El año está a punto de acabar y el estomago se me revuelve al sentir algo ya quebrado en mi familia. El ambiente cambio a uno triste algo que era poco común pero se vuelve realidad luego de todo con Livana.
Un pequeño hoyo se transforma en mi pecho por el gran cambio en nuestra familia. Sera un final de año distinto y me siento drenada, cansada. Pienso en que hare ahora que ya termine la secundaria, no me dedique a eso antes y me lo reprocho yo misma por no pensar en eso. Pienso en Mama y Papa y la cabeza me punza.
Trato de despejar mi mente y me concentro en ordenar la ropa de mi armario que está hecho un desastre y este todo mezclado. Tampoco es que tenga mucho que hacer y me empiezo a sentir sin rumbo por primera vez.
Cuando ya tengo toda la ropa esparcida en mi cama la puerta es abierta por mi hermanita que viene aburrida.
— ¿Qué pasa entre Papa y Mama?—se hace un espacio en el desorden de mi ropa y se sienta expectante en encontrar respuesta.
Me quedo por un momento quieta con los vestidos que nunca uso en mis manos antes de ponerlo en la pila para que no sospeche nada, aunque creo que ya lo percibió en el desayuno silencioso de esta mañana. Ellos estaban callados y Clarita los miraba confundida y fue ella quien lleno el silencio incomodo de toda la mesa.
— ¿Estarán enojados? No lo creo, la última vez que se enojaron fue porque Papa estaba de gira con esa editora rara. ¿Sera que volvió?
Niego a la inocencia de mi hermana.
— No lo creo. Tal vez están cansados— piensa en el trabajo de Mama y Papa y asiente despacio.
— Quizá— se tira entre la pila y revisa las prendas— Ya no vemos a Mama como antes. Su puesto la alejo de nosotras, La extraño.
El puesto de jefe de emergencias que adquirió hace meses ocupo su mente y sueño. No es algo de que me queje porque es lo que ama hacer pero mi hermanita tiene razón, es como si la hubiera consumido y eso nos alejo.
Clarita se empieza a probar mi ropa y aleja los que debería tirar pero no acepto porque es mi ropa y es el estilo que me gusta. Va hacia la cocina para traer papas en bolsa para comer delante de mí y luego decide invitarme al ver que me antoje. Luego me ayuda cuando me queda poca ropa que acomodar y mi Padre nos llama para almorzar.
Me reta a quien llega primero y por supuesto que me gana.
Veo el portátil en el sillón y veo a Andrés sirviendo el pastel de papa que preparo. Ante ese aroma mi estomago me guía hasta ello. El siempre ha tenido un don con la cocina, hace de todo y hasta lo más rico con pocos ingredientes.
— ¿Cómo va tu proyecto?— tomo vasos y una jarra de agua de la heladera.
— Creo que bien pero no sé muy bien el titulo todavía y eso es lo más importante porque un titulo es lo que define el libro y su contenido, tiene que ser algo que sea su conector.
— Yo te podría ayudar— alega su copia que ya se ubica en su sitio en la mesa.
— Está bien, me vendría bien mente joven.
Le señalo que se siente y saco la bandeja del horno.
— No estás viejo. Mis compañeras del colegio dicen que tú eres muy lindo y eso me molesta.
— ¿En serio? ¿Prefieres que sea feo?—ella se lo piensa llevándose un dedo a los labios para pensar.
— No importa si lo seas para mi eres lo más hermoso—abre sus brazos y mi corazón muere de ternura.
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el mejor amigo de mi novio
Teen Fiction¿Alguna vez sentiste que tu mundo se derrumbada poco a poco? Esto es lo que le pasa a Valeria, una adolescente que empieza su vida adulta. Asustada de comenzar a asumir esas responsabilidades y ese gran paso. Y ella esta dispuesta a enfrentarlo por...