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REGLA #16: Siempre tienes que estar sereno, ser amable y nunca hacerlo ponerse serio.

Se sentía casi ofendido, repitamos ese CASI.

— Vamos, Sunoo... Lo siento ¿Si?

El Omega solo se limito a mirar a otro lado ofendido. De reojo miraba como el Alfa lo veía nervioso y hasta se podría decir que desesperado.

Podía sentir el ligero aroma del Alfa cosa que lo hacía dudarse a si mismo si debía seguir con esa indignación injustificada.

— ¡Pero dime qué he hecho mal! —reprochó Sunghoon sin entender porque el repentino cambio de actitud del menor.

Recuerda como si fuera ayer como tenía al Omega tan cerca de él, curando con suavidad su labio y el reprimiendo sus ganas de besarle.

"Fue ayer baboso" le gruño su lobo.

— No puedo creer que mi Omega se haya enojado por eso... —murmuró el Omega para si mismo, sin embargo fue escuchado por el Alfa que estaba a su lado sentado.

Ambos estaban sentados en la mesa que comúnmente usaban los Omegas de la cafetería, de su escuela.

Sunoo no sabía dónde estaba Jungwon, no lo había podido contactar. Y como vio que Sunghoon no estaba con Jay, pudo suponer que Yang estaba con ese Alfa.

Pudo percibir el aroma dulce y exquisito del petricor  volviéndose agrio cosa que lo noto mucho.

Giró su rostro encontrándose con que Sunghoon se encontraba apoyado sobre su mano mirando a algún lado. Su rostro se encontraba serio y eso no hizo más que alterar a su Omega.

Se quería golpear así mismo por haber reaccionado de esa manera.

" Es nuestro Alfa" chilló su Omega.

Sunoo  se quiso pegar así mismo. ¡Se había alterado mucho al olfatear el aroma de una Omega en Sunghoon!

No pudo evitarlo, cuando apenas sintió el aroma sus instintos fueron querer estar en el te regazo del Alfa y sacar todo ese asqueroso aroma a algodón de azúcar.

— H-hyung... —exclamó Sunoo bajito tomando con fuerza la manga del brazo del Alfa queriendo llamar su atención— Lo siento...

Sunghoon volteó su rostro mirando como el menor estaba totalmente sonrojado haciendo que suavizara su expresión.

Y es que el no entendió nada desde el minuto que se acercó al Omega. No pudo ni saludarlo que el Sunoo ya lo veía con el ceño frunció, y casi lo ignoraba por completo sino fuera que le respondía sus preguntas con unas respuestas cortantes.

— ¿Me dirás qué he hecho? —hablo serio, pero intentando no ser duro con el pequeño que estaba más tímido que de costumbre.

Bueno... Viniendo de Sunoo era algo que no estaba del todo acostumbrado, ya que lo conocida bastante.

Conocía ese carácter fuerte, para nada débil y sumamente tímido en algunas ocasiones. Y no podía estar más fascinado de ello, quizás, por esa manera de ser era la que más lo atraía al menor.

— Lo siento... —balbuceó tímido jugando con la manga del sweeter del Alfa. Y aunque el fuera inconsciente de eso su aroma incrementaba al mismo tiempo que el del Alfa— E-es que tú... Tú tenías el aroma a otro O... Omega —murmuraba cada vez más bajito bajando la mirada a sus manos.

Y como si fuera una confesión astral Sunghoon lo miró fijamente. Esperando que le dijera que es una broma porque su corazón y su Alfa están como locos.

— A-aun lo tienes... —exclamó avergonzado y enojado.

— Lo siento... —habló el Mayor sin saber que hacer o decir ante lo dicho.

¿Qué se supone que tiene que decir cuando el Omega que lo tiene loco le dice que huele a otro Omega?¿Lo siento no volverá a pasar? ¿Me debería sacarlo?¿Quítamelo tú?

Ya no sabía que decir, y sabía que tenía que decir algo por la mirada impaciente que le daba el menor.

— Lo siento, yo no lo sentía... —se avergonzó de decir eso y no sabe porque su Alfa saltaba sumamente feliz.

— ¿P-puedes quitarte lo? —preguntó nervioso el Omega queriendo que el aroma que aún sentía ya no esté.

— ¿Quitamelo? —repitió sin saber cómo reaccionar y sin darse cuenta su lobo tomó el control— Mejor quítamelo tú, Omega.

Y Sunoo pudo sentir como su corazón latía desesperado y sus piernas temblaban. Inconsciente apretó con fuerza la manga de Sunghoon sin apartar la vista de los preciosos orbes, color café del Alfa.

Y cuando estuvo por apartar su mano del brazo contrario reprimió un jadeo cuando el Alfa tomó su mano y la llevó a su propio cuello.

— Quítame ese desagradable aroma, Omega. —susurró cerca de su rostro

Solo agradecía estar sentado porque sino cree que se caería.

𝐌𝐀𝐍𝐔𝐀𝐋 𝐃𝐄 𝐂𝐎𝐌𝐎 𝐒𝐄𝐑 𝐔𝐍 𝐁𝐔𝐄𝐍 𝐎𝐌𝐄𝐆𝐀•| Sungsun Donde viven las historias. Descúbrelo ahora