Capítulo (13)

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Y quizás seguir viviendo, no estaba en sus planes.

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Soltando una pequeña risa, él moreno entra silenciosamente a su habitación, la cuál estaba siendo ocupada por su novia.

Fleur, se encontraba sollozando, mirando sus pies, mientras negaba lentamente.

-¿Por qué mi princesa, llora?- La rubia, sube su mirada y suspira.

-Cada vez, estoy más hinchada y fea-

-Claro que no, sigues igual de preciosa que
siempre- Dominik, llega a su lado abrazándola por los hombros.

La menor, voltea su mirada y niega. Últimamente sus hormonas, estaban descontroladas.

-Estoy gorda Dominik, y no trates de decirme lo contrario- Él moreno, ríe y asiente.

Sabía que su novia, no estaba en sus mejores momentos.

Besa su mejilla, antes de levantarse de la cama.

-¿Iremos hoy a ver a Fabricio?-

-¿Crees que quiera vernos?- Dominik, suspira y asiente.

-Hay que darle tiempo, no debe ser fácil estar encerrado en ese lugar-

-Lo extraño, extraño a mi hermano- Sin poder evitarlo, suelta un pequeño sollozo.

Él moreno, cierra sus ojos y suspira.

Él también lo extrañaba, pero sobretodo le atormentaba la idea de no saber como su mejor amigo, se sentía encerrado en ese lugar.

Fabricio, no había dejado que nadie lo visitara. Por más que intentarán, él rizado los rechazaba, no quería que las personas sintieran lastima por él.

-Daphe, podría ayudarnos- Susurra, él moreno con temor a la reacción de la castaña.

Fleur, levanta su mirada y niega molesta.

Estaba consciente, que unas de las causas por la cuál su hermano estaba tan devastado, era ella.

-Esa chica, terminó de destruir a mi hermano-

-No puedes culpar a Daphe, ella no esta obligada de corresponder los sentimientos
de Fabricio-

-¡Es mi hermano, él que esta internado en esa maldita clínica!- Él grito, hizo sobresaltar al moreno.

Dominik, se acerca y sujeta suavemente sus brazos.

-Cálmate, recuerda al bebé, joder-

-No me toques- Lo empuja, mirándolo mal.

Él moreno, decide guardar silencio. Tener que lidiar con los cambios hormonales de su novia, era desesperante.

Con frustración, se vuelve a levantar.

-Iré a ver a Fabricio, trata de cálmarte, que el bebé no tiene la culpa de nada- Sin decir nada más, abandona la habitación dando un pequeño portazo.

Fleur, no tarda en sollozar nuevamente.

Estaba consciente, que a veces le agotaba la paciencia a su novio.

Siempre a tú ladoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora