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—Y, entonces

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—Y, entonces... ¿Te parece ir al cine esta noche? —preguntó Jennie, disfrutando del fresco viento de aquella tarde.

No importaba dónde podría estar, estando al lado de la pelinegra todo se veía más bonito y agradable. Simplemente perfecto.

Lisa la miró por un par de segundos, sonriendo brevemente, para luego poner su atención en el gatito que caminaba al frente suyo. Tenía la correa levemente sostenida, dejando que el animalito se moviera donde quisiera.

—Me encantaría —sus ojitos brillaron de manera preciosa—, pero no puedo dejar al gatito tanto tiempo —hizo un inconsciente puchero—. Hemos estado saliendo varias veces durante estas últimas tres semanas, Nini.

La castaña se enrojeció levemente, escondiendo sus manos en los bolsillos de su pantalón y mirando sus zapatillas mientras seguían caminando. A pesar de que Lisa le había puesto ese sobrenombre hace ya varios días, seguía alterando su corazón de manera indescriptible. Escuchar aquello salir de los hermosos belfos de Lisa, solo la dejaba cohibida y descolocada.

Sí. Kim sabía de sobra que había caído profundamente.

—Uh, sí, cierto —alargó la frase con algo de pereza—. Lo hemos descuidado un poco —esbozó una pequeña sonrisa.

Lisa solo tendió a corresponderle con otra sonrisa, una más amplia y totalmente sincera.

—A lo mejor llevo mi laptop y descargo un par de películas que estoy segura que te gustaran.

—Suena bien, pero nada de-

—Ciencia Ficción —interrumpió—. Eso ya lo sé —la menor no pudo evitar apreciarla con la mirada.

Las semanas habían pasado y con ellas los días en que Jennie pudo congeniar de una manera casi perfecta con Lisa.

Entablaron más conversaciones interesantes y amenas, dejando que la confianza empezara a ascender. Pasaban agradables momentos juntas en el receso, así como Jennie siempre esperaba a Lisa para llevarla a la universidad y así mismo dejarla en su apartamento cuando las clases culminaban.

El pequeño felino se había convertido en una parte especial e importante para ambas, uniéndolas -si es que era posible- cada vez más. Compartían ciertos gustos y, si no, se ponían a platicar sobre ellas. Descubriendo que en las ideologías diferentes de cada una, encontraban  algo interesante y atrayente.

Encajando de manera única.

Estaba más que claro todo y Jennie solo esperaba el momento perfecto para decírselo a Lisa.

—De acuerdo. Volviendo a mi apartamento te esperaré con algunos snacks —comentó la pelinegra.

—Yo traeré las sodas —culminó plenamente feliz.

Lisa tomó entre sus manos al gato.

—Entonces será mejor volver.

—Tienes razón —la castaña se acercó al más esta. Acarició sutilmente la cabeza del pequeño y miró fijamente a Lisa—. Debo irme, volveré a eso de las 8:00pm, después de todo mañana es sábado.

Sucker for you | JenlisaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora