Inquietud

19 1 0
                                    

A la mañana siguiente, Grecia no salió de su habitación, Annabeth no podía evitar estresarse por la situación.

Lo cual generó un ambiente bastante tenso entre todos los presentes. En especial Roma, que estaba increíblemente callado mirando a la nada y no respondía a cualquier cosa que le dijeran.

Sin embargo, y para sorpresa de todos, el poder griego en ningún momento desactivó los vientos que impulsaban la nave hacia el Campamento Mestizo.

Ya era casi mediodía, la mayoría se había levantado más o menos a las ocho, pero la rubia supone que nadie pudo pegar un ojo en toda la noche.

- ¿Qué esperas que hagamos?- fue lo que dijo su primo cuando le comentó sus preocupaciones-. No es que podamos viajar en el tiempo y evitar los conflictos.

- Yo creo que no tendríamos que habernos hecho falsas esperanzas- opinó Frank-. En especial teniendo en cuenta la casi guerra entre los campamentos.

- Veamos el lado positivo- intentó animarlos Leo-, no intentaron matarse.

- Eso no nos asegura que no intenten hacerlo en un futuro- señaló Piper.

Los más jóvenes se encontraban apartados de los poderes en una esquina, debatiendo lo que deberían hacer, cuando, de repente, un delicioso aroma inundó sus fosas nasales. Olía demasiado bien, algo con carne y verduras.

Todos, tanto poderes como adolescentes, se acercaron a ver de qué se trataba, encontrándose a Grecia cocinando y conversando animadamente con Percy y Alex.

- Oh, ¡Buenos días! ¿O debería decir buenas tardes?- se la notaba un poco nerviosa-. En fin, decidí cocinar el almuerzo en compensación del mal momento de anoche- hubo un silencio sepulcral-... ¿Hay budín de limón de postre?

Aún en silencio, cada uno tomó asiento luego de que la azabache les notificó que la comida estaba casi lista.

- Te va a encantar, Grecia cocina como los Dioses- le aseguró el hijo de Poseidón, una vez que se sentó a su lado.

Todos se sorprendieron al notar que la mesa ya estaba lista y que, luego de unos instantes, la comida mágicamente aparecía en sus platos. La mayor había hecho un arrollado de pollo, con zanahorias, aceitunas, huevo, jamón y queso en medio.

Fue un poco incómodo ver cómo el poder griego dudaba en sentarse, puesto que el último asiento que quedaba era en medio de Roma y Faraón. Nadie dijo nada cuando la mencionada tomó asiento y se acercó al egipcio.

Sin más, su novio y el hijo de Loki comenzaron a comer. La hija de Atenea podría jurar que vio una sonrisa de agradecimiento asomar en el rostro de Grecia.

Imitando a esos dos, el resto se llevó un trozo de comida a la boca. Annabeth decidió confiar y en el azabache... Y qué suerte que lo hizo: estaba delicioso.

No se sorprendió cuando no fue la única que repitió, algunos hasta llegaron a repetir tres veces.

Por una de las pocas veces en su vida, Percy tenía razón.

Una vez que todos estuviesen satisfechos, el poder griego sacó el budín de limón que, como era de esperarse, fue igual, e incluso más, de delicioso que el almuerzo.

Cuando terminaron de comer, el ambiente tenso casi que se había disipado, hasta Roma volvía a hacer bromas y a conversar. Probablemente nadie se había dado cuenta, pero, por primera vez desde que llegaron los poderes antiguos, volvían a ser un equipo, con sus virtudes y diferencias, mas, al fin y al cabo, un equipo

Cada uno fue a hacer sus respectivas tareas, una vez el almuerzo terminó. Quedando Grecia, Alex, Percy y ella lavando los platos.

- Te dije que les iba a gustar- dijo divertida Alex, mientras abrazaba a la azabache.

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Jul 06, 2022 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

La luna y el mar van juntosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora