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Mikey mantenía viejos hábitos. O rutina, si querías ponerle un nombre menos turbulento como ese. Draken pertenecía a la mayor parte de estos a pesar de los años y Baji era quien lo llevaba a esos lugares cuando no tenía algo que hacer, como ocupar el lugar de Mikey en el bar cuando este decidía desaparecer.

El Omega estaba feliz, burlándose de las quejas del Alfa mientras iban de camino hacia la tienda de motos del otro. Draken salió a recibirlos, abriéndoles la puerta y pidiendo que lo esperen un rato, ya que tenía una llamada con Inui por algo sobre su último pago.

Mikey dejó de prestarle atención a la conversación tan pronto como entró en la tienda.

Él había estado ahí.

Podía sentirlos. El aroma era suave, pero lo suficientemente fuerte para que el Omega supiera que no había pasado mucho desde que se fue. ¿Fue coincidencia o algo? ¿Acaso sería mucho más fácil de lo que esperó el encontrarlo?

—Apesta —se quejó Baji, gruñendo—. Huele igual que mi apartamento, así que supongo que el nuevo trabajador de Draken es con quien te acostaste anoche.

—Ni te atrevas a mencionarlo. Sabes lo conflictivo que es que Ken-chin acepte que las personas con las que he tenido algo de una noche comiencen a estar cerca de nosotros.

—Y con mucha razón. Sanzu daría lo que fuera porque le des una oportunidad de demostrar que puede permanecer a tu lado y no se ha detenido porque Draken no lo sabe.

—No es mi Alfa, es el de mi hermana —replicó, irritado—. Además, no tienes que preocuparte.

—¿Por qué? —cuando Mikey no respondió y solo miró a otro lado, haciendo un puchero. Podía sentir como Baji sonreía detrás de él, posiblemente anticipando lo que vendría—. ¿Qué pasó? Fue la primera vez que llegué y no tuve que fingir ser tu compañero o algo para que te dejen en paz y no le rompas la nariz a alguien.

—Se lo buscaron, ¿de acuerdo? —se quejó, todavía sin responder.

—Oh, vamos. Lo que sea que pudo haber pasado, no debió ser algo tan malo.

—Depende de quien lo vea.

—Pues cuéntame. ¿Acaso no confías en mí?

Mikey suspiró. No, no confiaba, pero Baji no se iba a detener y eso lo sabía mejor que cualquier persona, así que lo mejor era terminar con eso rápido antes de que Ken-chin volviera y preguntara el porqué la sonrisa de Baji lucía de esa manera.

—Solo se fue tan pronto como despertó o eso creo —se encogió de hombros, porque realmente no lo sabía—. Solo sé que desperté y no estaba. Quería que estuviese, o algo así, fue completamente extraño.

—Te encariñaste con él.

—No... —replicó, girando a ver al Alfa, quien mantenía la pequeña sonrisa en su rostro, como si fuese algo que hubiese estado esperando desde hace mucho tiempo—... De haberme encariñado, lo estaría buscando y volviendo mi vida de cabeza para encontrarlo.

—Sabes que eso es una completa mentira.

—Cállate.

—¿Qué sucede?

Draken apareció, provocando que la mirada de ambos vayan hacia él. Tenía el teléfono aún en su oído y asentía con la cabeza, asegurando que seguía en llamada, pero la conversación de ambos había llamado su atención.

—Mikey se enamoró de su aventura de una noche —declaró Baji, recibiendo un golpe en la mejilla por parte del Omega tan pronto como terminó.

—¡Mikey! —gritó Draken, mirando con el ceño fruncido al rubio.

Nameless [Omegaverse | TakeMikey/MiTake]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora