- Esa era una escena candente en esa época, de eso estoy seguro – dice Jeff, desde su lugar en el piso.
Estamos en el salón de la casa de los Wad. Gemma y yo estamos pasando la resaca, pues fuimos a una fiesta donde mi amiga, como siempre, perdió el control de los tragos y tuve que traerla a casa casi cargada. Pase la mañana en compañía de Ana, ya que mi amiga durmió hasta el medio día y al llegar de mi carrera matutina, su madre no me permitió regresar a mi casa.
Nick, como ahora lo llamo, llego para el almuerzo con sus amigos Josh y Jeff, que son los únicos que se quedaron con él en la base, los demás, supongo que estarán en alguna otra. El caso es que después ellos se fueron a la playa y nos invitaron pero como la resaca y el sol, no son buenos amigos, nosotras nos quedamos viendo películas en el salón.
Keanu Ribs es el sueño húmedo de mi amiga, así que después de Matrix, puso una película en la que hace de agente infiltrado, en un grupo de surfistas locos, que también roban bancos. Y los chicos se nos unieron después de algunas horas al sol. La señora Ana nos trajo mantas y bocadillos, para que estuviéramos más cómodos y ahora estamos todos aquí, viendo la película pero ellos no hacen más que boicotear las hazañas que se muestran en el filme.
- Lo que sucede es que no es una película porno, por eso no te gusta – se queja Gemma. No le gusta que se metan con sus gustos y menos si el actor está involucrado.
- ¿Y tu que sabes de porno? – inquiere su hermano mayor, el cual está entre nosotras, en el sofá más grande. Yo tengo mi cabeza en sus piernas y las mías apoyadas en equis sobre el brazo del sofá, mientras él me hace masajes en la cabeza de forma distraída.
- Por Dios!!! Nick, tengo 25 años y no soy virgen, es obvio que a estas alturas, sepa que existen esa clase de películas – réplica mi amiga hastiada y yo me rio, cuando a sus hermanos se les escapa un gruñido al unísono. Nicolás me mira de forma intimidante y me encojo de hombros, sin perder la sonrisa.
- ¿Que? Ella tiene razón. Las mujeres también suelen ver porno. No con la misma frecuencia que los hombres, pero lo hacen – me defiendo. Él eleva una de sus gruesas cejas rubias, examinando mis facciones. Me pone mal cuando hace eso. Es como si me leyera la mente.
- ¿He de suponer que tienes tu algo que ver con esas películas también? – pregunta suspicaz y ahora es turno de la rubia para reír.
- Hay Nick…. Pero si Mía es tan mojigata que ni siguiera fue capaz de ver 50 sombras de Gray… además, ella es…
- Eso es por que me he leí los libros y según la crítica, no son muy buenas. El actor ni siquiera se parece al personaje que describen en los libros, para empezar – la corto antes de que de más información de la necesaria y le doy una mirada aisenina para que se calle, ella lo comprende y niega divertida. Cuando enfocó a Nick nuevamente, él me está viendo de forma extraña – no me veas así. Es mejor leer que ver. Es más explícito – me ruborizo al notar que he dicho de más y su sonrisa burlona, se hace presente. Me toma de una mejilla, como lo hace Ana cuando nos dice que estamos grandes y hermosas pero ella lo hace con cariño, no con burla.
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Por siempre Mía.
RomansaSe dice que hay un lugar para cada cosa y que cada cosa, posee un lugar específico. El mío ya estaba marcado por el destino al nacer, pero mi deseo de libertad, iba mucho más allá del que me fue disignado por la sangre. Y para mí sorpresa, tampoco e...