Quizá no te merezco. Quizá yo estoy de más en tu vida y debería alejarme. Quizá soy una egoísta que te ata a mi vida, a mis problemas, que te mete con mis demonios. Quizá te estoy atormentando y no me decís.
¿Por qué no me lo dirás? Dame una señal, no quiero arrastrarte a este infierno que me quema por dentro.Y tal vez el amor es un poco egoísta, porque quiero que te quedes, en serio quiero. ¿Lo harías? ¿Lo harías por mí? ¿Incluso si te toca limpiar la sangre de una misma herida una y otra vez? ¿Incluso si te toca tener que aguantar que tu buzo favorito se empape con mis lágrimas en las heladas noches? ¿Incluso si te toca repetirme una y otra vez que yo no soy todo lo malo que creo de mí? ¿Incluso si parece imposible estar conmigo?
¿Lo harías? ¿Me aguantarías? ¿Debería dejar que lo hagas?
Me corrijo. Si no te lo hubiese permitido, ¿Hubiese sido mejor?.
(...)El tiempo pasaba rápido, pero Dahyun nunca imaginó que sería tan pronto.
Bueno, ya tenían 15, tal vez exageraba pero, ¿¡NOVIO?!
No! Estaba segura que aún faltaba para eso. Sana todavía debía enfocarse en ellas dos.Dahyun entendía que no era la dueña de su amiga pero es difícil pasar de ser solo dos, siempre a tener que compartir el tiempo de Minatozaki.
¿Qué tenía Han Jisung que no tuviera ella? ¡Era absurdo! Dahyun podía probar que era mil veces mejor.
Aunque claro, era un cariño diferente.
¿No?
(...)
Sana se encontraba con Jisung, su novio, en una plaza mientras comían.
Llevaban 3 meses y Sana la estaba pasando de lo mejor.
Aunque lamentablemente no era mutuo.
Han Jisung, solo empezó a salir con Sana para probarse a sí mismo que le gustan las mujeres, y no, no va a negar que Sana era preciosa, pero no se sentía cómodo.
No solo porque no le gustaba Sana, no era Sana. Era que simplemente, salir con mujeres no le gustaba. Y era hora de aceptarlo.
Pero Sana era tan dulce ¿Quién querría herirla? ¡Es una locura! Tan solo imaginar sus ojos cristalizados y un leve puchero se le rompía el corazón.
Pero fue peor cuando un día, yendo a una reunión de amigos se topó con nada más y nada menos que Lee Minho.
Su crush de toda la vida, se saludaron y una cosa llevó a la otra...
Fue cuestión de un par de horas para que Lee bese los delicados labios de Han.
Lo que ninguno se esperaba era que Sana estaría llegando. Pues era la casa del hermano de Dahyun y ellas querían pasar tiempo juntas.
Fue así, como Dahyun tuvo que consolar a su amiga toda la noche, con suaves caricias en el pelo y palabras de aliento.
—Quizá el amor no sea para mí, ¿No crees?
—No exageres, es solo un mal de amor, no va a durar mucho y aún te queda mucho tiempo. Por lo mientras y si vuelve a pasar acá estaré, cuidándote y dándote todos los mimos que necesites.
—¿Por qué siempre decís palabras tan bonitas? ¿Por qué sos siempre tan bonita?
Kim se sonrojó, no veía, pero sentía los ojos de su amiga sobre ella. Tenía tantas, tantas ganas de verla. Conectar con sus ojos y viajar a una realidad donde solo estén ellas dos.
Dónde el tiempo pase lento, o no pase. Porque es difícil separarse. Pero eso no pasaría, porque era tan cobarde, que seguiría siendo solo su amiga.
—Uhm, no soy bonita. Bueno, no me veo bien, pero imagino que sos mucho más bonita que yo, digo, lo presiento y te siento.
—¿Me sentís?
Sana puso la mano de su amiga en su mejilla, y luego la pasó por su cintura para que la abrace, y la sienta aún más.
Dahyun estaba perdida.