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Durante el trayecto hacia casa del exorcista todo fue bastante normal, hablaron de cosas triviales y en ningún momento se dejaron de agarrar la mano.

Cuando llegaron a la puerta, Chongyun buscó sus llaves en uno de sus bolsillos, aún que mientras lo hacía ecuchó unas voces raras dentro de su casa.

Las cuales no reconocía.

Xingqiu estaba a su lado, parecía no percatarse de que había alguien más dentro de la casa y Chongyun una vez consiguió sacar las llaves abrió la puerta.

Se adentraron aún de la mano hasta que vieron a las personas que estaban ahí.

El padre de Xingqiu sentado en el sofá al lado de la madre de Chongyun, ambos parecían estar conversando mientras Xu estaba de pie junto al sofá.

Shenhe se encontraba apoyada sobre el marco de la puerta que había en la cocina, con una cara bastante seria.

Todo cayó en un silencio repentino debido a la intromisión de ambos novios en aquella escena.

–Al fin apareces.– Comentó el padre hacia su hijo, el cual instintivamente apretó más fuerte la mano de Chongyun y se puso casi detrás de él intentando sentirse protegido.

El exorcista sentía como el galante temblaba un poco ante su tacto, lo cual le hizo enfadar bastante, el bastardo del padre le hacía tener miedo a su novio y no le hacía gracia eso.

–Gracias por el té, estaba delicioso.– Mencionó el hombre levantándose del sofá y despidiéndose de la madre exorcista.–Y tú te vienes conmigo.–

Se acercó hacia los dos chicos que estaban cerca de la puerta y Chongyun escondió más al galante detrás de él, protegiéndolo.

–Vámonos porfavor.– susurró Xingqiu hacia su amado intentando que su padre no lo escuchara.

El ojiazul tragó grueso y sin pensárselo iba a salir corriendo junto a Xingqiu, pero sintió como alguien se le adelantaba.

En un abrir y cerrar de ojos aquel hombre había conseguido agarrar el brazo de Xingqiu para separarlo del suyo y llevárselo.

No quería volver a separarse de él, no ahora.

–Perdón por esto.– y sin más le dio un codazo en el brazo al padre para que soltase al galante.–¡Corre!–

Xingqiu se sorprendió y rápidamente entró en pánico, no quería correr y dejar a Chongyun ahí, pero no le quedaba de otra.

Iba a correr pero al abrir la puerta dos hombres vestidos de negro le pararon.

Los guardias de su padre, lo suponía.

Intentó forcejear para apartarles pero fue imposible, así que intentó volver a los brazos de Chongyun pero tampoco pudo ya que su padre se puso en el medio.

–¡Chongyun no dejes que me lleven! ¡No quiero!– las lágrimas comenzaron a brotar por causa de la desesperación, necesitaba abrazar al exorcista y no soltarle jamás.

El nombrado fue dispuesto a agarrar nuevamente a Xingqiu pero alguien lo detuvo, Xu.

Este le retuvo fuertemente.

–Chongyun, sabes que no vais a poder escapar, no intervengas.– Xu se escuchaba bastante apenado, el sabía el apego que se tenían entre los dos tortolitos, pero tampoco podía hacer nada al respecto.

Su trabajo era servir como asistente personal del hijo de su jefe y no podía desobedecer a nada.

Esa era la triste realidad.

–¡Suéltame Xu!– forcejeaba pero era imposible zafarse de aquel agarre.

Estaban llevándose al amor de su vida frente a sus ojos y no podía hacer nada al respecto, era un completo inútil.

Se odiaba a sí mismo por no ser fuerte, por no poder hacer que las personas malas aprendan a ser buenas y sobretodo odiaba la vida que tenía.

Era agotador.

Se dio por vencido dejando de forcejear, sabía que era un cobarde por no seguir intentándolo pero ya no quería hacerlo.

No pudo ni mirar al frente, simplemente se dedicó a mirar al suelo hasta que Xu le soltó.

–Has tomado la mejor decisión chico.– dijo dándole una palmadita en el hombro, a lo que recibió una mirada aterradora por parte de Chongyun.

No estaba de humor para tonterías.

Cuando la puerta se cerró dejó un gran silencio en aquel salón, solo estaban madre e hijo junto a Shenhe que también pertenecía a la familia, pero ninguno se atrevió a decir una sola palabra.

–Lo siento yo..– no terminó la frase ya que fue interrumpida.

–Déjalo.– sin más que decir, interrumpiendo a su madre con todo el coraje del mundo, se dirigió a las escaleras para subirlas y morir solitariamente en su habitación.

Más o menos como hace un tiempo.

No se escuchó nada más por parte de la mujer y Chongyun prosiguió su camino hacia la oscura depresión que le deparaba.

Como instinto materno que tenía, intentó frenar a su hijo pero la chica de trenza la paró.

–Déjalo, no creo que quiera hablar con nadie en este momento.– la mujer calló en llanto y abrazó a la peliblanca en busca de apoyo. Sabía que su hijo lo estaba pasando mal y pensaba que ahora la odiaba por lo ocurrido recientemente.

Se sentía mal, muy mal.

Shenhe no sabía cómo lidiar con alguien que está llorando, así que simplemente se quedó callada acariciando la cabeza de la mujer. Escuchando su llanto.

...

Por otro lado, Xingqiu no dejaba de patalear intentando que le soltaran.

Después de un largo trayecto, llegaron a su casa adentrandolo a la fuerza.

–No me toques con tus sucias manos.– enfadado consiguió pegarle una patada en la entrepierna haciendo que le soltase, aquel guardaespaldas era muy duro de roer y a pesar de estar intentando zafarse todo el camino no se había ni movido un pelo.

Calló al suelo levantándose rápidamente, pero al correr alguien consiguió atraparle de nuevo.

Xu.

–¡Estupido traidor!– gritaba enfadado intentando apartarlo para poder irse.–¡Suéltame!–

–Xingqiu déjalo ya, las puertas del recinto están cerradas y hay guardias por todos lados.– mencionó intentando convencerle.

A lo que Xingqiu cedió con algo de disgusto.

Solo le quedaba esperar y escaparse, si, eso haría.












¿Logrará hacerlo?

¿Acaso me quieres? [Xingyun]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora