la mirada, a lo que él se rió aún más fuerte. Obviamente aquella risa tan hermosa era digna de escuchar y era bastante pegadiza.

Ambos estuvimos riéndonos un rato, hasta que volvimos a calmarnos.

Miraba el techo como si fuese la cosa más interesante del planeta, la verdad que en aquel momento no sabía muy bien que decir.

Sentía como chongyun estaba inquieto, se movía bastante en su lugar y eso me desconcertaba.

–Oye.– su voz me aturdió por unos segundos.
–¿Entonces.. lo que me dijiste antes, era cierto?–

Había dicho muchas cosas llegados ya a este punto, por lo que no sabía a qué se refería.

–He dicho muchas cosas Yunyun, ¿a que te refieres exactamente?– pregunté curioso.

–Pues.. lo que dijiste de que no querías casarte, ni compartir tu vida.– mi cabeza se giró para poder verle, estaba jugando nerviosamente con sus dedos.
–Y que si fuese conmigo te encantaría hacerlo.–

De repente sentí como mi cara ardía y mis palabras se volvían descolocadas en mi cabeza.

No era momento para más mentiras, ahora ya no.

–Si.– después de todo ya no me daba miedo aceptar la realidad.–Es todo cierto chongyun, yo también te amo, y no como amigos.–

Por fin lo admití.