Amor y Muerte

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El final llegó en un ocaso ardiente, un atardecer rojo intenso que los atravesó hasta la médula. El color escarlata generaba un efecto surrealista en la atmósfera, como si hubieran sido transportados al interior de una gota de sangre. La sangre había comenzado esta historia, los había acompañado durante todo el camino, y los había traído hasta aquí, a este paraje irreal donde las sombras se acumulaban amenazantes a su alrededor mientras el cielo ardía de expectativas y ferocidades.

Una figura se recortaba alta e intimidante celebrando la partida de las últimas luces del día; su larga vestimenta rozaba las briznas moribundas de césped y se ensuciaba de polvo sin que pareciera importarle. Su cuerpo fortachón se movía con la seguridad del propietario que pasea por sus tierras sin el deber de rendirle cuentas a nadie, su piel relucía asquerosamente pálida, algunos brillos eran visibles en su cabello ligeramente largo, que de tan rubio era blanco. De súbito, su silueta se tensó, olfateó el aire en busca de la pieza que no encajaba en la escena, se sentía observado, amenazado.

Giselle y Liam se mostraron abiertamente, esconderse significaría prolongar lo inevitable; unos instantes más tarde, y sintieron la atenta mirada del rey vampiro. Solom no los reconoció, jamás había contemplado sus rostros, ni siquiera de pequeños; mas comprendió la ferocidad en sus miradas, la hostilidad que emanaban sus contornos, supo que habían viajado a ese apartado paraje exclusivamente para asesinarlo. Sus garras chasquearon cuando crispó los dedos en un gesto de impaciencia, sus súbditos no tardarían en llegar.

Tres minutos después, aparecieron. Uno tras otro enfilaron la cuesta, dos docenas de vampiros aterrizaron con elegancia, daban la impresión de surgir de la tierra misma, para organizarse en una formación espontánea alrededor de su líder. Sus siluetas oscuras se solapaban a medida que iban acumulándose, juntos le otorgaban a su jefe la fuerza y confianza que proveen las multitudes. Habían sido llamados y acudían, con el aire aburrido de quien asiste a una cita rutinaria; llevar a cabo el ritual había sido emocionante las primeras veces, principalmente para los nuevos iniciados, sin embargo con el transcurso de los meses había acabado por convertirse en un deber tedioso que interrumpía sus aventuras y vagabundeos.

La actitud de los recién llegados cambió en el instante en que percibieron a Liam y Giselle, imposible conocer su identidad, imposible ignorar la potente energía que emanaba de sus miradas. Debían ponerse en guardia, mantener la compostura suficiente para ocultar su inseguridad, no deseaban una pelea más de lo que deseaban ofender al líder. Kirstef se irguió en toda su majestuosidad, su presencia resultaba extrañamente atrayente; habló, y su voz sonó profunda, casi conmovedora:

—No hay motivo para convocar la muerte a este sitio —dijo, y una risa profunda se escapó de entre sus dientes puntiagudos.

La muerte ya había sido llamada, y se había instalado por tiempo indefinido; mas el amor también había habitado esos campos, y volvía a hacer su aparición luego de décadas desaparecido. Un suceso curioso se había producido: cuando la muerte y el amor chocan no siempre se destruyen; a veces, dan nacimiento a nuevos lazos, a formas novedosas de amar y de morir, todas válidas, todas maravillosas.

Nuestros héroes se arrojaron con decisión, apuntaron al corazón del monstruo, el líder caería muerto a sus pies. Entonces un torbellino de garras y dientes explotó frente a ellos, todos los esbirros atacaron a la vez en un despliegue de bestialidad cargado de adrenalina, como si obedecieran a una secreta orden pronunciada en silencio. Las criaturas eran rápidas, pero algunas bestias construidas a base de instinto y unos cuantos estirados de mentalidad aristocrática movidos por el placer y el hartazgo jamás conformarían un oponente digno para un par de guerreros con ventajas sobrenaturales rudamente entrenados durante años, dispuestos a sacrificarlo todo por una causa que iba más allá de ellos mismos.

Mi sangre en tus venas [Completa]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora