Epílogo

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Tu piel no es papel. No la cortes

Tu cara no es una máscara. No la cubras

Tu cuerpo no es un libro. No lo juzgues

Tu vida no es una película. No la termines

Dijo alguien una vez.

Y Elena podía confirmar toda esa frase, pasó por momentos muy duros, tuvo caídas y se levantó a pesar de todo. Pudo volver a ser feliz.

Después de la pérdida más dolorosa que tuvo pensó que no se volvería a levantar, que se iba a rendir, pero le prometió a su padre seguir y así fue aunque le costó seguir.

Ella está muy feliz, logró aprender a vivir con la pérdida de su padre, aprendió a aceptarse, a perdonarse y sobre todo a amarse a sí misma.

Viéndose en ese espejo, dando se cuenta que su padre no la iba a poder entregar en el altar por que no estaría allí.

-No, tú estás aquí y estas muy feliz por mi, yo lo sé no estoy sola estás tú conmigo siempre- dijo Elena con unas lágrimas en los ojos.

-Por Dios mi niña, no llores se te va a correr el maquillaje, sabes que a tu papá nunca le gustó verte llorar-

-Lo se, ya me viera regañado por llorar-

-Para el eras su rayo de luz, por eso le dolía verte llorar, por qué podía terminar el llorando contigo- dijo con algo de nostalgia su madre.

-Bueno, a mi papá no le hubiera gustado que el día de mi boda este triste o llorando- dijo Elena viéndose en el espejo regalándose una sonrisa.

-Todo la razón, vamos te espero allá abajo- dijo su madre

Su madre la iba a entregar al altar, Elena así lo decidió, mirándose por última vez en el espejo recordó toda su historia de como antes no podía mirarse al espejo y ahora en frente de un gran espejo pudo decir que por fin era feliz, que logró salir de la tormenta y que estaba apunto de casarse con el amor de su vida, que ya de plano estaba más que nervioso por no verla entrar a la ceremonia.

Y así empezó a caminar con su madre, con el recuerdo de su padre, en medio de todas esas sillas llenas de personas que realmente la querían y al final dónde estaba el gran amor de su vida, con los ojos llorosos esperando por ella.

Eran y fueron felices a pesar de todo, la vida continúa, aunque a veces no miramos una salida o una luz no significa que no la allá, a veces la mayor luz y salida es uno mismo.

Sé feliz, cumple tus metas que si puedes lograrlas y si estás pasando por un mal momento recuerda que siempre después de la tormenta sale un arcoíris.

Aunque parezca tarde o se viera como nunca va aparecer ese arcoíris no te preocupes si aparecerá tarde o temprano hará acto de presencia, busca ayuda, pedir ayuda no está mal por qué lo haces por ti, no para otra persona.


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En fin, me voy y me gustó mucho escribir este especial :)

Les invito que pasen a leer mi otra historia, por si no la han leído.

Agradecería mucho si recomiendan mis historias a más personitas para que las lean.

Muchas gracias por el apoyo de verdad <3 JJ.



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