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"don't be so rude"

Pasar todo el día con tu cuñado suele ser una verdadera pesadilla para muchas personas. Por suerte, Jaehyuk y yo nos llevamos bastante bien, dentro de lo que cabe.

Jaehyuk a sus veintisiete años y con tan solo seis meses de relación que llevan con mí hermana, logró ganarse la absoluta confianza y cariño de mí madre y de toda la familia en general.

— Está torcido.

— No, no lo está.

— Yerin, claramente está torcido.

— Que no, no está torcido. La inclinación del techo hace que se vea torcido.

Pero, habían ciertas cosas en las que Jaehyuk y yo no nos poníamos de acuerdo. Cómo por ejemplo:

Las reformas de la casa.

Hace unos días Yuna y yo hablamos sobre cambiar de habitaciones. Ella quería una habitación más grande y yo una más pequeña. Es así que Jaehyuk se vió incluido en todo esto y bueno, hay que admitir que a veces no es muy agradable discutir sobre que color queda mejor con los muebles blancos.

"A parte de médico, diseñador de interiores".

— Lo sigo viendo torcido.

¿La razón a esta discusión?. Un cuadro que el médico sabelo todo ve torcido. 

— Párate en el marco de la puerta y verás que no está torcido.

Con mala cara este se dirige a la puerta esperando que yo esté equivocada.

— ¿Y?.

— Tienes razón, no está torcido.

Admite su derrota y se sienta en el suelo.

— Alguien tendrá que limpiar esto luego, y yo no seré quien lo haga.

— Por supuesto que yo tampoco lo haré. Mejor dejemosle esta tarea a Yuna.

— Me parece correcto.

Pasar toda la mañana moviendo las cosas y pintando las paredes no es una buena idea, más aún si tienes en cuenta el dolor de espalda que te deja.

— Tu madre me dijo que no dejó que fueras a la escuela porque está lloviendo. Dime, ¿Aún detestas las lluvias?.

Pregunta repentinamente y yo atino a sentarme en el piso al igual que el.

— Por supuesto. Me ponen de muy mal humor.

— ¿Aún no lo has superado?.

— ¿Te lo contaron?.

— Yuna lo hizo. Sabes que no es buena ocultando secretos.

— Lo sé.

— En fin.

Dice vacilando un poco antes de soltar una nueva pregunta.

— ¿Que es lo que te ha afectado tanto?, Se que eso pasó un día lluvioso pero, no es algo que no puedas olvidar. Es decir, las personas van y vienen.

— Fui una apuesta, Jaehyuk. ¿Ahora lo entiendes?.

Se queda en silencio un par de segundos y se mantiene cabizbajo, como si estuviera pensando que decir.

— No puedo creer que las personas sean así de crueles. ¿Una apuesta?, ¿Que es esto?, ¿La época medieval?.

— Aún siguen existiendo personas que ponen en práctica juegos medievales.

— ¿Haz perdido tu confianza?.

Miro automáticamente hacia otro lado, intentando de un modo u otro ocultar que ha dado justo en la herida con su pregunta.

— No seas tan grosera contigo misma. Así como existen personas que solo buscan romperte, también existen otras que buscan arreglarte.

— ¿Y si en toda mí vida solo consigo personas que busquen romperme?.

— No seas tan pesimista, nadie tiene tanta mala suerte en la vida.

— Para ti es fácil decirlo, llevas el positivismo en la sangre. Sino no me explico cómo es que soportas a Yuna.

El ríe levemente y le echa un corto vistazo a su celular.

— Esta conversación te ha bajado un poco el ánimo, así que, ¿Quieres ir a algún lado con nosotros cuando pare de llover?.

Pregunta y yo levanto la cabeza.

Al fin se da la oportunidad de preguntarle. Es ahora o nunca.

— De hecho, la feria de tecnología es este sábado.

— Necesitamos entradas para eso, y a este punto, ya están todas agotadas.

— Vaya, pues da la casualidad de que se de alguien a quien le sobran tres entradas, y justamente ese alguien quiere compartirlas con nosotros.

— ¿Quien es ese alguien, Nam Yerin?.

— Nadie, solo un chico que conocí en la escuela.

— Te invitó indirectamente a una cita, ¿Verdad?.

— Si.

— Te acobardaste y nos metiste a nosotros, ¿Cierto?.

— También.

— El solo quería ir contigo, ¿No?.

— Eso también es correcto.

Suspira y me mira alzando una ceja.

— ¿Por qué carajos no le dijiste que si?.

— Lo conocí hace dos días.

— ¿Y eso que tiene?.

— ¿Y si es raro?, Ya sabes, uno no puede tomarse ciertas cosas a la ligera.

Chasquea la lengua, mira hacia el suelo y luego vuelve a mirarme.

— ¿Está bueno?.

— Muy.

Y mí respuesta fue lo único que le bastó para sacar su lado fanboy a la luz.

Rain | C. YeonjunDonde viven las historias. Descúbrelo ahora