「Soledad」<4>

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No podia encontrarlo, buscaba a Mafumafu por todos lados y no podia verlo, comenzé a desesperarme.

¿Y si se perdió?no...el vivió en el bosque toda su vida, ¿como se perdería?

Sacudí mi cabeza borrando esas ideas.

¿¡Y si se fué a una zona que no conocía!?

Me sentía desorientado, en ese instante encontré su listón rojo...su listón...

Lo tomé y lo guardé en mi bolsillo, en mis manos tenía a Mafuteru.

Corrí mas profundo y giré mirando hacia atrás tratando de ver si Mafumafu no estaba detrás mío y me choqué fuertemente la cabeza contra un árbol.

Me desmayé.

...

Me desperté por el canto de un búho.

-uh, uh-el búho me miraba en la rama de un arbol mientras intentaba pararme.

-Mafumafu...-me levanté frustrado, no estaba por ningun lugar, era de día, o mas bien eran aproximadamente las 6pm, pero en esta zona oscura los búhos cantan a todas horas.

Caminé, todo se veía algo...¿solo?

Tal vez Mafumafu habia vuelto a casa y me esperaba dentro algo molesto.

Entré, todo vacío.

"¡¡Soraru-san, llegaste!!"

Su voz en mi mente, cuando me recibía al volver despues de cazar o trabajar.

¿Eh...?¿por qué me pasa esto?

Cociné solitariamente, la voz chillona y dulce de Mafumafu no estaba para...alegrarme un poco...como lo hacía siempre...

Me senté en la mesa y otra vez lo mismo, el lugar de Mafumafu estaba vacío, no estaba él comiendo y manchando su pequeño rostro como un bebé que recien aprendía a comer.

No es posible.

¿¡Como puede ser que me acostumbré a él si solo estuvo dos semanas!?¡es muy poco tiempo para acostumbrarte a alguien!

-ah...ya no está-sacudí mi cabeza, era estraño acostumbrarse a alguien en tan poco tiempo, no...soy solo yo diciendo tonterías.

Lavé los platos y estaba Mafumafu otra vez, cuando yo le enseñé a lavar los platos porque él no entendía como hacerlo.

"¡ten espuma Soraru-san!"

"Ya, me harás una barba como la de santa"

"¿Quien es santa?"

Ah...ese día...

Los lavé algo molesto con mi mente y caminé por el pasillo, tenia dolor de cabeza por el golpe...

Mafumafu hubiera...

-llegué!-

-¡Soraru-san!-me observó, habia lastimado mi mano poniendo trampas y de seguro me reprocharía.

-¡¡Soraru-san tu mano!!-

-no es nada, me corté intentando poner trampas-

-¿¡no es nada!?¡está sangrando mucho!-

-no es na...- me miró algo molesto-ah...-

-¡sientate!¡curaré la herida!-negué.

-está bien, no pasa nada-frunció el ceño y luego hizo un puchero.

-bien, me dejaré curar-bufé y me senté en la silla.

Pequeño Lobo「SORAMAFU」Donde viven las historias. Descúbrelo ahora