*¡Extra, extra!*

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~¡Extra!~

Me quedé en silencio mirando hacia la puerta, tenía miedo.

--vamos...--su tono era tan tembloroso como mis manos, ¿y si no lo lograba?

--yo...tengo miedo...--admití, realmente estoy asustado.

--Soraru-san...lo conseguiremos--me dió una de sus mas lindas sonrisas y quise devolversela, pero terminó saliendo una sonrisa torcida y que emanaba inseguridad.

--bien...vamos--abrimos levemente las puertas del lugar, viendo a muchos niños calmados y otros corriendo, mis latidos se aceleraron por el miedo que me generó, era un gran paso.

--tranquilo...si...en caso de eso podemos volver otra vez, "el que busca encuentra" y encontraremos al indicado...--volvió a sonreirme.

--yo...por favor, toma mi mano--cuando aquellas desesperadas palabras salieron de mis labios él soltó una risa ligera y enlazó nuestras manos.

--te amo...--entramos viendo el lugar y cada rincon, otros adultos buscando un hijo, una hija, o ambos, los niños corrian y nos cruzaban por un lado como si no nos vieran.

Miramos en todas direcciones, yo miré en busca de un niño o niña, realmente quiero poder criar un niño o niña junto a Mafu...

Pero...¿cual?

Mi mirada pareció guiarme hasta un pequeño niño a lo lejos, en el fondo de la sala, abrazando sus rodillas y mirando al suelo bastante triste.

De sus ojos caían algunas lagrimas, sin embargo conservaba un rostro sereno y despreocupado.

Sus ojos...no alcanzo a distinguirlos pero todo de él me llama la atención...

Me recordó a la fragilidad de mi pequeño lobo, esas lagrimas, la delicadeza de las mismas, por otro lado esa calma en su rostro me recordaba mucho a mí, ese silencio...parecia ser Mafu y yo al mismo tiempo.

Abrazaba sus rodillas mientras que con sus manos unidas parecia jugar, escondido en aquel rincón alejado...

Sus cabellos eran realmente bellos, sus tonos pasaban del blanco a un gris y terminaba en un negro azabache muy parecido al mío.

--oye Soraru-san...--

--¿sí?--salí de mi propio mundo.

--creo que...ya sé...--al escuchar esas palabras sentí mis latidos acelerarse, ¿y si no es el mismo niño que llamó mi atención al instante? Podríamos adoptar dos...no, sería mucho y no me siento preparado...

--¿d-de verdad? ¿Cual?--pregunté y me miró con aquellos hermosos ojos.

--hu...él--solo miró hacia un sitio, mi mirada siguió la suya y me sorprendí en alegria, era el mismo niño que yo habia visto.

--el mismo que yo...--una sonrisa se formó en mis labios.

--¡vamos a verlo!--exclamó emocionado y sin soltar mi mano me llevó hasta él.

--estoy nervioso...--admití.

--yo igual Soraru-san, pero debemos ser positivos--me dió una sonrisa que me calmó por completo.

--por este tipo de cosas yo te amo de una forma inexplicable, es mas...la palabra no describe todo lo que siento por tu fragil y unica manera de ser...--sus mejillas se tiñeron de rojo y me miró con aquellos ojos carmesí que me atraparon desde el primer dia que lo ví.

Caminamos al niño, el mismo nos miró asustado.

--¿hize a-algo?--su voz sonó asustada y temblorosa.

Pequeño Lobo「SORAMAFU」Donde viven las historias. Descúbrelo ahora