Amores.

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Ferman intentó entrar al area donde estaba Ali, quería estar a su lado a como fuera lugar.

El guardia no lo dejaba entrar y pidió ayuda para llevárselo de ahí pero Ferman no se iba a dejar.

Se hizo un alboroto y luchaba por no dejar que se lo llevaran.

Incluso llegó Vuslat.

Ahí, de repente, se dieron cuenta que la actividad cerebral de Ali aumentaba, el plan de Ferman había salido a la perfección. Logró soltarse y fue hasta el para inyectarle adrenalina.

—¡Despertó! —exclamó Vuslat impresionada.

Ali estaba algo impactado, y no comprendía nada de lo que sucedía.

Después lo llevaron a su habitación, cosa que no quería pues solo quería salir de ahí y seguir trabajando.

Fueron sus amigos a visitarlo, pero en realidad estaba demasiado deprimido, y no quería saber nada de nadie, aún cuando incluso Doruk lo ayudó.

Ferman no había tenido posibilidad de visitarlo, por lo que fue cuando acabó su turno.

Cuando llegó, vio que Nazli estaba tratando de convencer a Ali de que se quedara ahí, pero este insistía en que quería irse.

—tienes que descansar, no puedes irte

—pero yo me siento mejor.

Nazli vió al doctor Ferman y automáticamente dió una sonrisita, lo saludó y salió.

—¿Cómo te sientes Ali?

Ali realmente no se sentía mal físicamente, mentalmente era otra cosa.

—entiendo, perdón por no haber venido antes.

Le intentaba sacar plática, cosa casi imposible.

Se limitó a hacerle compañía, acercó un pequeño buró y se quedó a verlo.

Estaba completamente decidido a confesarle sus sentimientos, sin embargo, notó que tal vez no era el momento.

Entró en pánico porque de pronto ya no sabía que hacer.

Sin embargo, se dió cuenta de dónde estaba, estuvo a punto de perder al amor de su vida y por ello ahora estaba internado en el mismo hospital donde trabajaban.

—me arrepentiré después pero tengo que hacerlo.

—¿Disculpe...?

Con mucho miedo de perder el control (en realidad no le importaba si alguien entraba) se acercó a Ali lentamente para no asustarlo y comenzó a besar los labios de este.

El más joven se quedó en un shock, en realidad le incomodaba el contacto y la cercanía del otro, sin embargo y sin saber porque, decidió seguirle el beso.

No obstante, fue bastante torpe porque era su primer beso y el lo sabía, pero ya estaba ahí.

Por otro lado, Ferman disfrutó cada momento, realmente sus labios eran más suaves de lo que imaginaba, su torpeza también le encantaba pues sabía que no era perfecto y aún así lo amaba con el alma.

Después se separaron y observó su rostro, temía encontrar algún gesto de miedo, sin embargo, encontró que más bien parecía confundido.

—no podía guardarmelo —le dijo antes de salir de la habitación.

Ali se quedó pensando, más que estar ¿Asustado? por lo que pasó estaba sorprendido de su propia reacción.

Su mente se debatía, por un lado estaba destruido mentalmente por la perdida, por otro lado se cuestionaba sobre sus sentimientos por aquel doctor de ojos azules.

Ferman, por el contrario, se sentía feliz de cierta forma. Si su sentimiento no hubiera sido correspondido pues tampoco lo hubiera sido el beso.

Después de algunos días lo dieron de alta (lo obligaron a quedarse lo que se tenía que quedar pues siempre que se salía le pasaba algo)

—solo fueron 3 veces.

—Ali, te desmayaste —le respondió Ferman reprimiendo una risita.

—quiero decir, no sucedió nada realmente grave —respondió con aire pensativo.

Había pasado un día y después de charlar con la enfermera Selvi (compartieron penas y tristezas) salió a caminar un poco.

Ali, deberías estar en tu habitación.

sali a tomar aire —argumentó en voz baja.

Desde el beso no habían hablado mucho.
Sin embargo Ferman notó algo raro, que se tambaleaba un poco de adelante hacia atrás.

¿Estás bien?

Ahí se desmayó, lo bueno que Ferman (de tantos años de práctica) pudo actuar rápido y lo sostuvo para que no se cayera al piso.

No quería alarmar a nadie pues estaban ya más tranquilos así que decidió que se las arreglaría solo.

Le pidió ayuda a un enfermero y entre los dos lo llevaron a su habitación, que por suerte era muy cerca de ahí.

—ya estoy bien —murmuró agachando la cabeza.

—bueno, si de pronto quieres hablar me dices ¿De acuerdo?

Dudas y Cuestiones (AlFer)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora