SINOPSIS

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Daphe Jones, una chica de 21 años, cabello castaño, que se caracterizaba por ser una joven entusiasta, carismática y risueña. La mayoría del tiempo, siempre portaba una sonrisa en su rostro, a la vista de muchas personas, la chica parecía tener una vida perfecta y sin complicaciones, solía tener una actitud positiva ante cualquier situación, por más difícil que fuera.

Daphe, a pesar de tener esa actitud, había pasado por muchas situaciones difíciles en su vida. Al nacer, le detectaron una extraña enfermedad cardiológica, provocando en ella múltiples complicaciones de salud.

A sus 4 años de edad, queda huérfana, por lo cuál sus abuelos maternos y tía, se hicieron cargo de ella. A raíz del tiempo, la pequeña Daphe, desarrolló otras enfermedades, por las cuáles la obligaban a pasar la mayor parte del tiempo en un hospital. Sin embargo, su familia siempre se encargaba de que estuviera rodeada de todo el amor posible, nunca fue una chica solitaria, todo lo contrario. Estuvo rodeada de personas que le tomaban aprecio, como lo era su mejor amiga Katie, la cuál conoció en su tercer año de bachillerato.

A pesar de todas las dificultades, logró graduarse y obtener su diploma académico. Siempre soñó con seguir sus estudios, hasta formarse profesionalmente. Sus abuelos, siempre la apoyaban en todo lo que se proponía, sin embargo no todo en la vida es color de rosa, años más tarde, falleció su abuela, ocacionando que su mundo nuevamente se derrumbara.

Cayó en una fuerte depresión, la cuál tenía muy preocupada a su familia. La chica, se había encerrado en sí misma, construyendo un muro que nadie podía atravesar.

Tras varias semanas de insistencia por parte de su tía, la castaña aceptó recibir ayuda profesional. En el fondo sabía que la necesitaba, no quería seguir hundiéndose en ese hoyo que ella misma había cavado.

No era justo para su abuela ni para ella, acabar con su vida, después de todo lo que ambas tuvieron que atravesar, iba a salir adelante por ella y por la mujer que dio hasta lo imposible por verla feliz.

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Fabricio Baker, un chico de 18 años, cabello castaño rizado, hijo menor de uno de los empresarios más aclamado en todo el país, la mayor parte del tiempo, sus padres se encontraban ausente, siempre fue un chico solitario, sus progenitores creían firmemente que las muestras de afectos, no eran tan necesarias como lo eran las cosas materiales.

Cada logros y cumpleaños, le enviaban cualquier obsequio para cubrir sus faltas, nunca estuvieron para él, nunca ha sabido lo que es recibir un beso de buenas noches, o algo tan simple como una caricia por parte de mamá.

A la edad de 18 años, su cuerpo ya conocía la mayor parte de esas sustancias adictivas llamadas "drogas", a los largo de los años, creció convirtiéndose en un chico frió y solitario.

No le importaba nada, ni nadie. No tenía amigos gracias a su peculiar "carácter", tenía muy claro, que su presencia le importaba a sus padres, tanto como la basura que desechaban los fines de semanas. Su vida era una mierda, y él lo sabía.

Se había acostumbrado a la soledad, y a tener una vida de libertinaje. Era fiel creyente, que el amor sólo eran historietas que la gente sin oficio, creaba para evadir lo miserable que eran las relaciones amorosas.

Sin embargo, las únicas personas que les importaba en el mundo, eran su hermana mayor Fleur y su mejor amigo, Dominik.

Fleur, era la única persona que le brindaba algo de amor fraternal, la chica siempre trataba de que su hermano siguiera otros caminos, sin embargo, era consciente que la ausencia de sus padres le afectaba a su hermano más de lo él admitía.

Por más que trataba de convencerlo para que buscará ayuda profesional, decía que él no necesitaba ninguna persona que le tuviera lastima. Fleur, sabía que su hermano tenía un carácter muy dominante y nunca se dejaba guiar por nadie. Sin embargo, luego de que una noche, casi muriera por una sobredosis, su hermana, le suplicó casi llorando que asistiera a una ayuda psicológica, alegando que necesitaba de alguien para desahogarse.

Fabricio, al ver a su hermana llorar, no tuvo otra opción que aceptar.

Daphe y Fabricio, eran dos personas de mundos diferentes, sin embargo ambos tenían algo en común; Piezas rotas, que buscaban desesperadamente ser reparadas.

Ambos eran como una constelación, conformada por una agrupación convencional de estrellas, cuya posición en el cielo nocturno, era aparentemente invariable.


Siempre a tú ladoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora