14: Gritarles.

167 21 12
                                    

Un martes de octubre del 2002, una niña de 6 años ingresó al hospital junto a su amiguita y su madre.

Sana Minatozaki.

¿La causa? Había caído mientras jugaba con su amiga.

Tuvo que usar muletas, aunque no por mucho tiempo.

Sin embargo no fue eso lo que llamó la atención de los médicos; Sana Minatozaki, tenía dentro de sí, un tumor.

Como ella no entendía este concepto, su madre decidió ocultárselo hasta que pudiera explicarle el asunto.

Una vez Minatozaki cumplió los 12 años, finalmente se lo contó.

-Hija; quería comunicarte que tenés un tumor en tu cuerpito. Pero no te preocupes, a mí los médicos me dijeron era benigno. Igualmente, siempre que te sientas débil, avisame, por favor. Que el tumor que tenés, según estuve investigando, podría convertirse en maligno. -Terminó de decir su madre con lágrimas en los ojos.

La pequeña no entendía mucho, pero parecía ser algo de gravedad.

En el 2011, a sus 15 años, recordó esto, pues hace varias semanas, comenzaba  a sentirse débil.

Le comunicó a su madre lo que pasaba, y juntas fueron a una médica recomendada.

Allí les dijeron que el tumor de Sana debió haber sido controlado toda su vida, Y no como les había dicho el médico aquella vez que lo descubrieron. Penosamente, el tumor de la adolescente; era ahora maligno.

-Su hija tiene cáncer.

Las cuatro palabras que quedaron clavadas como puñal en los recuerdos de la señora Minatozaki para siempre. 

Las cuatro palabras que derribaron todas las esperanzas de la niña que aún estaba creciendo, que soñaba en convertirse en actriz, dirigir una película.

Una niña  que tenía un montón de eventos por vivir, sabores por probar, sensaciones por sentir, pensamientos que expresar, una niña que tenía una voz, y  muchas cosas por decir.

No podía terminar esto aquí.

No podía dejar a su mamá sola, no aguantaría. No podía dejar a su papá solo, ¿Quién iba a cuidarlo? No podía dejar a Dahyun sola... Es muy joven para una pérdida tan grande. ¿Con quién va a afrontar este mundo? No podía dejarse. No podía soltar su vida. No aún. Quedaba camino por recorrer.

Enseguida, madre e hija se hundieron en un abrazo, y lloraron a más no poder.

La médica dijo que con tratamiento había una posibilidad mínima de esperanza de vida. O al menos alargarla por unos años.

(...)

Los tratamientos de Sana, no iban como se esperaba. Ya iba un año y medio desde que le diagnosticaron cáncer, mas sin embargo, no mostraba mejoras.

Antes de su cita con Dahyun en su casa, le dijeron que ya no habría solución. No le quedaban más de seis meses.

¿Cómo podría contarle eso? Es mucho, Dahyun apenas era una niña de 15 años, que ya tenía demasiado con sus problemas de autoestima y su vista como para tener que cuidar encima de una novia con una enfermedad mortal de la que tendría que despedirse en unos meses.

Pero ella también era una niña. Y no quería irse. Necesitaba que la cuiden.

La chica de sus pensamientos se aceraba a ella corriendo.

Bonitos Ojos || SaidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora