Sunoo estacionó su auto en el sótano del edificio junto al de sus vecinos. Dejó escapar un suspiro de cansancio, observando a su alrededor todo lo que había conseguido en el supermercado, apoyó su cabeza en el timón, empezando a sentir de nuevo esa horrible sensación, pensando en que tal vez si ese día Sunghoon se hubiera llevado el carro y no la moto hubiera tenido un poco más de probabilidad de estar vivo. Respiró hondo y tomó las bolsas para luego dirigirse hacia su apartamento.
Al entrar, todo estaba tan silencioso, miró su reloj que marcaban las cinco de la tarde, había tardado más de lo normal, no quería pasar mucho tiempo solo. Se puso con ropas cómodas, observando que en su armario seguía la ropa de Sunghoon. Definitivamente seguir viviendo en ese lugar era una tortura, no podía dejar de pensarlo cada vez que tenía que vestirse.
Puso en sus pies un par de pantuflas y se encaminó hacia la cocina para acomodar las compras.
Sunghoon lo miraba con atención, sintiéndose aliviado porque su pequeño había llegado a salvo, sintiendo demasiada ternura al escucharlo tararear una suave melodía, sabía que lo hacía para distraerse.
Caminó hacia la cocina para poder verlo más de cerca, preguntándose si sería prudente manifestarse, pero claro, nadie pensaría que eso sería prudente, a nadie le gustan los fantasmas.
Observó con detalle las cosas que Sunoo había comprado, siendo una caja de dulces lo que llamó su atención, eran sus favoritas. Así que la mejor idea que se le ocurrió fue mover esa cajita de dulces hacia otro lugar, estaba seguro de que Sunoo caería en cuenta de que se trataba de él. Esperó a que Sunoo se girara para poder hacer su movimiento, tomó la caja y la puso en otro de los muebles de la cocina. Esperaba que Sunoo se diera cuenta rápido.
Sunoo se giró de nuevo para seguir acomodando las cosas, dándose cuenta de que algo faltaba. Empezó a buscar los dulces debajo de las bolsas vacías, pero no había nada. Tal vez se estaba volviendo loco y solo creyó haberlas comprado, así que empezó a revisar la factura y efectivamente si que los había comprado. Luego de unos segundos por fin la encontró, solo que estaban muy lejos de donde los había dejado, rascó su cabeza como acto de confusión.
ㅡMierdaㅡdijo en voz alta, sintiendo su corazón latir más rápido.
ㅡ¡Esa boca, Kim Sunoo!ㅡexclamó Sunghoon con el ceño fruncido, pero al ver a Sunoo tan sorprendido tapó su boca con ambas manos, había olvidado que podía escucharlo.
ㅡNo puede ser, no puede ser, no puede ser...ㅡrepetía una y otra vez con miedo el menor, definitivamente era la voz de Sunghoon, otra vez, la estaba escuchando por tercera vez.
Cada vez se estaba convenciendo de que se estaba volviendo loco.
Miró la caja de dulces de nuevo, recordaba que no la había dejado ahí, eso debía significar algo. Corrió hacia su habitación y tomó su celular, marcando el número de Heeseung, pero nadie respondió. Con frustración marcó esta vez el de Jungwon, rogando porque respondiera.
ㅡHey, Sunnie.
ㅡ¡Jungwon! ¿Puedes venir?ㅡpreguntó con temor, no quería quedarse solo.
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Lᴇᴛ Yᴏᴜ Gᴏღ 𝑆𝑢𝑛𝑠𝑢𝑛/𝑆𝑢𝑛𝑘𝑖
Hayran Kurgu"𝐻𝑎𝑠𝑡𝑎 𝑞𝑢𝑒 𝑙𝑎 𝑚𝑢𝑒𝑟𝑡𝑒 𝑛𝑜𝑠 𝑠𝑒𝑝𝑎𝑟𝑒" ✘Sunsun ✘Sunki ✘Drama ✘Mención de otras parejas ✘Contenido homosexual ✘Adaptación autorizada _______________________________ ➳ Fecha de inicio : 07/01/22 ➳Fecha fin: 04/09/22 ________________...