¶=Qué pasaría en un mundo donde los Potter no murieron el 31 de octubre. Dónde la pelirroja no tenía los ojos verdes, si no azules.
¶=Donde August Gray y James Potter comparten la custodia de su hijo; Harry Potter. Con el detalle que ella vive en E...
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"¿Rehacer mi vida? Eso suena imposible. No, no puedo sacarla de mi vida tan pronto."
°°°
James
Lluvia, hacia mucho frío esa mañana, las gotas de agua daban contra los grandes ventanales, el eco resonaba por todo el lugar, y un ojimiel mirando confundido hacia una carta en sus manos.
El hombre no entendía muy bien lo que estaba leyendo, era algo muy extraño para el parecer del pelinegro. Así que él sólo dobló la carta para luego guardarla en su bolsillo y volver al cumpleaños de su hijo.
El hombre Potter tomó un poco de pastel y se sentó al lado de su hijo.
—Mmm, buena elección de pastel Harry, no creí que el red velvet supiera tan bien.
—Papá, sabes que es pastel de chocolate con colorante, ¿no?
El ojimiel se quedó unos segundos pensando antes de asentir lentamente y meterse una cucharada a la boca.
—Mamá me lo recomendó, ella y yo fuimos a una pastelería a probar pasteles.
El hombre Potter miró a su hijo por unos segundos antes de dejar el plato con pastel a un lado y hablarle.
—Sabías que una vez ella intento hornear un pastel de vainilla para el cumpleaños de canuto, ¿y sabes que paso?
—¿Qué?
—Se quemó, toda la cocina apestaba a humo, El tío canuto le agradeció igual, pero no hubo pastel. Aunque al final fuimos por una pizza y unos muffins.
—Oh, bueno, ella no es la que cocina en casa, eso lo hace Megan, una vez me hizo unos espaguetis, y le puso azúcar en vez de sal. Si, mamá no es buena cocinera.
—¡Mini cornamenta! Mira lo que te trajo el tío Sirius.
—¿Papá puedo...?
—Ve anda.
El hombre Potter vio como su hijo de ahora nueve años iba corriendo donde su amigo ojigris, cuando se dio cuenta el niño estaba sosteniendo una escoba en sus manos, el niño gritaba de alegría mientras abrazaba al pelinegro.
August
Era de madrugada, la luna primer menguante se veía perfectamente por el cielo. Y una rubia se encontraba despierta. La mujer acababa de terminar una llamada donde felicitaba a su hijo por su noveno cumpleaños.
