[ Capítulo 2 ]

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Las hermanas Ivanova hacían una fila dentro del banco central de Alemania.

Todo su dinero estaba depositado en ese lugar, tanto el suyo, como la herencia por parte de su madre.

—El plan es simple —Habló Janneth—, primero saco el dinero, y luego me largo al fin del mundo.

—Ok, digamos que estoy de acuerdo... ¿Pero te has puesto a pensar en que nuestro padre sospechará? —Continuó Lauren—, digo, vas a sacar una gran suma de dinero...

—Por eso mismo estás aquí. Si las dos sacamos dinero, pensará que es para comprar algo de ropa

—El banco lo llamará.

—Para cuando lo haga, estaré lejos.

—Tengo miedo...

—¡Ey! —Janneth tomó su rostro con ambas manos, dejándola sentir el calor de ella—, nada malo me pasará, estaremos en contacto.

—¿Me lo prometes?

—Te lo prometo.

Ambas se dieron un abrazo cargado de cariño.

Janneth tenía varias maletas listas, obviamente nadie sabía de ese cambio repentino, pero estaba decidida a huir.

Recordó la pequeña conversación con el señor del bar hace una noche, y eso la hizo imaginarse una escena de rescate.

<<Podemos irnos... Juntos...>
<Ni siquiera te conozco>
<Soy más cercano a tí de lo que crees>>

¿A qué se refería?

—¿Puedo pedirte una última cosa? —Su hermana había interrumpido sus pensamientos—.

—Lo que sea.

—Tendré una competencia de ballet en unos meses... El 08 de Enero precisamente... Y quiero que estés conmigo.

—Siempre he estado en tus presentaciones —Sonrió— y ésta no será la excepción.

Desde su infancia, las únicas personas que asistían a las competencias de Lauren eran su hermana y abuela.

Su padre nunca estaba para su familia, cada vez ponía excusas como <<Tengo mucho trabajo>>, y eso era algo que a Lauren le dolía.

Aunque claro, Dereck sólo se sentía orgulloso cuando ella ganaba.

Las hermanas estuvieron a punto de avanzar la fila, pero un estruendo las hizo alertar.

Una alarma sonaba en el banco, a la vez que unos sujetos con máscara ingresaban al lugar.

Las personas gritaban al ver sus armas, y por acto de reflejo, Janneth empujó a su hermana al suelo.

—Las manos en alto —Demandó uno—.

—El primero que quiera hacerse el héroe... Pum —Habló otro, mientras hizo una señal de dispararse en la cabeza—.

La pelirroja logró contar a 4 sujetos.

Tenía miedo.
No por ella, sino por lo que pudiera pasarle a su hermana.

—Calma... Todo estará bien, Lau —le dijo en un susurro, pues ella empezaba a llorar—.

—Busquen a la chica.

Janneth quedó perpleja al escuchar esas palabras.
¿Una chica?
¿Por qué demonios la buscaban?
Y lo peor... ¿No iban a robar el banco?

El grupo se dividió buscando a la supuesta "infiltrada".

𝐏𝐥𝐚𝐧 &quot;𝐄𝐬𝐭𝐨𝐜𝐨𝐥𝐦𝐨&quot;Donde viven las historias. Descúbrelo ahora