CAPÍTULO 7

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Siempre he dicho que una mujer fuerte es alguien que levanta a otras mujeres en lugar de derribarlas, la lealtad es algo valioso en un mundo de traición y el amor es un tesoro en un universo de mentiras.

-¡No puedo creer que conozcas al Rey y no me dijeras nada!- Los reclamos de Issy son el sonido que abruma mis oídos desde que lo perdimos de vista, Ciel permanece callada y con la mirada perdida.

-No pensé que fuese necesario comentarlo.

-¿Qué no lo fue?- Abre sus ojos azules de manera exagerada y la verdad, dan escalofríos.

-Issy...- Ciel trata de llamar su atención pero la pelirroja sigue parloteando.

-¿Crees que no es de importancia mencionar que fuiste traída aquí por su majestad?

-No pensé que debía de comentarlo a la primera plática, además que jamás salió un tema relacionado a él tan a fondo.- Trataba de minimizar esta situación.

A decir verdad, Issy parecía bastante exaltada con este tema aunque no lo estuviese demostrando, su forma de mirarme cambió de un momento a otro, pero estoy notando que trata de contenerse.

-¿Hay algo entre ustedes?- Permanece sin parpadear y su boca hizo un pequeño gesto que noté con algo de tensión.

-Claro que no, ya lo dije antes- Me detuve en seco, este interrogatorio ya me estaba cansando- Solo vine aquí por necesidad, no hay nada romántico en esto.

Sus hombros y boca parecían relajarse, pero no había parpadeado en ningún momento, Ciel la veía con algo de preocupación.

-¡Está bien! Basta de preguntas, recordé que debo preguntarle algo a Miss Margot así que las veo después.

Avanzó de manera rápida en dirección contraria a nosotras, Ciel miró en su dirección un momento y luego su vista de posó en mi.

-Ciel, conoces a Issy desde hace un tiempo ¿cierto?

-Desde que teníamos nueve años.

-¿Qué ocurre con ella? He notado como la miras y no luces nada cómoda cerca de ella.

Parecía dudosa y algo asustada.

-No ocurre nada, Issy siempre a sido así.

-Sé que me estás mintiendo pero no te presionaré a que me lo cuentes, solo espero que cuando estés lista tengas la confianza suficiente de decirlo.- Le di una sonrisa para indicarle que no tenía nada de qué preocuparse.

Parecía algo aliviada pero la inseguridad no abandonaba su rostro, sin embargo, una sonrisa sincera adornó su rostro y sus mejillas se tornaron rojas.

-Espero que seamos buenas amigas, Melián- Estiró su mano, noté una cicatriz en su mano derecha, era una quemadura en su mano y casi parte de su antebrazo, tenía la forma de una flor.

No quise preguntarle nada, pero vi como se percató que me di cuenta de la herida, ya estaba cicatrizada y se notaba que tenía tiempo con ella, pero el daño debió ser grande para dejar una marca así.

-También espero lo mismo, Ciel- Estreché su mano y le devolví la sonrisa.

-Antes dijiste que estabas aquí por necesidad ¿A qué te referías con eso?

La observé unos segundos.

-Si es algo muy personal, pido disculpas si te incomodé o si pregunté algo que no debía.

-No te preocupes, pues verás...

Le conté todo lo que había pasado, desde el momento en que conocí a Evegolia, hasta cuando me propuso ser parte de las doncellas.

Reina de ReyesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora