One shots - Multifandom

Locke & Key | Kinsey Locke

—________ Wilson y Kinsey Locke —avisó el profesor por último. Miré en dirección a aquella chica. Siempre era muy callada, de hecho creo que solo la había escuchado hablar cuando decía presente al pasar la lista. Ahora me tocaría hablar con ella, puesto que el profesor anunció que seríamos equipo para el proyecto de historia.

Su mirada viajó hacía mi, me miró durante unos segundos para después desviar la mirada con desinterés.

La campana sonó. Y eso solo significaba que ya era hora de la salida.

—Pueden retirarse —anunció, todos se levantaron rápidamente comenzando a recoger sus cosas— No olviden el proyecto para mañana. ¡Es en equipo, no solo de una persona! —gritó al ver que la mayoría se estaba yendo sin escuchar lo antes dicho por el.

Termine de recoger mis cosas y salí del salón en espera de Kinsey. Cuando ella salió me iba a sacar la vuelta pero la seguí y caminé junto a ella.

—Y bueno Kinsey, ¿Entonces en mi casa o en la tuya? —le pregunté, mirando a mis al rededores sin interés.

—¿Qué? —se mostró confusa, me giré hacía ella.

—Lo del proyecto.

—Ah.. como sea.

—¿Te parece si es en la tuya? La mía está en remodelación y es algo incómodo —dije con una mueca. Ella asintió.

—¿Cuándo?

—Me preguntaba si justo ahora puedes.

—Supongo.

—Genial —dije al ambas ya estar caminando fuera de la escuela— ¿No tenías un hermano?

—El se fue con su amigo.

—Oh, entiendo.

Ella no respondió más. El silencio sinceramente no era incómodo. O al menos no para mí. Yo solía hablar mucho. Pero me limitaba a hacerlo con ella. Aunque en realidad si quería hacerlo. Ella me parecía muy interesante.

—¿Entonces dibujas? —le pregunté para tratar de matar el tiempo. Ella me miró extrañada.

—¿Cómo lo supiste? —dijo confusa.

—Te observó en los recesos —comenté. Ella me miró aún más confundida— No creas que soy una acosadora Kinsey —dije seriamente. Ella me mostró una media sonrisa— He visto algunos de tus dibujos, lo haces bien.

—¿Lo crees?

—¡Claro que sí! Son geniales. Yo no sé dibujar. Lo intento y es como si dibujara con los pies —dije con diversión, ella soltó una ligera risa. Sonreí al verla reír, nunca la veía así.

—Gracias, creo —la miré y asentí. Ella sonrió desviando la mirada.

Ninguna dijo más. El trayecto se mantuvo en silencio. Duramos unos cuantos minutos más caminando, hasta llegar a la casa llave. La famosísima casa llave.

—Que linda es —dije cuando ambas estuvimos dentro. Miré a mí al rededor con interés.

—No lo creo —ella soltó una risa amarga.

—¿Kinsey? —escuché una voz masculina. Ambas volteamos hacía donde provenía y vi a un chico que parecía de nuestra edad, supuse que era su hermano. Él me miró confuso— ¿Hola? ¿Quién eres?

—Hola, soy ________ Smith, amiga de Kinsey —sonreí. Él me miró con confusión, a la vez que la rubia a mí lado.

—¿Tu tienes una amiga? —preguntó el chico mirando a Kinsey con sorpresa, incredulidad y a la vez cierta burla en la voz.

—Haremos un proyecto —concluyó la rubia, mirando con cansancio a su hermano— Adiós —terminó la conversación jalando de mí escaleras arriba.

—Si no te molesta que pregunte, ¿Qué fue eso? —cuestioné, algo interesado en el trato de su hermano hacía ella.

—No nos tratamos tanto desde que mi padre murió —acotó, ambas entramos a la que supongo es su habitación.

—Lo siento —dije dando un apretón a su brazo, ella miró mi agarre y después asintió— Debió ser muy difícil.

—Sí..

—Lo siento, no tenemos que hablar de eso —sonreí con pena. Ella negó, largo un suspiro antes de hablar.

—¿Empezamos ya? —dijo sentándose en su cama y vaciando su mochila en esta, así dejando caer todos sus libros. Me miró y palmeó el lugar a su lado.

—Claro —dije caminando hacía ella. Me senté a su lado e hice lo mismo que ella— Empecemos.

Las horas pasaron y nosotras seguíamos haciendo el trabajo. Historia era un tema en el cual escribir mucho. Había mucho que leer para investigar. Todo estaba siendo tardado, pero ya no faltaba demasiado.

A lo largo de estas horas logré divisar que Kinsey era agradable. En cierto punto entiendo su comportamiento hacía los demás y su manera de lidiar con las cosas; esconderse de todo el mundo.

Pero no de mí.

Lograba hacerla reír con alguna que otra broma que decía, o simplemente hablar con sarcasmo. Su risa y sonrisa eran lindas.

Ella no se desharía de mí tan fácilmente de ahora en adelante.