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—Y pues así Yandi me rechazó, la muy arrogante se fue con Jong-

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—Y pues así Yandi me rechazó, la muy arrogante se fue con Jong-

Sana dejó su relato a medio terminar ya que notó que Jennie no le prestaba ni la más mínima atención. Rodó los ojos con fastidio y dirigió su mirada hacia dónde su amiga miraba perfectamente.

—¡Ah! ¿Es en serio, Jen? —intentó no exasperarse—. Ya son tres días que no dejas de ver como idiota a la chica nueva de tu facultad.

La castaña pareció no escuchar, pues sus orbes estaban analizando cada dulce detalle de las facciones de Lisa. Las clases ese día habían culminado y la pelinegra estaba conversando animadamente con Jisoo fuera del establecimiento. Vio a la perfección como aquellos ojos formaban curvadas líneas a la par que sus labios se separaban y se denotaban sus blancos dientes.

Mierda. Su sonrisa es preciosa.

—¡Jennie! —el grito de Sana fue suficiente para sacarla de su estado de trance.

—¿Por qué me gritas? —frunció el entrecejo.

—No lo sé, será tal vez porque no me estás escuchando y te la pasas mirando todo el tiempo a la chica de anteojos —replicó con puro sarcasmo—. ¿Qué no querías pasar tiempo con tu mejor amiga?

—¿Yo mirarla? Tss por favor, Sanake, eso no es cierto.

La japonesa rodó los ojos.

—Sí, claro y yo soy muy buena en Química —suspiró—. Por Dios, hace tres días que la miras como si va a desaparecer. ¿Acaso te gusta?

—¿Gustarme? —bufó indignada. ¿Por qué estaban creyendo eso?—. Estás delirando. No, no. No puede gustarme.

—¿Por qué no? —Sana decidió desafiarla, ver la mirada titubeante y sus manos nerviosas le estaban dando una idea de todo aquello—. Ahora que la veo... es muy linda.

—Simplemente no —decretó tratando de verse segura.

—Es una pena por ti entonces. Yo veré qué consigo al acercarme.

—¿Qué? ¿De qué hablas? ¡Espera, Sana! ¡No! —gritó tratando de no ponerse nerviosa al ver como su querida mejor amiga estaba acercándose a Lisa y Jisoo.

—Hey, hola... Kim Jisoo. ¿No es así?

La azabache la reconoció al instante. Era la mejor amiga de Jennie y pues claro que otra chica más en la lista de las populares.

—Uh, sí —contestó un tanto insegura.

—Un gusto, yo soy Sana Minatozaki —extendió su mano a modo de presentación y Kim le correspondió segundos después.

La pelinaranja fingió ignorancia al ver a la de anteojos, la razón por la cual su mejor amiga andaba medio descolócala esos días.

—Oh. ¿Tú eres la nueva estudiante de la facultad de Administración?

—Sí —respondió seco y cortante.

—¿Cuál es tu nombre? —inquirió tratando de ser amable.

Jennie decidió acercarse justo en ese instante, su mirada fue a parar hacia la chica tailandesa.

—Lalisa Manoban, pero todos me dicen Lisa —aclaró mejor.

—Un gusto, Lisa. De seguro ya has escuchado mi nombre —abrió nuevamente su mano mostrando la palma y fue correspondido de igual forma—. Y de seguro que ya la conoces a ella también —habló indicando a la castaña.

Jennie se arrepintió por haber ido tras Sana.

—Eh, sí, es amiga de Jisoo —asintió levemente y Jennie volvió a perderse al verla con detención.

—Wow. ¡Entonces todo es mejor! —dijo con altos ánimos—. De alguna u otra manera nos relacionamos por nuestras amistades.

—Al parecer sí, tienes razón —habló esta vez Jisoo sintiéndose más relajada. Aunque lo que sí le preocupaba era la rara actitud de Jennie desde hace días.

—Bueno, tal vez parezca atrevido o cualquier cosa parecida, pero me encantaría que saliéramos las cuatro este sábado. ¿Qué les parece?

—¿Salir todas? —Sana asintió efusivamente—. Yo, creo...., uh, suena bien pero no lo sé. Apenas tengo una semana de estar en Corea, no sé si sea prudente —comentó Lisa en voz baja.

—¿No eres coreana?

—Nop, soy tailandesa.

—¡Qué lindo! Yo también soy extranjera —agudizó su voz—. Pero Lisa, claro que es una buena idea. Nosotras podemos llevarte a conocer los lugares más concurridos y estupendos por aquí.

—No quiero interferir, pero puedes pensarlo si gustas. Será divertido —habló la más baja para luego sonreírle, animándola.

—De acuerdo, me apunto.

—¡Bien! ¡Gracias a ambas! —sonrió ampliamente—. No van ha arrepentirse. ¿Cierto Jennie?

—¿Uh? Sí, sí.

—¿Kim, te encuentras bien? —cuestionó Jisoo dudosa mientras Sana sonreía con total burla.

La mencionada movió su cabeza un par de veces. Otra vez no escuchó para nada la conversación frente a ella.

—Tal vez sería bueno que vaya a una clínica. Aunque ahora ya no tiene fiebre —dijo Lisa observándola atentamente, con inocencia.

—¿Tú crees? —cuestionó la japonesa con una gran sonrisa—. ¿Será que está enferma?

—Y luego me niega de lo que yo sí estoy segura —Jisoo rodó los ojos.

Lisa se acercó hasta estar al frente de Jen, llevó su delgada mano a su mejilla, para luego colocarla sobre su frente.

—Confirmado, no tienes fiebre —habló tan suave y acompasada que Jennie sintió algo extraño en su abdomen, como las estúpidas y feas mariposas de las que narraba su madre en los cuentos cursis, llenos de paz y amor tipo hippies.

No, no podía ser nada relacionado a ello. De seguro algo que comió le cayó mal. Sí, eso era. Eso quería asegurarse Kim ciegamente.

Jennie hizo contacto visual con la pelinegra, mas luego, casi al instante, desvío su mirada con total rapidez. La cercanía la estaba matando lentamente, la ponía ansiosa y ni siquiera sabía porqué. El rostro de la tailandesa se veía mucho mejor estando a unos centímetros de distancia. ¿Por qué estaba sintiéndose así otra vez? Sintió que pudo volver a respirar cuando se alejó de ella y se acomodó al lado de Jisoo.

—Ahora parece que sí tiene fiebre —Sana comentó con ironía.

Jennie quiso golpearse fuertemente con un ladrillo en la cabeza. Sus mejillas estaban levemente calientes y las tres chicas la miraban con atención, un par con más burla que la otra.

Tonta, tonta. Jennie Kim, esa chica te está convirtiendo en una tonta, se reprochó mentalmente.

 Jennie Kim, esa chica te está convirtiendo en una tonta, se reprochó mentalmente

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Sucker for you | JenlisaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora