FABRICIO BAKER
El fin de semana llegó más rápido de lo que hubiese deseado, desde hace un par de días ya no eran de mi agrado, porque eso solo significaba una cosa; ya no vería a mi niña bonita, así como la había apodado. Ni siquiera sabía su nombre, en toda la semana que tuvimos de clases no tuve la oportunidad de acercarme a ella, había llegado para mi desgracia, un chico nuevo que simpatizo con ella al instante. Él muy hijo de puta, nunca se separaba de ella y eso simplemente me jodía la vida.
Esta semana solo me dediqué a observar cada gesto y manía que hacía. Cada centímetro de ella era interesante, su voz potente pero a la vez cálida, era una sensación que jamás había sentido al oír hablar a alguien. Su voz me llenaba de una tranquilidad inexplicable. Su sonrisa, aunque no fuera dirigida a mi, lograba iluminar mi entorno, la chica era una especie de aditivo peligroso, una vez que lo probarás ya no había vuelta atrás.
Desde un principio, me negué a sentir algún tipo de sentimiento por alguien, siempre he tenido claro que mi vida no era la mejor, no tenía nada bueno para ofrecer, las drogas se habían apoderado de mi sistema desde hace tiempo. Nunca he sentido la necesidad de dejarlas, ni mucho menos un motivo por el cuál hacerlo. Iba por la vida, valiéndome mierda todo, inclusive yo mismo.
Unos toques provenientes de la puerta de mi habitación, logran sacarme de mis pensamientos. Giro los ojos soltando un bufido, odiaba cuándo interrumpen los pocos momentos de tranquilidad que lograba obtener en mi casa.
Con pasos perezosos, me dirijo a la puerta y la abro. Al hacerlo, puedo observar a mi padre tras ella.
—Arréglate que tenemos una reunión en veinte minutos. Preocura verte decente, y no como un puto drogadicto—
—Buenos días, para ti también
padre— odiaba a mi padre, solo era un jodido narcisista de mierda.Nunca les importamos una mierda, mi hermana y yo prácticamente crecimos sin saber lo que era tener un hogar.
—No iré, no tengo nada que hacer en unas putas reuniones que no me interesan lo más mínimo. Además, siempre lo dices, solo soy un jodido drogadicto. No entiendo para que me llevas a ellas, si tanto te avergüenzo—
—No me jodas la paciente Fabricio, al menos sirve para algo. Sabes muy bien que los demás socios creen que somos una familia unida, no puedo darme el lujo de tener una mala
imagen— río con una mueca de fastidio en mi rostro.—Claro.. Se me había olvidado que para él señor aquí presente, es más importante una puta reputación que su propia familia—
—¡BASTA FABRICIO, NO JODAS MÁS Y CÁMBIATE!—
—¿Al menos puedes tener la amabilidad de decirme, a dónde vamos?— exclamo ignorando su grito, al decir verdad, ya estaba acostumbrado a que me gritara.
—A la casa de los Jones, al parecer su sobrina es un nuevo ingreso en la escuela, ya sabes que siempre me encargo de visitar a los nuevos ingresados— mi padre, si es que así se le puede llamar, es uno de los empresarios más grandes del país. Además, era dueño de "Belmont School", uno de los institutos más afamado del estado.
Lo único bueno de toda esta mierda, era que gracias a ese instituto volví a ver a mi niña bonita. Para mi desgracia o suerte, mi padre decidió mandarme a su propia academia. Años atrás, me rehuce a realizar mis estudios en ella, odiaba tener que estar rodeado de algo que tuviera que ver con él.
—¿Fleur, irá?—
—Iremos los cuatro, ahora hazme el favor y dignate a cambiarte— sin decir más, sale dando un portazo.
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Siempre a tú lado
Teen Fiction> TODOS LOS DERECHOS RESERVADOS NO SE ACEPTAN COPIAS-ADAPTACIONES INICIO: 16/04/2022 •Sarai Malik 🥀.