- ¿Por qué no vamos a la cabaña? Este fin de semana estamos libres y los chicos dicen que quieren ir también – pregunta repentinamente Gem. Estamos en su habitación, tiradas en su cama, viendo cada una sus teléfonos, pues salimos hace un rato de turno y como es costumbre, vinimos directo hasta aquí. He de admitir que no tenemos nada mejor que hacer – tenemos mucho que no vamos por allá, y así me puedes seguir enseñando trucos con la tabla – añade más emocionada. Contengo una mueca de desagrado, la idea no es mala pero el invitar a sus amigos, le quita todo el encanto. No me la llevo muy bien con esa parranda de niños mimados.
- No lo sé Gem – giro mi rostro para verla a la cara, la cual ya muestra signos de súplica – sabes que si fuéramos solo con Javi, no tendría problemas pero tus amigos no son muy de mi agrado…
- Oh… vamos Mía – réplica al instante, tornándose indignada – no son tan malos y tu tampoco eres la más amable con ellos.
- Lo sería si dejaran de verme como si no tuviera derecho a respirar a su lado, o tuviera que dar gracias por estar en su presencia – le recuerdo, por que mas de uno le ha reclamado por mi asistencia en varias ocasiones. Y de sobra esta decir que no fueron para nada disimulados – y se supone que si vamos es para relajarnos, no para estar pendiente de que no se les ocurra hacerme alguna otra broma de mal gusto, que les salga mal y terminar como la última vez – en una ocasión que fuimos al lugar señalado, se metieron en la que sería mi habitación para poner ranas en mi cama. Por suerte soy de poco dormir y cuando ellos entraron, yo ya estaba despierta y los eche a patadas de ahí. Causando un revuelo a las 4 am, en donde todos despertaron y hubo gritos de terror, por parte de las chicas, ya que las ranas se les escaparon en el corredor, en medio de la discusión.
- Es que ir solo con Javi no es divertido. Prometo que los mantendré a raya y los haré comportarse – me ruega con cara de cachorro pero yo ya tomé una decisión, así que me levanto de su cama y tomo mis cosas, bajo su incrédula mirada. Es de las pocas ocasiones en las que no cedo a sus manipulaciones.
- Si quieres ir con ellos, bien… son tus amigos y eso lo respeto – admito llegando a la puerta – pero conmigo no cuentes esta vez. Disfruta tu fin de semana en la cabaña y recuerda no tomar de más, espero que Javi vaya contigo y no quiero que se lo pongas muy difícil – sé que Javier la cuidara y lo lamento por ella pero no quiero mas problemas, después de lo que pasó con la chica Crow, en la fiesta de sus padre. Le lanzó un beso pero al estar enfurruñada en su pataleta, no lo recibe por lo que cierro y me dirijo a las escaleras.
- ¿Ya te vas? – pregunta la señora Ana cuando me la encuentro al final de las escaleras – pensé que te quedarías a cenar.
- No. Gemma tiene planes para ir a la cabaña y como yo no iré, me voy por que sé que se pondrá en plan diva sufrida conmigo – se ríe, por que las dos sabemos que mi amiga suele ser dramática cuando le niegan algo – además, así aprovecho de ordenar algunas cosas en casa este fin de semana.
- Eso quiere decir que ella tampoco comerá aquí. Cuando van para allá, suelen irse antes del anochecer – hace una mueca, sé que tampoco le gustan esos niños ricos con los que Gemma insiste en socializar – le pediré a Nick que vaya con ellos, solo por si acaso.
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Por siempre Mía.
RomanceSe dice que hay un lugar para cada cosa y que cada cosa, posee un lugar específico. El mío ya estaba marcado por el destino al nacer, pero mi deseo de libertad, iba mucho más allá del que me fue disignado por la sangre. Y para mí sorpresa, tampoco e...