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Odiaba cuando las personas le ocultaban cosas. Era una de las peores sensaciones que Mikey podía describir, pasando desde sus padres, quienes nunca les dijeron a Shinichiro o a él el porqué los dejaban, hasta los días donde tenía lagunas mentales sobre lo que hizo la noche anterior.

Era lo peor que alguien alguna vez podría hacerle a Mikey y Takemichi estaba haciendo eso mismo en ese momento. Evitaba su mirada y se callaba, como si decir la verdad pesara tanto en su garganta que no podía decirlo.

Y de ser así, ¿qué era esa verdad? ¿Acaso valía su silencio?

Usó todas sus fuerzas para no fruncir el ceño mientras esperaba una respuesta que sabía que no llegaría si no lo presionaba un poco más. Y era egoísta. Pero Mikey solo sabía ser de esa manera cuando llegaba a ese tipo de situaciones.

—Takemitchy, espero tu respuesta —dijo, apoyando su mejilla sobre sus brazos.

Había tomado el lugar de Emma lidiando con los clientes y Senju había sido un verdadero dolor de cabeza todo el día. La chica simplemente ignoraba las reglas e incluso Takeomi se disculpó en su nombre después de dejar inconsciente a un Alfa que pidió de manera descortés a Yuzuha que le indique donde están los baños.

Emma tenía que llevar a Izana a la tienda donde estaba su regalo o algo. Mikey no le prestó demasiada atención.

—¿Quieres terminar este trato?

—No...

—¿El viaje es demasiado para aceptar?

—Sí... ¡No, espera, yo...!

—¿Qué es, Takemitchy? —preguntó, ya irritado. Takemichi frunció el ceño, cubriendo su rostro con sus manos y murmurando algo que, desde su posición, no pudo escuchar. Chasqueó la lengua y volvió a preguntar—. ¿Planeas decirlo o no?

—Te veo como un posible compañero, Mikey-kun —Takemichi seguía cubriendo su rostro y podía escuchar como trataba de contener los pequeños hipos debido al llanto—. Y no es justo porque esto se supone que era casual o algo así y yo...

—Takemitchy, ¿recuerdas por qué iniciamos este acuerdo? —preguntó, levantándose con cuidado y acercándose hacia el Beta, tomando entre sus manos las muñecas del chico y apartándolas suavemente de su rostro, observando las lágrimas contenidas brillando en los ojos del pelinegro.

—S-Sí, tú...

—Te dije que me gustabas, Takemitchy. Y las únicas reglas que tenemos son el ser exclusivos y no darle un nombre a esto —repitió, observando cómo el Beta comenzaba a entender de qué se trataba todo—. No hay nada más.

—Yo...

—¿Te has dado cuenta de que la mayoría de veces que nos hemos visto no hemos tenido solo sexo? —sonrió, recordando punto por punto cada uno de ellos—. Hemos visto películas en tu sillón, te he ayudado con la cocina, comimos helados y probamos diferentes tipos de comida. Conoces a Ken-chin y yo a Chifuyu, lo cual no habría hecho por ninguna otra persona, por cierto —se encogió de hombros, limpiando por su pulgar una lágrima que escapó por la mejilla del Beta—. ¿Recuerdas?

—Casi todo tiene que ver con comida.

—Me encanta comer —replicó y aprovechó que Takemichi lucía más tranquilo y pellizcó la mejilla del chico—. Y comerte, eso también.

—¡Mikey-kun!

—¿Qué? Tú también lo has hecho —se burló, disfrutando de la vista de Takemichi sonrojándose—. Además, también te veo como un posible compañero, aunque creo que con más intensidad que tú, pero eso no importa.

Nameless [Omegaverse | TakeMikey/MiTake]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora