Epifanía #1

Recuerdos

"Recuerdo la primera vez que vinimos aquí. Aquella vez yo te dije que te amaba. Y ahora no estoy segura si se debería cambiar a un «Todavía te amo»."

°1975°

August

Música, la música se escuchaba por toda una habitación. Ropa por montones había por toda esa habitación, y en esa misma habitación se encontraban cinco estudiantes de Gryffindor disfrutando de su noche.

Una rubia, dos pelirroja y dos pelinegras pasaban un momento de chicas esa estrellada noche.

Las risas compartidas eran la principal cosa que sucedía en la habitación de las chicas de corbata roja.

—Así que August... ¿Dejaste ya lo que tenias con Brown? —preguntó divertida una rubia de ojos azules verdosos.

—Si. Solo fue cosa de unas noches. Él creía que yo quería formalizar algo con él. —dijo la chica Gray para luego soltar una carcajada que fue seguida por el resto.

—Por eso es mejor ya no perder el tiempo con chicos... ¿Si es que me entiendes...? —preguntó sonriente la rubia para luego reír.

Las risas siguieron en el ambiente, todo iba de maravilla para las del sexo femenino. Pero sin esperarlo salió a relucir un tema de interés para las chicas.

—Y dinos... ¿Hace cuanto hablas con Potter? ¿Eh?

La chica de ojos azules se quedó quieta unos segundos antes de soltar una pequeña risa y negar con la cabeza.

La otra pelirroja y la única rubia se miraron entre sí antes de escuchar la respuesta de la chica.

—Nah. Solamente él idiota se choco conmigo. Y luego se quedó como bobo embobado.

—¿Y hablaron? —preguntó Alice Fosterlin a la pelirroja de manera curiosa.

—Solo fue un leve coqueteo. Nada del otro mundo. Potter es terreno difícil. Es muy enamoradizo. Y no quiero nada de eso.

—Ajá. ¿Pero tú crees que él se dará por vencido tan fácil August? —preguntó Lily Evans con una ceja encarada mirando atenta a la pelirroja.

—Te lo prometo Lily. Él pobre terminara casado con una dulce y atenta joven. No haría nada conmigo.

La conversación de las chicas siguió entre juegos y bromas entre ellas. Cuando dieron las cuatro de la mañana una pelirroja seguía despierta con una conversación en la cabeza.

Ella estaba segura de lo que había dicho. Ella no podía salir con alguien como James Potter, ese enamoradizo azabache. Era sabido que era uno de los galanes más solicitados de todo Hogwarts. Más eso no era un reto para August Gray.

Pero ella tampoco era cruel, no iba a salir con él sólo por una apuesta o una prueba. Era lógico que ellos no tenían nada en común. No era posible que ellos pudiesen ser algo más. Y sin contar que sólo habían tenido una sola convivencia. No era la gran cosa.