Capítulo (8)

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FABRICIO BAKER

Una semana, una puta semana ha pasado desde qué mi vida cambió por completo, sí antes me sentía vacío, sin tener un camino concreto a donde ir, ahora me siento completamente perdido, estaba dependiendo de un hilo invisible para no caer, para no volver a esas jodidas sustancias. Tenía miedo, estaba sintiendo cosas que nunca antes había sentido, millones de preguntas, de temores y sentimientos que necesitaba desahogar con alguien.

Aunque me duela admitirlo, en estos momentos extraño y me gustaría sentir un poco de cariño por parte de mis padres, siempre he actuado cómo si no me importará nada, alguien frío, pero solamente soy estúpido chico de dieciocho años tratando de sobrevivir a un mundo de mierda, a un mundo en dónde no existe el cariño, el amor. Solamente golpes, adicciones, falsedad.

Ese es mi mundo, el mundo de Fabricio Baker.

Estoy dispuesto a crear otro mundo, ser alguien mejor, alguien merecedor de ella. Pero si no está a mi lado, simplemente nada valía la pena, Daphe, era mi razón y motivo para cambiar. Su rechazo, me hizo darme cuenta por completo que estaba perdido por ella, fue lo más doloroso que pude experimentar en mi vida. Nunca antes, había sentido ese vacío en mi corazón, esas ganas de llorar y tirar todo lo que estuviese a mi alrededor.

Agradezco, que ese día mi padre, lo llamaron para asistir a un viaje imprevisto de la empresa, por razones desconocidas la reunión ameritaba su presencia por varios días, por lo cuál está semana me he librado de él y sus sermones.

Todos estos días he intentado hablar nuevamente con Daphe, gracias a Katie sé de ella, aún se encuentra hospitalizada y eso me preocupaba. Su amiga, decía que era algo normal en ella, sin embargo, esa maldita angustia  no se me iba. Las veces que la he llamado e incluso ido a la clínica, ella me ha evitado a toda costa, esa actitud me dolía, pero estaba consciente que debía de ir de lento y respetar su espacio.

Unos golpes en la puerta de mi habitación, logran sacarme de mis pensamientos. Soltando un suspiro me levanto para luego abrir.

—Joven Baker, su padre llegó y lo espera abajo para almorzar y hablar con usted—

—Gracias por avisar, Nayla— la chica me mira confundida y asiente.

No puedo evitar reírme al ver su expresión.

—No siempre seré un cabrón sin modales, ¿vale?— sonríe para luego retirarse.

Cierro la puerta, para luego girarme y tomar mi chaqueta. Tenía pensado ir a la clínica, está mañana llamé y desgraciadamente no contestaron mi llamada, lo cuál me tenía con un jodido dolor de cabeza.

Salgo de la habitación con pasos flojos, tenía que ver a mi padre y simplemente detestaba eso.

—Buenas tardes, familia— exclamé sarcásticamente, mientras me sentaba en la mesa de la sala.

Tanto mis padres cómo Fleur, me miraron cómo si fuese un bicho raro.

—A ti te quería ver— mi padre, me miraban seriamente.

—¿Sí?, que agradable saber eso— volví a usar mi tono sarcástico.

Tomé un bocado de la lasaña que se encontraba en mi plato, y lo llevé a mi boca disfrutando de su exquisito sabor.

Siempre a tú ladoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora