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Por unas cuantas calles, Takemichi permitió que Mikey lo llevara donde quisiera. Salieron de la tienda, cruzaron la calle y comenzaron a vagar por las avenidas sin hablar, aunque el rubio tarareaba una canción alegremente y hasta movía su cabeza de un lado al otro, al compás.

Takemichi se dedicó a observar hasta que sus pies se cansaron.

¿Por qué no había reclamado antes?

Pues... El aroma de Mikey lo había aturdido.

Porque tan pronto como salieron, pudo sentir un leve cambio en las feromonas del Omega, siendo más suaves y acarameladas, como un dulce. Le costó acostumbrarse y contener el impulso de acercarse para obtener más de la esencia.

Ya había dejado en claro que le atraía su aroma, ¿no? Pues es como una droga. Cuando consigues un poco, quieres más y eso le había pasado por unos minutos hasta que Mikey dejó que su aroma volviera a la normalidad.

Pero ahora, los pies del pelinegro se habían cansado. Realmente han estado caminando por demasiado tiempo y es casi imposible para él reconocer las calles. Lo único que sabía es que se habían alejado un poco de la ciudad, porque incluso los autos no eran tantos.

¿Cuánto tiempo había pasado?

—¿A dónde me estás llevando? —se atrevió a preguntar, siendo ignorado.

Frunció el ceño y observó su muñeca, donde estaba la mano del rubio, reteniéndolo. Intentó retirar su mano, pero se sorprendió cuando notó que Mikey lo estaba agarrando con mucha más fuerza de la que parecía.

Volvió a intentarlo, esta vez logrando que el Omega se detenga y gire a verlo, confundido.

—¿Qué sucede, Takemitchy?

—¿A dónde me estás llevando? —volvió a preguntar, mirando a su alrededor—. No reconozco ninguno de estos lugares y estoy seguro de que ya ha pasado una hora desde que nos hemos ido. Draken-kun no me permite irme mucho tiempo, estoy en horario de trabajo y yo...

—No te preocupes, Takemitchy —Mikey sonrió, tirando del Beta para que se acerque, lográndolo sin mucho esfuerzo porque le ganaba en fuerza—. Ken-chin no te despedirá, si eso es lo que te preocupa. Solo sígueme.

—¿Por cuánto tiempo más? Estoy cansado —se quejó, haciendo una mueca.

—Una calle. Ya casi llegamos a mi restaurante favorito.

Sin mucha delicadeza, volvió a mirar al frente y tiró de la muñeca de Takemichi, llevándolo consigo. El Beta casi cae, pero logró mantener el equilibrio, dirigiéndole una mala mirada a la espalda del Omega, aprovechando que este no se concentraba en él.

Lo cual, evidentemente, era una mentira.

Mikey soltó una risa lo más sutil posible, sintiendo los ojos de Takemichi en su espalda e incluso escuchando sus quejas que, sin disimular, expresaban lo disgustado que estaba con la idea de haberse alejado tanto de su puesto de trabajo.

¿Por qué iban tan lejos?

Mikey solo quería llevarlo a un lugar donde ni sus hermanos o amigos supieran que había llevado a Takemichi. Aunque sabe que, por supuesto, todos ellos se habrán enterado de su salida por Draken, pero eso era controlable.

El único problema que podría tener llevaba el nombre de Baji, sin embargo, puede ocuparse de él más tarde.

Tal como prometió, solo cruzaron la calle y entraron en un pequeño local. Algunas personas estaban terminando de limpiar y otras disfrutaban de la comida. Un grupo les pidió permiso para poder salir, debido a que Takemichi se había quedado anonadado mirando la entrada.

Nameless [Omegaverse | TakeMikey/MiTake]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora